Un cami¨®n de basura radiactiva cada d¨ªa
Las centrales nucleares todav¨ªa almacenan m¨¢s bidones peligrosos que el 'cementerio' de El Cabril
Una pinza met¨¢lica, tan precisa como fuerte, recoge 45 bidones desde un almac¨¦n de la central nuclear de Cofrentes (Valencia), que genera el 5% de la electricidad nacional, y los deposita en un cami¨®n de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). La delicada operaci¨®n dur¨® tres horas de la tarde del pasado martes. Fue el comienzo de uno de los 300 viajes anuales de Enresa para transportar residuos de baja y media radiactividad (peligrosos durante 300 a?os) desde las nueve centrales nucleares espa?olas hasta el cementerio radiactivo de El Cabril, situado en la solitaria Sierra Albarrana (C¨®rdoba).
Cada espa?ol, junto a ese kilo de basura dom¨¦stica que produce diariamente, tambi¨¦n est¨¢ aportando su granito de la basura radiactiva que sale de las centrales nucleares -la tercera parte de la electricidad consumida en Espa?a tiene origen at¨®mico- y de hospitales, industrias -textiles, papeleras- y laboratorios de investigaci¨®n. Bien es cierto que el 90% de estos residuos procede de las centrales.
Una vez que la carga ya est¨¢ preparada, los 45 bidones reposan en la caja de acero blindado del cami¨®n. Uno de los diez camiones con que cuenta Enresa para estos particulares viajes. Cada bid¨®n va lleno con una mezcla de un tercio de residuos radiactivos (desde guantes, batas y herramientas hasta l¨ªquidos y resinas filtrantes) y dos tercios de hormig¨®n que los solidifica e inmoviliza. Cada bid¨®n pesa unos 500 kilos.
Al d¨ªa siguiente, mi¨¦rcoles, el cami¨®n inici¨® su traves¨ªa. "?Miedo al c¨¢ncer por lo que llevo en el cami¨®n? No, hombre, no. En todo caso, por lo que fumo. Y eso s¨ª que no puedo dejarlo", contaba Rafael Amesti, uno de los dos conductores que llevaron el cami¨®n hasta El Cabril, en turnos de dos horas y a una velocidad m¨¢xima de 80 kil¨®metros por hora. Tienen prohibido conducir en fin de semana o coincidiendo con las grandes operaciones de tr¨¢fico de salida o retomo.
50.000 bidones
A pesar de estos movimientos, el stock de estos peligrosos bidones -peligrosos si no est¨¢n controlados- en las centrales nucleares es todav¨ªa mayor que el de El Cabril. En las centrales hay unos 50.000, seg¨²n informaciones de Enresa. En El Cabril, unos 40.000. Enresa los lleva de un sitio a otro a un ritmo medio de un cami¨®n por d¨ªa -en lo d¨ªas laborables-; o sea, unos 300 al a?o. As¨ª, poco a poco, El Cabril ha ocupado ya la sexta parte de su capacidad. Jorge Lang-Lenton, director de Diversificaci¨®n y Relaciones Externas de Enresa, calcula que no se llenar¨¢ hasta el 2012: "0 m¨¢s, ya que est¨¢ funcionando muy bien el programa de minimizaci¨®n de residuos en las centrales; ahora producen la mitad que cuando empezamos hace diez a?os".?Y despu¨¦s del 2012? "Pues hay dos opciones", dice Lang-Lenton. "O se ampl¨ªa El Cabril, que ser¨ªa lo m¨¢s econ¨®mico. O se busca otro emplazamiento, cosa que no descartarnos". Ya se puede entrever la agitaci¨®n social que crear¨ªa buscar ese sitio entre los recelosos municipios espa?oles. Alejandro Pina, presidente de Enresa, ha optado por retrasar el cementerio definitivo -antes se hablaba de construirlo en tomo al 2020- y por abrir ahora un debate sobre los almacenes internacionales.
El cami¨®n lleg¨® a El Cabril a las 22.30 del mi¨¦rcoles. Y el jueves por la ma?ana se procedi¨® a su descarga. Veinte de las 200 personas que trabajan en El Cabril dedican sus ma?anas a ello. Todo por control remoto; a trav¨¦s de pantallas. Tanto la carga como la descarga la realizan unos puentes gr¨²a teledirigidos, que evitan radiaci¨®n a los trabajadores. Los bidones se introducen -de 18 en 18- en unas estructuras c¨²bicas de hormig¨®n, que se rellenan y cierran tambi¨¦n con hormig¨®n. Esos cubos, de 25 toneladas cada uno, son metidos en unas celdas que son recubiertas con diversas capas aislantes e impermeables, m¨¢s una final de tierra. Una vez sellado El Cabril, en el 2012, habr¨¢ que esperar 300 a?os hasta que esa basura no suelte m¨¢s radiactividad que la de la naturaleza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Mercanc¨ªas peligrosas
- Transporte mercanc¨ªas
- Energ¨ªa nuclear
- Transporte
- Energ¨ªa
- Enresa
- Cementerios nucleares
- Residuos nucleares
- Instalaciones residuos
- Residuos
- Saneamiento
- Empresas p¨²blicas
- Salud p¨²blica
- Problemas ambientales
- Pol¨ªtica sanitaria
- Sector p¨²blico
- Equipamiento urbano
- Empresas
- Sanidad
- Administraci¨®n p¨²blica
- Econom¨ªa
- Urbanismo
- Salud
- Medio ambiente