Los globos sonda del profesor Barea
Las pol¨¦micas propuestas del asesor de Aznar sirven al Gobierno para conocer con qu¨¦ margen de maniobra cuenta
?Cu¨¢les son los planes del Gobierno para los hospitales p¨²blicos con p¨¦rdidas? ?Existe una agenda secreta? Las dudas las ha suscitado, una vez m¨¢s, el director de la Oficina Presupuestaria del Gobierno, Jos¨¦ Barea. Su propuesta de cerrar los hospitales p¨²blicos que no resulten rentables no ha sido apoyada de forma expl¨ªcita por el Ejecutivo del PP, pero su presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tampoco le ha desautorizado. Lejos de tratarse de una an¨¦cdota, los globos sonda del profesor se han convertido en el marchamo de la nueva Administraci¨®n.Aunque a estas alturas podr¨ªa parecer que la opini¨®n p¨²blica ya se hab¨ªa acostumbrado a los exabruptos de Barea lo m¨¢s suave que se le llam¨® la semana pasada fue "irresponsable" y "profesor chiflado". Pero si las cr¨ªticas desde la oposici¨®n o los sindicatos resultan comprensibles, las reacciones del equipo gubernamental son m¨¢s preocupantes. O carece de coordinaci¨®n o, como parece m¨¢s probable, se sirve de las audacias del viejo profesor para tantear el margen de maniobra con que cuenta en los asuntos m¨¢s delicados.
Por un lado, el ministro de Sanidad, Jos¨¦ Manuel Romay, intent¨® salir del apuro asegurando que entre los proyectos de su departamento no est¨¢ "cerrar hospitales, independientemente de cu¨¢l sea su rendimiento". Por otro, el presidente del Gobierno evit¨® desautorizar a Barea y se sali¨® por la tangente defendiendo la "necesidad de controlar los gastos" tambi¨¦n en los hospitales. El PP, mientras tanto, se desmarc¨® del asunto y, por boca de su cordinador general, ?ngel Acebes, asegur¨® d¨ªas atr¨¢s que las palabras de Barea eran "opiniones de un t¨¦cnico" y "no decisiones del partido o del Gobierno".
No ha sido la primera vez que Barea expresa ideas sobre los gastos sanitarios que difieren, en apariencia, de las intenciones del Gobierno para el que trabaja. En medio de la pol¨¦mica sobre la gesti¨®n de la sanidad del pasado verano, el profesor sugiri¨® "gravesves decisiones" relativas al gasto en los Presupuestos Generales del a?o 1997. En los d¨ªas siguientes aclar¨® en qu¨¦ deb¨ªan consistir estas "graves decisiones" al defender la congelaci¨®n del salario de los funcionarios y el establecimiento de tasas sobre el agua, las autov¨ªas y la sanidad, como medidas para recortar el gasto p¨²blico. Tras sucesivos desmentidos y apoyos de distintos miembros del Gobierno, los funcionarios se quedar¨¢n sin aumento salarial; el canon sobre el consumo del agua ha quedado aparcado, y las autov¨ªas existentes no tendr¨¢n peaje, aunque las nuevas ser¨¢n otro cantar.
En cuanto a sanidad, no se cobrar¨¢ por servicio m¨¦dico, como se dej¨® caer, sino que se ha anunciado una tasa de al menos 100 pesetas por receta a los pensionistas que cobren m¨¢s de 50.000 pesetas al mes e, incluso, una subida del porcentaje que pagan los activos por las medicinas. De momento el asunto se ha dejado fuera de los Presupuestos de 1997 para que lo trate la ponencia parlamentaria y sea el Congreso el que lo decida. El Gobierno querr¨ªa que esa tasa se acordar¨¢ antes de final de a?o, de forma que pudiera entrar en vigor en la primavera del pr¨®ximo ejercicio. Para ello tendr¨¢ que vencer las resistencias del PSOE, que no est¨¢ por la labor de poner parches al sistema y pretende una reforma global.
Precisamente en medio de los debates parlamentarios previos a la aprobaci¨®n de los Presupuestos, el pasado mes de septiembre, el profesor Barea no pudo reprimir su inclinaci¨®n a hacer previsiones sobre el futuro. Su reconocimiento de que con anterioridad hab¨ªa pecado de "imprudente" y el que se ci?era al gui¨®n de Maastricht, dej¨® a los diputados un tanto defraudados.
Sin embargo, tras su intervenci¨®n ante la C¨¢mara y ya en los pasillos, se lanz¨® a adelantar algunas de las claves macroecon¨®micas del Presupuesto, aunque no siempre dio en la diana. Anunci¨®, por ejemplo, un recorte del gasto de 800.000 millones de pesetas, que luego qued¨® en 600.000 millones.
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