Las rebajas favorecen la inflaci¨®n y la competencia, pero no el d¨¦ficit p¨²blico

La rebaja de precios de las gasolinas se ha interpretado r¨¢pidamente como el inicio de la carrera a la baja de los precios que se impone en todo sistema de competencia. Pero Repsol no continuar¨¢ sumando rebajas a su recorte inicial; de forma que la guerra de precios es limitada. Cuando a las cero horas del s¨¢bado entren en vigor los nuevos precios m¨¢ximos, Repsol, Cepsa y el resto de operadores aplicar¨¢n la suma o resta que corresponda y se acab¨®. El efecto m¨¢s importante que quedar¨¢ despu¨¦s del lunes 9 de septiembre es que se agudizar¨¢ la reducci¨®n de precios en zonas de alta competencia, donde el coste del transporte es bajo (pr¨®ximas a los puertos) o donde los. hipermercados captan clientes con gasolina m¨¢s barata.Queda en pie una inc¨®gnita importante para el consumidor de los m¨¢s de 11.000 millones de litros de gasolina: ?C¨®mo tratar¨¢ el Presupuesto la fiscalidad de los combustibles? ?Porqu¨¦ el Gobierno, o, para ser m¨¢s exactos, el Ministerio de Econom¨ªa mantiene abierta la posibilidad de aumentar los impuestos especiales de las distintas gasolinas? La hip¨®tesis es que puede subir cinco pesetas para ayudar en el ajuste presupuestario. Las posibilidades de la competencia quedar¨ªan seriamente deterioradas.

Tambi¨¦n las del IPC. La rebaja de Repsol, secundada ayer por Cepsa, Total y Petrocat, abarata el 80% del volumen total de gasolinas vendidas en Espa?a. Puede recortar en una d¨¦cima el IPC de un mes. Pero ?qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s si el Ejecutivo se ve obligado a subir los impuestos especiales (y aumentar su recaudaci¨®n por IVA, por consiguiente) para corregir el d¨¦ficit?. Una posible contradicci¨®n que deber¨¢ sustanciarse antes del 30 de septiembre.