Una odisea en Akron (Ohio)
Carlos fue a cursar 3? de BUP y le faltaron aulas apropiadas,comida e higiene
Su timidez no le permite exagerar los hechos. Relata su triste aventura en Estados Unidos con pesar pero no a?ade calificativos disonantes. Carlos Gonz¨¢lez Kuhn tiene 17 a?os y en agosto pasado vio c¨®mo su aventura de estudiar el tercer curso de BUP en Akron (Ohio) se convert¨ªa en una pesadilla de la que quiso salir al segundo d¨ªa de comenzar las clases en la High School Garfield.La historia empez¨® a cojear desde el principio: los documentos relacionados con el programa llegaron con retraso a los padres y, ya en Barajas, a punto de partir, Carlos se encontr¨® con que el billete que le entregaba la representante de la organizaci¨®n EF Fundation (A?o Escolar en el Extranjero) ten¨ªa como destino Pensilvania en lugar del previsto, Cleveland, el aeropuerto m¨¢s pr¨®ximo a su futuro lugar de residencia, Akron (Ohio). "Esto lo arreglamos en Nueva York", dijo en tono seguro la delegada de EF. Carlos pas¨® la noche en un hotel de la ciudad de los rascacielos y se traslad¨® solo a la ma?ana siguiente al aeropuerto de Kennedy con destino, por fin, a Cleveland.
Lleg¨® a Akron y fue a parar a casa del matrimonio de 42 a?os Dan y Patty Filipowicz, con dos hijos de 18 y 14 a?os, Dan y Valerie. El hogar era el proporcionado por la citada organizaci¨®n a la que el padre de Carlos hab¨ªa pagado 956.000 pesetas: viaje de ida y vuelta, alojamiento con manutenci¨®n y clases en una high school.
Carlos atraves¨® el umbral de la puerta de una casa de dos plantas y, ante sus ojos, un saloncito sucio, unos dormitorios en malas condiciones y un cuarto de ba?o cuya ba?era no se pod¨ªa utilizar. "Hab¨ªa que bajar al s¨®tano donde hab¨ªa una ducha construida por el padre para salir del paso", relata. "En la ba?era dorm¨ªa el gato", a?ade indignado Enrique Gonz¨¢lez Macho, padre del afectado, agitando en su mano documentos y el contrato firmado con EF.
Sin que el joven formulara una pregunta expl¨ªcita, el estado de desorden y suciedad de la casa le fue justificado por Patty, la madre: su obesidad le impide trajinar con aspiradoras y platos sucios, y no digamos ordenar los trastos desperdigados por la casa.
A los dos d¨ªas de estancia, durante los cuales hab¨ªa intentado desviar la vista del entorno, el joven estudiante adivina que, por falta de medios y por seguir el r¨¦gimen de adelgazamiento de la madre, apenas hab¨ªa alimento que llevarse a la boca. "Un d¨ªa nos dieron siete d¨®lares para cenar fuera sus dos hijos y yo", recuerda. "Con siete d¨®lares no hab¨ªa para nada. Al final, pagu¨¦ yo la cena". Carlos llevaba las fotos de su familia pero no se atrevi¨® a ense?arlas, como tampoco visti¨® algunas de sus ropas por temor a crear distancias. "Me daba apuro que vieran la diferencia. Regal¨¦ a los hijos algunas de mis camisetas y varios de mis libros", recuerda con cari?o porque tom¨® aprecio por la familia. Carlos compart¨ªa habitaci¨®n con Dan, "un chaval muy majo".
Lleg¨® el primer d¨ªa de clase, y antes de salir de casa camino a la High School, Patty le advirti¨®: "Encontrar¨¢s vigilancia policial permanente porque hace alg¨²n tiempo ha habido cuatro violaciones y varios robos", relata Carlos. Por si esta introducci¨®n no bastara, el profesor de espa?ol no tard¨® en rubricar las palabras de Patty: "Si yo tuviera un hijo, no le meter¨ªa en esta escuela". Tres d¨ªas en Akron, en un barrio donde las pandillas animaban el ambiente, y Carlos se apresur¨® a pedir socorro a sus padres: "Sacadme de aqu¨ª", suplic¨® por tel¨¦fono.
Los padres de Carlos vieron truncadas sus vacaciones en Palma de Mallorca -Llamaron a la organizaci¨®n y ¨¦sta recomend¨® que Carlos se dirigiera al encargado de zona de EF, David Hamman, responsable que result¨® ser miembro activo de una rama religiosa de los nazarenos y estar inspirado en un tono "m¨ªstico con el que me recomendaba: 'qu¨¦date en la casa porque Dios lo quiere as¨ª'".
A las reiteradas llamadas de los padres a la organizaci¨®n ¨¦sta insist¨ªa "que se quede y espere", recuerda Enrique Gonz¨¢lez Macho. "Nos hicieron rellenar todos los documentos habidos y por haber para calibrar el estatus econ¨®mico y encontrar una familia en Estados Unidos de nivel equivalente", protesta.
Al final, la madre de Carlos se present¨® en Akron, comprob¨® la realidad y a los cuatro d¨ªas, mediando una buena relaci¨®n con los anfitriones, compr¨® para Carlos un billete a¨¦reo de regreso a Madrid. "EF nos dice que hemos perd¨ªdo los derechos porque nos hemos salido del programa, afirman que ya llev¨¢bamos el billete desde Madrid y eso figura en el contrato como motivo de no devoluci¨®n del dinero que pagamos; pero no es cierto, mi mujer lo compr¨® all¨ª. Se han negado en rotundo a devolvernos el dinero", comenta Enrique Gonz¨¢lez Macho, propietario de una distribuidora de cine que tuvo que alterar los planes de su viaje al festival de Venecia dados los acontecimientos. "Me siento estafado". Tan estafado que est¨¢ dispuesto a denunciar el caso y, para empezar, facilita, su n¨²mero de tel¨¦fono en Madrid (91/542.27.02. o 03) "porque estoy seguro de que muchos padres se sentir¨¢n igual que yo con la organizaci¨®n y no sabr¨¢n a qui¨¦n recurrir".
M¨¢s relajado, Carlos se encuentra en Madrid pero sin matr¨ªcula de 3? de BUP y a la b¨²squeda de otra organizaci¨®n que le permita regresar a Am¨¦rica. "Esperemos que en mejores condiciones", dice el padre. Hace dos a?os, Carlos pas¨® un curso en un peque?o lugar de Irlanda del Norte. Vivi¨® en casa de un guardabosques y conserva un bonito recuerdo: "Todo fue muy bien", afirma.
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