La empresa de aceite reciclado de Arganda cerrar¨¢ si una auditor¨ªa demuestra que es peligrosa

El futuro de una de las pocas empresas de Espa?a dedicada a reciclar aceite industrial, Aceites Ecol¨®gicos, ubicada en Arganda del Rey, depende de la auditor¨ªa medioambiental que la Consejer¨ªa de Medio Ambiente har¨¢ este oto?o. Si los t¨¦cnicos descubren alg¨²n peligro para la salud de los vecinos, la f¨¢brica cerrar¨¢. A eso se ha comprometido el alcalde, Gin¨¦s L¨®pez, del PP, tras varios meses de protestas vecinales.

La empresa est¨¢ ubicada en el barrio perif¨¦rico de La Poveda de Arganda del Rey (29.000 habitantes), donde viven 5.000 personas. La f¨¢brica tiene 40 trabajadores.En los ¨²ltimos meses, los vecinos constituidos en la plataforma para la defensa del Medio Ambiente de Arganda han recrudecido sus protestas contra los malos olores de esta empresa, situada cerca de sus viviendas. Una protesta que viene de hace a?os, cuando la que efectuaba la actividad era la empresa Ulibarri, SA, que se dedicaba al reciclado de aceites usados industriales, fabricaci¨®n de parafinas y aceites blancos.

Tras 30 a?os de actividad tuvo que cerrar por problemas econ¨®micos en octubre de 1993. Las instalaciones de reciclado de aceite quedaron en manos de los trabajadores, que m¨¢s tarde, en febrero de 1995, vendieron a la empresa Aceites Ecol¨®gicos, SA, una de las pocas que se dedica en Espa?a al reciclado de aceites.

Francisco de las Heras, socio de Aceites Ecol¨®gicos, SA, junto con Rafael Salazar, afirma: "Hemos invertido 300 millones en la remodelaci¨®n de la empresa, incorporando nuevas t¨¦cnicas". Con ¨¦stas asegura que los elementos t¨®xicos que contienen los aceites usados "se inertizan y llevan al vertedero que la comunidad aut¨®noma tiene en Valdilecha". Tambi¨¦n asegura que "todo el proceso de reciclaje se realiza en tanques herm¨¦ticos unidos a un sistema de filtro de carbono activo. Un sistema que nunca est¨¢ en contacto con el exterior".

De estas afirmaciones los vecinos no se f¨ªan. Eduardo Font, portavoz de la plataforma, declara: "Los vecinos estamos padeciendo escozor de ojos y garganta y problemas de la piel". Por esto, la plataforma pide al Ayuntamiento un estudio sobr¨¦ la salud de los vecinos. Estudio que fue aprobado por el pleno de junio.

Antonio San Juan, jefe de servicio de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, adelanta que en la auditor¨ªa medioambiental se analizar¨¢ "la salida de humos y l¨ªquidos, cuyos par¨¢metros se deber¨¢n ajustar a los establecidos para no afectar a la salud". Se iniciar¨¢ en septiembre y tardar¨¢ cuatro meses.

Un periodo que puede ser crucial para la empresa, pues al no tener la licencia definitiva no puede realizar su actividad al completo. Aceites Ecol¨®gicos, SA solicit¨® en marzo de 1995 la licencia de apertura. El Ayuntamiento le ha ido dando distintos permisos de funcionamiento mientras le ped¨ªa medidas correctoras, necesarias antes de conceder el permiso definitivo. La empresa ha ido cumpliendo todo lo exigido.

Seg¨²n el t¨¦cnico municipal, "la cuesti¨®n es saber si las medidas exigidas son suficientes o es preciso hacer un examen m¨¢s exhaustivo". Esta es la tarea de la auditor¨ªa medioambiental, para la que no est¨¢ capacitado el Ayuntamiento.

Los resultados de la auditor¨ªa no ser¨¢n f¨¢cilmente aceptados por la plataforma. Eduardo Font pide que sea realizada por una empresa independiente "consensuada por todos", y asegura: "Si la decisi¨®n final no corrobora nuestros temores, nos vamos a oponer totalmente". Considera que los datos que la consejer¨ªa pueda obtener "ser¨¢n falsos porque las salidas de humos y emanaciones est¨¢n manipuladas intencionadamente por la empresa".

Esta posibilidad la niega Antonio San Juan: "La auditor¨ªa se basa en la materia prima que recogemos directamente del cami¨®n cisterna o del tanque de almacenamiento". La auditor¨ªa tambi¨¦n comprende controles a lo largo de todo el proceso productivo. Mientras tanto, los olores se mantienen, si bien los informes municipales aseguran que el ¨¢rea de influencia se ha ido reduciendo a la calle del Brezo, pr¨®xima a la industria. Font afirma que "aqu¨ª no se puede vivir".

Las primeras casas de La Poveda se levantaron en los a?os setenta y las ¨²ltimas a primeros- de los noventa. El anterior alcalde, Julio G¨®mez, de IU, asegura que las construcciones se levantaron dentro de la legalidad, pues "las normativas antes no eran tan exigentes".