Obiols evita un voto de castigo al ceder el mando del PSC

Raimon Obiols se despidi¨® ayer de la primera secretar¨ªa del PSC con un canto a la amistad entre las familias enfrentadas en el seno del socialismo catal¨¢n. La extrema ponderaci¨®n de Obiols en su discurso en la sesi¨®n inaugural del congreso del PSC satisfizo a todas las partes en liza y conjur¨® el fantasma de un eventual voto de castigo por parte del mayoritario sector afin al senador Josep Maria Sala.

Inmediatamente despu¨¦s del discurso de Obiols, Narc¨ªs Serra reuni¨® a los capitanes territoriales y les pidi¨® que recabasen el voto favorable de los congresistas al informe del a¨²n primer secretario. ?sta era la primera condici¨®n de Obiols para aceptar la presidencia del partido y permitir as¨ª que Serra pueda presentarse como el adalid de la unidad interna cuan do, ma?ana, asuma la primera secretar¨ªa del PSC. El resultado fue claro: 75% a favor y s¨®lo el 15% en contra y 8% en blanco.

Obiols convirti¨® su discurso en un canto a la amistad. Amistad, precis¨®, entre los sectores del partido, "por encima", dijo, "de las diferencias leg¨ªtimas y necesarias; amistad entre las distintas fuerzas pol¨ªticas de la izquierda, m¨¢s all¨¢ de las diferencias obvias y ¨²tiles", y amistad, concluy¨®, entre la izquierda pol¨ªtica y los sectores sociales progresistas para construir una mayor¨ªa electoral capaz de desalojar al nacionalismo conservador de CiU del Gobierno catal¨¢n.

Reiter¨® Obiols su escasa simpat¨ªa por los ejercicios de autocr¨ªtica, pero a rengl¨®n seguido lament¨® que su partido no hubiera progresado en esa triple v¨ªa de amistad: en el interior del PSC, con Iniciativa per Catalunya y Esquerra Republicana, y con sectores progresistas independientes. Y, en un gesto que sorprendi¨® a los salistas m¨¢s radicales, no ahorr¨® elogios al aparato organizativo del partido, tantas veces denostado por los obiolistas. "La ejecutiva [del PSC) ha funcionado. La organizaci¨®n ha funcinado. Las campa?as electorales han sido mod¨¦licas y la movilizaci¨®n de los compa?eros, extraordinaria", relat¨®.

Y a¨²n guardaba Obiols otro regalo inesperado para los o¨ªdos de los salistas. Tras su canto a la amistad, reclam¨® fidelidad a la historia y las ra¨ªces" del PSC y desautoriz¨® de pasada las ideas de Pasqual Maragall sobre la posibilidad de crear en Catalu?a un nuevo partido de corte transversal inspirado en el Partido Dem¨®crata de Estados Unidos. Abog¨® por un congreso de "s¨ªntesis, unidad acuerdo" y no se despidi¨® sin un recuerdo para sus "maestros pol¨ªticos", de quienes dijo que la mayor¨ªa eran trabajadores y no universitarios.

Una cerrada ovaci¨®n de la mayor¨ªa de los congresistas dio respuesta al discurso del que a¨²n era su primer secretario. Sala, una aut¨¦ntica bestia negra para los obiolistas, dio la se?al indicativa de que no se castigar¨ªa a Obiols en la votaci¨®n de su informe sobre la gesti¨®n de la ejecutiva saliente, "Empezamos con buen pie", concedi¨® un Sala satisfecho. Con todo, Serra reuni¨® a los capitanes para reclamarles que cuidasen las formas en el posterior debate sobre la intervenci¨®n de Obiols.

El partido se hab¨ªa abierto con una gran ovacion al nuevo l¨ªder de Esquerra Republicana, Josep Llu¨ªs Carod-Rovira, que encomi¨® la ¨¦tica, personal y pol¨ªtica. El PSC hab¨ªa invitado a otros dirigentes de la izquierda: Rafael Rib¨® (IC), que propuso un frente de progreso contra Jordi Pujol, y el secretario general de CC OO en Catalu?a, Joan Coscubiela, quien insisti¨® en las afinidades de la izquierda.