Desastre ganadero
Rojas / Pareja, Umbrete?o, Bejarano
Toros de Gabriel Rojas, 4? y 6? como sobreros, mansos de solemnidad, blandos, descastados y broncos.
Mart¨ªn Pareja Obreg¨®n: estocada baja (ovaci¨®n); estocada (ovaci¨®n).
Umbrete?o: tres pinchazos y dos descabellos (palmas); media y descabello (ovaci¨®n).
Vicente Bejarano: dos pinchazos (ovaci¨®n); estocada casi entera, cuatro descabellos -aviso- y seis descabellos (ovaci¨®n).
Plaza de la Maestranza, 29 de septiembre. Segunda y ¨²ltima corrida de la Feria de San Miguel. Media entrada.
Si resulta imposible saber de antemano lo que un toro guarda en las entra?as de la bravura, a¨²n m¨¢s dif¨ªcil parece reunir a seis ejemplares con las mismas intenciones. ?se es un aut¨¦ntico gordo de la Primitiva, una carambola o qui¨¦n sabe si la constataci¨®n de que en la ganader¨ªa abunda un g¨¦nero de caracter¨ªsticas muy parecidas. Si lo ¨²ltimo fuera cierto, el ganadero tiene motivos suficientes para cerrar la dehesa y dedicar sus preocupaciones a otros menesteres.Seis mansos, seis; seis extraordinarios mansos, bueyes de carga, descastados, inv¨¢lidos, broncos y cobardes. Seis animales para el matadero, sin categor¨ªa alguna para morir en la plaza de la Maestranza sevillana. Curiosamente, los seis iguales, lo cual da mucho que pensar. Gran casualidad es que con la cantidad de toros que tiene Gabriel Rojas en el campo, le salgan sixtillizos.
Un sonoro fracaso, pues, de una ganader¨ªa que debe iniciar unas merecidas vacaciones, ganadas a pulso, despu¨¦s de una tarde para el olvido que rompi¨® las ilusiones de tres j¨®venes toreros que derrocharon ambici¨®n y, tambi¨¦n, desesperaci¨®n.
Si en esta fiesta hubiera justicia -que no la hay-, el empresario sevillano tendr¨ªa ya reservado un puesto de honor en la pr¨®xima Feria de Abril para esta terna que ha tenido una actuaci¨®n dign¨ªsima, valiente y artista. Se hacen apuestas, sin embargo, a que el ganadero volver¨¢ antes que cualquiera de los tres toreros. Aunque parezca mentira, as¨ª son las cosas en este espect¨¢culo.
Sea como fuere, quede claro el fiasco de los toros -no se salv¨® ni uno-, y el triunfo sin orejas de los toreros. S¨®lo sus deseos de triunfo consiguieron espantar en algunos momentos el enfado y el aburrimiento.
Mart¨ªn Pareja Obreg¨®n, por ejemplo, se present¨® en Sevilla como un torero nuevo, ilusionado, con las ideas claras y una voluntad y entrega sorprendentes. Como, adem¨¢s, torea bien, consigui¨® una faena pinturera, elegante y fina ante el primer marmolillo de la tarde. A base de insistir, dibuj¨® naturales, trincherillas y pases de pecho que, si bien carec¨ªan de emoci¨®n por la escasa acometividad de su oponente, guardaban un alto contenido torero. Volvi¨® a tirar con valent¨ªa del cuarto, que se mov¨ªa a¨²n menos, y termin¨® desesperado ante la cobard¨ªa del animal.
Umbrete?o se enfrent¨® a un lote imposible ante el que s¨®lo pudo demostrar un valor fr¨ªo que asust¨® a todos. Se jug¨® la vida sin cuento en una porf¨ªa in¨²til pero comprensible en quien busca contratos como un desesperado. Tore¨® bien, con gracia enorme, a la ver¨®nica, y se gan¨® una voltereta sin consecuencias al matar a su primero.
Bejarano dej¨® muy claro que quiere ser figura y que cuenta con los mimbres necesarios para ello. Plant¨® cara a la adversidad con una ilusi¨®n desbordante y una concepci¨®n artista de torero valiente. Tore¨® maravillosamente a la ver¨®nica a su primero y se entreg¨® con tanta verdad y tan cerca en el sexto -astifino por m¨¢s se?as-, que el toro lo lanz¨® por los aires y lo busc¨® con sa?a en la arena, aunque, milagrosamente, el diestro no result¨® herido.
Tres valientes, tres toreros, abandonaron por su pie la Maestranza entre la ovaci¨®n y el respeto de la afici¨®n sevillana.
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