"Poco m¨¢s me pueden hacer despu¨¦s de esto"
Antonio Jos¨¦ dos Santos, el portugu¨¦s negro de 28 a?os agredido el pasado domingo en un parque de Alcobendas por una banda de rapados, no parece guardar rencor despu¨¦s de lo ocurrido. Se recupera lentamente en el hospital La Paz de las tres cuchilladas sufridas en el t¨®rax, el abdomen y una pierna. Dos Santos habla sobre el ataque sufrido, pero no insulta ni maldice a sus agresores. Lo recuerda todo fr¨ªamente, a veces a trompicones, y afirma que no tiene miedo al futuro.Mientras dice esto, una sonda le recorre ' el cuerpo. No puede comer ni beber. Pero piensa. La mente le aconseja que mantenga la calma. Sobre todo al recordar a su presunto agresor, Mois¨¦s M. G., un soldado de la brigada paracaidista, de 19 a?os, detenido el pasado lunes en Alcal¨¢ de Henares. "`Es bajito, mide como 1,64, tiene el pelo cortado al dos y es moreno; va vestido como todos los chicos de ahora", cuenta Antonio Jos¨¦, que ya hab¨ªa tenido otro encontronazo con ¨¦l meses atr¨¢s.
Se enter¨® de su detenci¨®n en la Unidad de Cuidados Intensivos, porque los m¨¦dicos le le¨ªan a menudo noticias sobre el caso.
Pregunta. ?C¨®mo recuerda la agresi¨®n, medi¨® alguna provocaci¨®n?
Respuesta. Ninguna. S¨®lo s¨¦ que El Kurdo ¨¦ste, que estaba con un grupo de colegas, me llam¨® y yo fui hacia ¨¦l. Mientras, mi sobrina y una amiga que iba con nosotros estaban sentadas en un banco del parque. Sin mediar palabra, me apu?al¨® primero en el est¨®mago, luego en la parte izquierda del t¨®rax y tambi¨¦n en una pierna.
P. ?Amenaz¨® la pandilla de rapados a su sobrina, como ella ha declarado a la polic¨ªa?
R. Recuerdo que las tiraron algunas piedras mientras me estaban apu?alando, pero de modo muy confuso. A¨²n no tengo la mente clara. Cuando ca¨ª al suelo mi sobrina fue a pedir auxilio a una central de Telef¨®nica cercana. A mis amigos tambi¨¦n les pegaron.
P. ?Cree que el grupo de ultras pudo seguirles a prop¨®sito desde la discoteca Jake, donde hab¨ªan estado antes?
R. Puede ser, pero yo no me di cuenta. Me parece que los chicos que nos agredieron ya estaban en el parque cuando nosotros llegamos.
P. A muchas personas les sorprende que estuviera por la ma?ana "a¨²n de juerga" con su sobrina de 13 a?os.
R. Est¨¢bamos a punto de irnos a casa. Hay algunas discotecas que abren a las ocho o las doce de la ma?ana, no es nada raro estar a¨²n en la calle a esas horas. Lo de mi sobrina fue un caso excepcional.
P. ?Se hab¨ªa cruzado alguna otra vez con El Kurdo?
R. S¨ª, es un chaval bastante conocido en el pueblo. Hace algo m¨¢s de tres meses, en el mismo parque, empez¨® a insultarme. Yo iba solo dando un paseo y El Kurdo estaba con sus colegas bebiendo unas cervezas. Me dijo cosas como: "Negro, vete de aqu¨ª, no te queremos ver m¨¢s". Ese d¨ªa llegamos incluso a las manos y al final acab¨® rob¨¢ndome unas gafas marca Rayban. No s¨¦ qu¨¦ ha hecho con ellas, pero desde luego se las llev¨®. En aquel momento s¨®lo me defendi¨® una chica que iba con ellos.
P. ?No se alarm¨® ni denunci¨® este hecho?
R. Pues no. No puedo vivir con el miedo encima. Yo cre¨ª que lo de las gafas ya estaba olvidado, pero cuando le vi el pasado domingo pens¨¦: vaya, ya est¨¢ ¨¦ste aqu¨ª otra vez, pero no me imagin¨¦ lo que me iba a hacer despu¨¦s. Nunca cre¨ª que me fuera a pasar esto.
P. ?Se va a mudar de Alcobendas? ?Volver¨¢ a frecuentar los locales de antes?
R. Mi vida va a ser la misma. No me voy a mudar despu¨¦s de vivir ocho a?os en Alcobendas y tomar¨¦ copas donde yo quiera. Ahora ya no sabes qui¨¦n es nazi y qui¨¦n no: todos llevan el pelo muy corto y botas militares. Poco m¨¢s me pueden hacer despu¨¦s de esto y, adem¨¢s, Alcobendas es un buen sitio a pesar de todo.
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre este tipo de agresiones?
R. Para m¨ª es muy dif¨ªcil decir algo ahora. Prefiero esperar y ordenar mis ideas. De todas maneras, luchar¨¦ porque desaparezca la violencia racista.
P. Ha recibido la visita del alcalde de Alcobendas y de algunos concejales, ?cree que los pol¨ªticos se toman en serio lo ocurrido?
R. S¨ª, me han dicho que puedo pedirles ayuda en todo lo que necesite. Hasta me han ofrecido un abogado para el juicio. Me parece bien que se preocupen aunque mi trabajo de pintor no corre peligro, porque el jefe es amigo m¨ªo y entiende la situaci¨®n.
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