Olano se asfixia en Lugano
Z¨¹lle gan¨® el Mundial de contrarreloj y el guipuzcoano qued¨® octavo, tras Dom¨ªnguez
El ciclismo espa?ol, acomodado en la cultura del ¨¦xito los ¨²ltimos a?os, obtuvo ayer otra muestra de lo que es correr sin Indur¨¢in. Y el suizo tambi¨¦n. Igual que en la Vuelta. Alex Z¨¹lle gan¨® el Mundial contrarreloj, disputado en su tierra, Suiza. Tony Rominger qued¨® tercero, a dos segundos del segundo, el ingl¨¦s Chris Boardinan, y el mejor espa?ol -no Abraham Olano, sino Juan Carlos Dom¨ªnguez- qued¨® s¨¦ptimo. Delante de ellos, dos italianos normales -Nardello y Peron- y un especialista alem¨¢n -Peschel-. Duro regreso a la normalidad, a los tiempos en que esos puestos eran buena noticia. Lo excepcional empieza a ser los a?os en los que la presencia de Indur¨¢in en cualquier cita importante era el invariable pr¨®logo de un ¨¦xito. El hombre que siempre aparec¨ªa imbatible el d¨ªa D a la hora H, medita sobre su retirada. Los candidatos a heredero empiezan a enterarse de la imposible facilidad de los triunfos del navarro, el ¨²ltimo de los ciclistas a la antigua. Y Olano. se asfixi¨® con la carga.El guipuzcoano siempre ha reclamado su propia identidad. Fuera las comparaciones. "Me llamo Olano y no soy Indur¨¢in. Soy Olano", dice siempre. Tiene raz¨®n. Olano es uno, m¨¢s de los buenos hombres del momento. Uno m¨¢s de la actual raza de ciclistas que, forzados por la aguda competencia, necesitan m¨¢s tiempo para preparar un objetivo que para conseguirlo. Con ellos se pele¨® ayer y todos le batieron.
Olano, un gran contrarrelojista -segundo en el Mundial del 95, segundo en los Juegos de Atlanta, tras Indur¨¢in las dos veces-, acudi¨® a Lugano forzado por el patr¨®n del Mapei, Giorgio Squinzi. En juego estaba su futuro, la libertad para poder fichar por el Banesto. Olano se sacrific¨® pensando que su magn¨ªfica clase le valdr¨ªa para cubrir el expediente con dignidad. Fue incapaz. Cuando cuatro o cinco favoritos se mueven normalmente en una contrarreloj de 40 kil¨®metros en un abanico de un minuto, la diferencia entre el ¨¦xito arrasador y el fracaso absoluto es cuesti¨®n de cualquier m¨ªnimo detalle. Y Olano, que llevaba dos meses sin competir en serio, arrastraba toneladas en su contra en comparaci¨®n con los nombres que hab¨ªan corrido la Vuelta -Z¨¹lle, Rominger, Nardello, Peron, Dom¨ªnguez- y con aquellos especialistas entre especialistas que llevaban meses pensando en la cita del 10 de octubre -Boardman y Peschel- Con todos- los que le superaron ayer. Dom¨ªnguez logr¨® el puesto l¨®gico: por detr¨¢s de todos los que le superaron en la Vuelta y por delante de los mal preparados o desconocidos.
Llovi¨® a c¨¢ntaros y gan¨® Z¨¹lle. Lo que hace s¨®lo unos meses parec¨ªa imposible. Pero el suizo astigm¨¢tico no es el mismo. La Vuelta fue su definitiva prueba de madurez. 10 d¨ªas despu¨¦s, sigue corriendo sin cadena, sin miedo y sin caerse. Fue Z¨¹lle el m¨¢s r¨¢pido en los dos descensos, fue el que m¨¢s arriesg¨®, rozando los 60 kil¨®metros por hora. Tambi¨¦n lo fue en, las dos subidas, el ¨²nico que pas¨® de 43 por hora en ambas. Fue el ¨²nico que super¨® los 50 por hora en la media general. Fue la contrarreloj perfecta, los 48 minutos 13 segundos so?ados. Los 39 segundos que le sac¨® a Boardman, los 41 a Rominger, fueron la diferencia entre lo sublime y lo casi perfecto.
Chris Boardman, el hombre que dej¨® la hora en 56,374 kil¨®metros, contaba con paliar en los descensos y en el llano sus limitaciones en las subidas. La lluvia frustr¨® sus planes. Pero tambi¨¦n le frustraron Z¨¹lle y el miedo a Rominger. El primero no desfalleci¨® y al suizo viejo s¨¦ le hizo corta la distancia. Boardman jug¨® conservador para mantener la plata. en vez de arriesgar por el oro, y Rominger se qued¨® a dos segundos.
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