La sutileza de Ravel

Para inaugurar su curso musical la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid invit¨® a la Sinf¨®nica de Tenerife con su titular, V¨ªctor Pablo P¨¦rez, despu¨¦s del reciente ¨¦xito alcanzado en Londres. Abr¨ªa el programa la suite de Don Quijote, de Roberto Gerhard, una obra pensada para ballet, sentida muy personalmente y orquestada con suma inteligencia. La versi¨®n, excelente, cont¨® con claridad las aventuras del hidalgo castellano a trav¨¦s de una organizaci¨®n sonora rigurosa y matizada.En la segunda parte, dedicada a Maurice Ravel, escuchamos el Concierto en sol, estrenado en 1932, y la m¨¢gica suite Ma m¨¨re l'oye, de 1910. Asumi¨® en la primera obra la parte solista el joven Frank Braley, quien a sus 28 a?os acusa una personalidad sensible, casi sensitiva, una t¨¦cnica importante y una filiaci¨®n natural al "buen gusto" franc¨¦s. En conjunto, tanto por el pianista como por la orquesta, tuvimos una interpretaci¨®n delicada, un tanto neutra, pero en todo caso meritoria. Verdaderamente esper¨¢bamos m¨¢s de este premio Reina Isabel de B¨¦lgica 1991.

Lo mejor de la noche fue Ma m¨¨re l'oye, aunque habr¨ªa venido bien una mayor extremosidad en las sutilezas de unos pentagramas de puro cristal. Mas el ¨¦xito, a lo largo de toda la noche, fue general para los m¨²sicos tinerfe?os y el maestro burgal¨¦s, que acus¨®, no obstante, cierta tendencia a la exageraci¨®n gestual y sonora.