G¨®mez de Lia?o procesa por terrorismo a dos periodistas de 'Egin'

El juez Javier G¨®mez de Lia?o dict¨® ayer auto de procesamiento contra Fernando Alonso y Andoni Murga, periodistas del diario Egin, por integrar el comando Sugoi de ETA. El magistrado les achaca tambi¨¦n haber participado en varios hechos delictivos, como la colocaci¨®n, el pasado 25 de agosto, de una bomba en la empresa Confecciones Aitzgorri, cuyo propietario se hab¨ªa negado a pagar la extorsi¨®n denominada impuesto revolucionario.

Entre los delitos que el juez aprecia figuran pertenencia a banda armada, castigada con penas de entre 6 y 12 a?os de prisi¨®n; dep¨®sito de armas de guerra, cuya pena puede alcanzar los 10 a?os; tenencia de explosivos, penada con hasta 10 a?os de c¨¢rcel, y estragos, que lleva aparejada una condena de 15 a 20 a?os de reclusi¨®n. El juez ha decidido mantener la prisi¨®n incondicional para los dos presuntos etarras, que fue decretada el 18 de agosto, porque se les imputan delitos de mucha gravedad y las penas que les pueden corresponder son tan altas que, si fueran puestos en libertad, har¨ªan lo posible por evitar la acci¨®n de la justicia.Adem¨¢s, el magistrado les ha impuesto una fianza de tres millones a cada uno para hacer frente a los perjuicios derivados de sus actos. G¨®mez de Lia?o describe c¨®mo Alonso y Murga fueron captados por Jos¨¦ Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri, recibieron adiestramiento para la fabricaci¨®n y colocaci¨®n de explosivos, y recibieron dinero, armas y objetivos. El magistrado precisa tambi¨¦n c¨®mo ambos etarras fueron en sus coches hasta Salvatierra y adosaron a una de las paredes del edificio de Confecciones Aitzgorri el artefacto, que al hacer explosi¨®n caus¨® da?os valorados en 2,5 millones.

El magistrado se?ala que son conductas "genuinamente terroristas", por lo que recalca que "el procesamiento que se decreta es el de dos personas sobre las que recaen serias sospechas de ser responsables de delitos muy graves, pero no el de dos periodistas que se guarezcan en la palabra y a utilicen como trinchera de sus comportamientos il¨ªcitos".

El auto razona el registro en las mesas de trabajo de los os etarras y explica: "No fue, porque no pod¨ªa ser, una entrada y registro para rebuscar y poner boca arriba toda la redacci¨®n de Egin. Y no pod¨ªa ser porque no se trataba de criminalizar a todo el medio de comunicaci¨®n".