El cap¨ªtulo final deTennessee Williams
Hace un mes que no llegan flores frescas, como cada semana, a la suite de dos habitaciones en la que viv¨ªa Rose Williams. La hermana e inspiradora de Tennessee Williams, disminuida mentalmente tras la lobotom¨ªa que le fue practicada en 1943, muri¨® el pasado 4 de septiembre, a los 87 a?os de edad, y la noticia apenas traspas¨® las paredes de la Bethel Methodist Home (en Ossining, Nueva York), un edificio de ladrillo rojo en lo alto de una colina.-El patronato que el dramaturgo dej¨® constituido a su muerte en 1983 -unos 1 300 millones de, pesetas de herencia-, se encarg¨® de que a Rose Williams no le faltase nada: le llegaban flores, ten¨ªa enfermeras las 24 horas, buenos muebles, visitas frecuentes y una fotograf¨ªa enmarcada sobre el televisor con su actor favorito, Tristan Rogers, de su serie favorita, Hospital general."Rose. Su cabeza cortada abierta. Una navaja punzando en su cerebro. Yo. Aqu¨ª. Fumando". El poema de Tennessee Williams revela el dolor que supuso para ¨¦l la pavorosa operaci¨®n a la que su hermana mayor fue sometida, al parecer sin conocimiento del dramaturgo y con la sola autorizaci¨®n de su madre, Edwina Dakin (quien siempre pens¨® que su hijo nunca la perdon¨® por ello). En la biografia Tom, el desconocido Tennessee Williams, Lyle Leverich retrata el sofocante ambiente habitado por los hermanos, ambos v¨ªrgenes con 24 y 22 a?os, bajo la presi¨®n puritana de la madre y el temor a un padre alcoh¨®lico y violento (Tennessee Williams acabar¨ªa descubriendo su homosexualidad y Rose entrar¨ªa en un declive demencial en buena parte consecuencia de su sexualidad frustrada).
"Tom [Tennessee] hab¨ªa idolatrado a su hermana desde que era un ni?o, y disfrutaba con cualquier imagen de ella", escribe Leverich, para quien "con el tiempo, se fue desvelando que el amor que sent¨ªan Tom y Rose el uno por el otro fue el m¨¢s profundo de sus vidas".
Sangre alterada
"Mi madre y mi abuela materna ven¨ªan de una sangre m¨¢s calmada que mi hermana y yo", escribi¨® Tennessee Williams. "Ellas eran incapaces de sospechar los peligros a los que nos enfrent¨¢bamos por el hecho de tener la sangre turbulenta de nuestro padre. Energ¨ªas irreconciliables luchaban por la supremac¨ªa dentro de nosotros. La paz no pod¨ªa conseguirse nunca: como mucho una especie de armisticio, de fuego latente alcanzado tras numerosas batallas".Esa violencia interior, larepresi¨®n, la santidad, la histeria, el desequilibrio de la mente, los tranquilizantes, la opresi¨®n amiental y el fracaso de los d¨¦biles desprotegidos forman parte de los rasgos con los que Tennessee Williams dibuj¨® algunos de sus mejores personajes. Varios de ellos se inspiraron en su hermana Rose Will¨ªams, sobre todo el de Laura en El zoo de cristal, perotambi¨¦n el de Blanche du Bois en Un tranv¨ªa llamado deseo, Hannah Jelkes en La noche de la iguana y Alma Winemiller en Verano y humo (esta ¨²ltima obra se representa en la actualidad en Broadway, en un desigual montaje interpretado por Mary McDonnell y Harry Hamlin). Pr¨¢cticamente en cada obra de Williams puede seguirse el rastro, en alg¨²n personaje principal o secundario, de su hermana Rose. El dramaturgo le devolvi¨® la conciencia por medio del teatro, en un sentimiento difuso de huida, desolaci¨®n y culpa. En un poema se dirige a ella: "Qui¨¦n vendr¨¢, temprano y suavemente, a tranquilizar mi casa / mientras ando por las habitaciones en sombra con el coraz¨®n abrumado?"
En su vida cotidiana Rose Williams se hab¨ªa inventado una familia con la mujer que la cuidaba -a la que consideraba su hija-, la enfermera de d¨ªa y el conductor. En la pared hab¨ªa un p¨®ster de su hermano, al que imaginaba como hijo suyo, al igual que al productor Charles Bowden, uno de sus visitantes leales. Disfrutaba de placeres como la ropa, cantar himnos en la iglesia, viajar en coche o las navidades. En una ocasi¨®n, con su hermano todav¨ªa vivo, ¨¦ste, Maureen Stapleton y otros amigos le montaron a Rose Williams unas navidades en pleno verano, y los dos hermanos bailaron y cantaron villancicos. Como si se tratara de un reflejo real de Blanche du Bois, Rose Williams nunca dec¨ªa no, sino "no lo deseo".
La revista The new yorker ha dicho que su muerte cierra el cap¨ªtulo final del gran legado que su hermano dej¨® al siglo XX.
Babelia
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