Toledo II
Los sindicatos de clase y el ministro de Trabajo y Seguridad Social han llegado a un nuevo acuerdo sobre la reforma del sistema de pensiones p¨²blicas hasta el a?o 2001. La confederaci¨®n empresarial no lo suscribe, por dos razones: una expresa, no se aligeran las cuotas que las empresas pagan a la Seguridad Social por sus empleados; y otra t¨¢cita, no se fomentan los sistemas de ahorro complementarios a la pensi¨®n p¨²blica. En vista de ello, todos los beatos de nuestro pa¨ªs han tachado de irresponsable la conducta del se?or Cuevas, el presidente de los patronos.En febrero de 1994, el grupo parlamentario catal¨¢n present¨® una proposici¨®n no de ley en las Cortes pidiendo que se creara en el seno de la Comisi¨®n de, Presupuestos una ponencia para analizar los problemas estructurales de la Seguridad, Social y sus posibles reformas. En la exposici¨®n de motivos se le¨ªa: "Desde hace dos a?os el Presupuesto de la Seguridad Social registra crecientes d¨¦ficit. La actual recesi¨®n econ¨®mica ha agravado esta situaci¨®n. ( ... ) Estas problem¨¢ticas coyunturales ( ... ) se agravan ( ... ) a causa del envejecimiento de la poblaci¨®n espa?ola, a causa del aumento del paro, y a causa de la estructura financiera del sistema de la Seguridad Social espa?ola fundamentado en un r¨¦gimen de reparto." El diagn¨®stico no pod¨ªa ser m¨¢s atinado.
Para evitar la insolvencia de la Seguridad Social, nuestros parlamentarios ten¨ªan dos caminos: o reducir el monto de las pensiones; o transformar el sistema de reparto en uno de capitalizaci¨®n. Reunidos en Toledo, eligieron el primer camino. Desde 1985 la cuant¨ªa de la pensi¨®n se calculaba sobre la base del salario de los ¨²ltimos ocho a?os, pero en Toledo se propuso elevarlos inmediatamente a 15. El retiro forzoso, ahora legalmente establecido a los 65 a?os, se retrasar¨ªa hasta los 70 y se permitir¨ªa que el jubilado trabajase sin pagar cuota. Tambi¨¦n se buscar¨ªa controlar el n¨²mero de quienes consiguen certificado de invalidez, en la actualidad el 30% de los pensionistas, as¨ª como reducir el periodo medio de incapacidad transitoria. Todas estas medidas tendr¨¢n su justificaci¨®n, pero no cabe duda de que significan una reducci¨®n a hurtadillas de las prestaciones.
Las reformas eran, nos dijeron, las m¨ªnimas para salvar el sistema de reparto. El reciente acuerdo con los sindicatos, que motejar¨¦ de Pacto de Toledo II, contiene unas propuestas a¨²n m¨¢s blandas: no cambiar el periodo de c¨®mputo para las pensiones de inmediato a 15 a?os, sino s¨®lo a 13 anualmente hasta el 2001; cobrar la cuota a los jubilados que trabajaran; pagar la pensi¨®n integra a los prejubilados, en vez de reducirles la base reguladora en un 8% como en la actualidad. Todo lo m¨¢s se ha aumentado la base de cotizaci¨®n de los aut¨®nomos, las cenicientas del sistema. Por desgracia, es muy cuesta arriba la reforma de un sistema de reparto, pues por su naturaleza incentiva a los individuos a cotizar menos y a exigir m¨¢s de lo que corresponde, especialmente en un euf¨®rico momento en el que los jubilados eran pocos y los trabajadores muchos.
En cambio, si los beneficios de los jubilados resultaran del ahorro personal y sus r¨¦ditos, la correspondencia entre lo aportado y las prestaciones es directa: poco tendr¨ªan entonces que decir los sindicatos. Ya s¨¦, ya s¨¦, es dif¨ªcil pasar de un sistema de reparto a uno de capitalizaci¨®n, pues aparece una "generaci¨®n perdida" que cargar¨¢ con las pensiones de los jubilados y el ahorro para las propias: pero la transici¨®n puede ser pasito a pasito, como fue la del Reino Unido, o la que ha propuesto Pi?era para Espa?a.
El ministro, envalentonado sin duda por su firmeza ante los patronos, ha prometido hacer el a?o que viene "su propia reforma del mercado de trabajo". Recuerdo que no se atrevi¨® a estudiar siquiera la propuesta del presidente Pujol de que todos los contratos laborales, fuesen fijos o temporales, se convirtieran en indefinidos con 12 d¨ªas de indemnizaci¨®n por a?o de empleo. Me parece que al ministro Arenas le faltan ingredientes para hacerse de hormig¨®n ante las exigencias de los buscadores de rentas.
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