Un quite providencial
N¨²?ez / Romero, Mu?oz, Jesul¨ªn
Toros de Joaqu¨ªn N¨²?ez, bien presentados, inv¨¢lidos y descastados, a excepci¨®n de los dos ¨²ltimos, que desarrollaron genio.
Curro Romero, media baja (ovaci¨®n); dos pinchazos y media perpendicular
(ovaci¨®n). Emilio Mufloz, bajonazo y estocada (silencio); bajonazo (ovaci¨®n). - Jesul¨ªn
de Ubrique, pinchazo, media, un descabello y el toro se echa (silencio); casi entera
(oreja).
Plaza de la Maestranza, 28 de septiembre. Primera corrida de la Feria de San Miguel. Tres cuartos de entrada.
No es que evitara un percance, es que fue un aut¨¦ntico quite de la Providencia, realmente divino. Y lo ejecut¨®, claro est¨¢, el representante m¨¢ximo del arte taurino en la tierra: Curro Romero.Puede parecer una exageraci¨®n, pero qu¨¦ m¨¢s da cuando se trata de una visi¨®n inexplicable, un sue?o hecho realidad, la ruptura de la raz¨®n y un monumento a la sensibilidad.
Curro Romero no tiene explicaci¨®n; y lo que hace. no tiene nombre. Cuantos m¨¢s a?os cumple, mejor torea; cuanta m¨¢s edad, m¨¢s joven, cuanto m¨¢s a?ejo, m¨¢s ilusi¨®n y valent¨ªa. Un torero de los pies a la cabeza. ?Alguien tiene una explicaci¨®n razonable para un milagro tan inaudito?
El comienzo fue premonitorio: durante el pase¨ªllo se estren¨® el pasodoble Curro Romero. El Fara¨®n llego a Sevilla con hambre de triunfo, con una decisi¨®n desconocida, y desparram¨® su arte sublime por el albero de la Maestranza. El momento culminante lleg¨® en un quite a su primero, de tres ver¨®nicas y media, que fue una caricia, toreo de pura seda, un recuerdo imborrable; tres ver¨®nicas largas y hondas y una media dibujada con especial esmero. La plaza revent¨® y la m¨²sica acompa?¨® la alegr¨ªa. La causa de tanto alboroto era muy simple: el toreo se hab¨ªa hecho presente.
Pero no empez¨® ah¨ª ni acab¨® la tarde de Curro. Hab¨ªa recibido a su primero con cinco ver¨®nicas gan¨¢ndole terreno al toro hasta los medios. Muleta en mano, el toro, dulce pero sin fuerza, se apag¨®, y todo qued¨® en detalles de buen gusto. Poco le permiti¨® el cuarto, que era un inv¨¢lido ¨¢spero. Surgi¨®, entonces, el Curro valiente que gan¨® la pelea con gallard¨ªa ante un animal que lo buscaba con sa?a al final de cada pase. No contento con tan completa actuaci¨®n, tom¨® el capote en el ¨²ltimo toro de Jesul¨ªn y volvi¨® a dejar el sabor de dos ver¨®nicas de la marca Romero.
Despu¨¦s de Curro, pasaron otras cosas pero todo perteneci¨® ya al terreno de lo humano, cuajado de imperfecciones.
Imperfecto, por ejemplo, estuvo el presidente de la corrida, que disimula muy bien su improbable conocimiento; y no tiene problema alguno en permitir un fraude tras otro a los espectadores. No devolvi¨® varios toros inv¨¢lidos y soport¨® como si no fuera con ¨¦l las broncas correspondientes. Est¨¢ claro que la ignorancia es atrevida.
Con un toro inv¨¢lido se las vio Emilio Mu?oz y nada pudo hacer; el quinto, por el contrario, era encastado y le permiti¨® una faena que pudo ser grande y qued¨® en desigual. Alg¨²n natural bueno, alg¨²n derechazo extraordinario, pero faltaron la confianza y la naturalidad. Brill¨®, sin embargo, con el capote en un quite por ver¨®nicas tras el providencial de Curro Romero.
Seguro de s¨ª mismo demostr¨® estar Jesul¨ªn en el sexto (el tercero era un muerto en vida), y, realiz¨® una faena de torero serio y experimentado; una faena de mando y ligaz¨®n por ambos lados ante un toro con genio que no permiti¨® confianza alguna. Cort¨® una oreja muy meritoria s¨®lo protestada por algunos cursis.Bl¨¢zquez y Calvo, heridos
Los novilleros Ra¨²l Bl¨¢zquez y Jos¨¦ Calvo resultaron ayer heridos de pron¨®stico menos grave en Amedo (La Rioja) y Algemes¨ª (Valencia), informa Efe. Bl¨¢zquez fue cogido en la cara interna del muslo derecho y Calvo, en la cara intema del muslo izquierdo.
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