Los sindicatos participan en el congreso eclesi¨¢stico de la pobreza

La Conferencia Episcopal Espa?ola lleva meses preparando el Congreso Nacional de la Pobreza que empieza hoy en Madrid. Entre los invitados a participar est¨¢n las tres principales centrales sindicales -CC OO, UGT y USO-, que han confirmado su asistencia. Los encargados de presentar ayer este congreso estuvieron de acuerdo en afirmar que, de momento, los criterios de convergencia de Maastrich est¨¢n castigando en Espa?a y en el resto de Europa a las capas m¨¢s desfavorecidas de la sociedad.

Los dos pol¨ªticos m¨¢s relevantes del PP que hab¨ªan sido invitados a las jornadas de la Conferencia Episcopal han excusado, sin embargo, su asistencia. Se trata del alcalde de Madrid Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano y de la secretaria general de Asuntos Sociales Amalia G¨®mez.La participaci¨®n de las administraciones en este congreso va a ser tan pobre como lo es la colaboraci¨®n de las instituciones p¨²blicas en las actividades caritativas que realiza la iglesia y sus instituciones afines, como C¨¢ritas, Confer (Conferencia Espa?ola de Religiosos) o las Asociaciones Vicencianas. Seg¨²n datos recabados ahora por la iglesia espa?ola, s¨®lo en el 10% de sus acciones sociales cuenta con la contribuci¨®n de una administraci¨®n p¨²blica; casi siempre la de un Ayuntamiento o una comunidad aut¨®noma. Pocas veces la del Estado central.

"Este dato tiene dos lecturas", explic¨® Pablo Mart¨ªn, secretario general de C¨¢ritas. "Por un lado, la acci¨®n de la iglesia est¨¢ tan extendida que la Administraci¨®n le dota de recursos y deposita en ella la confianza de la labor social. La otra lectura es m¨¢s negativa y es la que se deriva del hecho de que la extensi¨®n de los servicios sociales en Espa?a es a¨²n insuficiente y est¨¢ por debajo de la media de los pa¨ªses europeos de nuestro entorno".

Seg¨²n datos de C¨¢ritas, en Espa?a sigue habiendo ocho millones de pobres, si bien el n¨²mero de pobres severos (rentas personales disponibles inferiores al 25% de la media) ha quedado reducido de los 4 millones que hab¨ªa en 1984 a 1,5 millones. Ha aumentado el n¨²mero de pobres relativos de 4 millones a 6,5.

Pero para la iglesia, como para otras muchas instituciones sociales, la pobreza no es s¨®lo un problema de rentas, sino, en general, de exclusi¨®n social. Y en este contexto, la Conferencia Episcopal destacaba ayer que, si bien es una buena noticia la disminuci¨®n de la pobreza severa, es un hecho que en el mundo desarrollado aumenta la exclusi¨®n social y se impone el trabajo temporal frente al fijo. "Es verdad que es mejor tener un puesto de trabajo temporal que estar en el paro", dijo ayer el obispo de Vic Jos¨¦ Mar¨ªa Guix, "pero el trabajo temporal obliga a la gente a vivir con angustia. Hay que luchar por la consolidaci¨®n de los puestos de trabajo. Mientras no haya una pol¨ªtica que fomente el trabajo, no se mejorar¨¢".

En este asunto se espera la intervenci¨®n activa de los sindicatos en el congreso nacional que comienza hoy y termina el s¨¢bado. Porque en estas cuestiones, iglesia y sindicatos tienen puntos de vista coincidentes. "La parte m¨¢s d¨¦bil del Tratado de Maastrich es su dimensi¨®n social frente a su dimensi¨®n econ¨®mica", dice Jos¨¦ Mar¨ªa Ib¨¢?ez, de las Asociaciones Vivencianas. "En todos los pa¨ªses estamos viendo que las capas m¨¢s desfavorecidas de la sociedad est¨¢n sufriendo las consecuencias".