La Real lleva al Athletic al precipicio

Luis Fern¨¢ndez escribi¨® un pr¨®logo del derbi vasco cargado de iron¨ªa, casi un juego dial¨¦ctico convertido en una diversi¨®n sobre el significado futbol¨ªstico que se atribuye a jugar con las tripas. En definitiva, un ejercicio barroco impropio de un autor que presume de realismo m¨¢gico. El Athletic y su t¨¦cnico, impresionados por el esp¨ªritu del derbi, sacrificaron sus virtudes y se ofuscaron en un atasco monumental del que les sac¨® la Real Sociedad en un par de volantazos para conducirles al precipicio. El oficio result¨® m¨¢s pr¨¢ctico que el barroquismo.La Real Sociedad asumi¨® el derbi de forma convencional. Primero resistir, despu¨¦s correr y si es posible rematar. Todo lo hizo con orden, sin brillantez ninguna pero con eficacia casi total. El Athletic sali¨® con el pie cambiado porque Luis Fern¨¢ndez dispuso una banda derecha que era una invitaci¨®n al suicidio. ¨®scar Vales y Larrainzar ejerc¨ªan de defensores realistas y de paso amargaban la existencia a Guerrero y Urrutia. Su monopolio del partido conduc¨ªa inevitablemente al desierto futbol¨ªstico. De un plumazo el Athletic hab¨ªa desarmado su esqueleto ofreciendo una imagen paup¨¦rrima. Cuando interioriz¨® su miedo, y fue consciente de su ineptitud, la Real Sociedad le hab¨ªa colado dos goles jugando al paso, a un ritmo cansino y lo que es peor sin aparente esfuerzo. Craioveanu y De Paula demostraron que hacerle gol al Athletic resulta demasiado sencillo: su inmadurez es tan rotunda que le lleva incluso a prescindir de Guerrero, a marginarle cuando no a condenarle a una labor de zapa impropia de su rango e in¨²til para el juego del equipo.

Desprovisto el Athletic de jerarqu¨ªa, con Etxeberr¨ªa en el banquillo y la Real Sociedad asentada en su terreno, el conjunto bilba¨ªno se acomod¨® en el naufragio hasta que Guerrero en dos acciones modific¨® el rumbo. Un saque de esquina se tradujo en el primer gol y un libre directo recuper¨® el aliento. Pero el Athletic estaba muerto de antemano, m¨¢s a¨²n cuando Urrutia enfil¨® el camino de los vestuarios v¨ªctima de una doble amonestaci¨®n.

El Athletic, durante la segunda mitad, camin¨® en barrena. Guerrero se qued¨® sin ayudantes y en eso lleg¨® el tercer gol donostiarra, el t¨ªpico gol que se puede ver en San Mam¨¦s. De Pedro, con inteligencia, rompi¨® la l¨ªnea defensiva del Athletic y habilit¨® a Idiakez para que marcara a placer.