RAPI?A ESCULT?RICA

La ciudad de Oviedo, inmortalizada tantas veces en el g¨¦nero narrativo, aspira ahora a engrandecer su monumentalidad con una apuesta decidida por el arte escult¨®rico. La capital asturiana se ha poblado de obras art¨ªsticas de muy diversos autores, que han acabado por integrarse con prontitud en la vida ciudadana como elementos indisociables ya de su paisaje urbano y de su paisanaje m¨¢s entra?able y representativo. Williams B. Arrensberg, de Eduardo Urculo, goza ya de la m¨¢s plena carta de ciudadan¨ªa y La maternidad, de Fernando Botero, alcanz¨® en pocos meses la consagraci¨®n suprema al ser rebautizada por el decir popular con una nueva denominaci¨®n: La gorda y el guaje. Pero no han faltado tampoco las agresiones. Si un d¨ªa el ni?o de Botero amaneci¨® luciendo un preservativo en el ap¨¦ndice que le es propio, en las ¨²ltimas semanas los ataques han cobrado mayor virulencia. Ni un d¨ªa. permaneci¨® ¨ªntegro el conjunto escult¨®rico con el que Manolo Linares inmortaliz¨® en la emblem¨¢tica plaza Trascorrales el antiguo oficio de la lechera. El mismo d¨ªa de su inauguraci¨®n desapareci¨® uno de sus cl¨¢sicos recipientes y pronto le aserraron el ronzal al pollino que la acompa?aba, pero los contrarios al rosario de monumentos sembrado por el alcalde por toda la ciudad no acab¨® ah¨ª y d¨ªas atr¨¢s tambi¨¦n sufri¨® una agresi¨®n similar una imagen de santa Eulalia de M¨¦rida, patrona de la di¨®cesis. El Ayuntamiento est¨¢ dispuesto, pese a todo, a perseverar en su empe?o art¨ªstico.-