Lo que no son los ingleses
Un marido ideal
Un marido ideal, de Oscar Wilde, versi¨®n de Pierre Laville, traducci¨®n de J. J. Arteche. Direcci¨®n: Alfonso Zurro. Int¨¦rpretes: V¨ªctor Valverde, Mar¨ªa Jos¨¦ Goyanes, Julio Catania, Ana Luisa, Jaime Blanch, Alicia Altabella, Ana Marzoa, Jorge Baylis, Manuel Aguilar. Figurines: Arti?ano. Escenograf¨ªa: Barajas. Teatro Alcazar, 12 de septiembre.
Desde ni?o me sorprende las ex travagantes maneras de los acto res espa?oles cuando tienen que interpretar papeles de la alta sociedad inglesa. Entonces era tambi¨¦n Wilde, y Shaw, Sommerset, o Coward: mucho Priestley, que algo se salv¨® de estas de formaciones, porque Luis Escobar estaba educado en Gran Breta?a, y hasta era en sus frases un peque?o lord. El tiempo, la geograf¨ªa, la clase social, el vocabulario, el estilo (el innuendo, la reducci¨®n del ¨¦nfasis) son demasiado lejanos para imitarlos. He chos sus personajes, vestidos, puestos ante un espejo y dirigidos de otras maneras, quiz¨¢ pudieran evitar esas curiosas actitudes que me asombraban entonces, y m¨¢s me asombran ahora, hoy, cuando veo que la tradici¨®n de hacer la alta comedia londinense de esa manera peculiar contin¨²a. La creencia de que la elegancia londinense antigua equivale a la cursiler¨ªa espa?ola es equivocada. Incluso con actrices y actores de gran categor¨ªa, y algunos de cultura cierta, como los que hacen este Marido ideal en el Alc¨¢zar: le echar¨¦ la culpa al director, Alfonso Zurro. Y al autor de los figurines, Arti?ano, y de la escenograf¨ªa, Barajas, a quien la necesidad de ahorrar ha resultado funesta.La obra: est¨¢ escrita en v¨ªsperas del proceso de Wilde; muchos dicen que si la condena fue por sodom¨ªa, en realidad lo que se castigo en ¨¦l fue su atrevimiento para herir a las clases superiores de cepa inglesa, y al poder, al dinero y los t¨ªtulos. En otras obras ese af¨¢n es m¨¢s patente que en ¨¦sta, donde los buenos -aunque con "errores de juventud"- y los d¨¦biles, y los ociosos, cumplen con su deber y tienen una honestidad de fondo permanente. La mala es una aventurera que ni siquiera tiene t¨ªtulo: ni vive en Londres. Wilde: un ingenuo. Por eso el querido escritor m¨¢rtir cay¨® en todas las trampas de la vida, que es ajena.
La lectura de cualquier peri¨®dico en lengua espa?ola nos ilustra m¨¢s sobre los vicios de esas clases,. Que bailan sevillanas en lugar de o¨ªr cuartetos de Schubert. Sobre todo ello, la brillantez de un lenguaje que no s¨¦ por qu¨¦ ha pasado por dos adaptaciones, la del franc¨¦s de Pierre Laville y la que de ¨¦ste ha hecho Juan Jos¨¦ de Arteche.
Los asistentes al estreno oficial agradecieron el trabajo de todos y todos, en gran cantidad, salieron a saludar al escenario.
Babelia
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