Horario demencial

Qu¨¦ placenteros y veloces pasaban durante el verano los minutos que van de las tres a las cinco de la tarde escuchando Di¨¢logos y El ambig¨² en Radio 3. Y qu¨¦ poco corre el tiempo a esta hora del d¨ªa desde el 1 de octubre, cuando comenzaron las clases de EGB en jornada partida.Como docente de primaria, reivindico la jornada continuada, tanto para mejorar mi calidad de vida como para que aumente el rendimiento acad¨¦mico de los alumnos, que no todo es ego¨ªsmo en esta petici¨®n.

Casi nadie piensa que los docentes, que dicen trabajamos tan poco, nos pasamos lo que va de tres a cinco, inmersos en un aula con 30 ni?os (esa ratio de 25 que dice la LOGSE no se cumple) en ebullici¨®n (la mayor¨ªa se quedan de doce a tres en el centro como si el colegio fuera un aparcamiento infantil, aumentando su estr¨¦s), y sudados (en Alicante todav¨ªa gozamos a esas horas de cerca de 30 grados), mientras la mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa da una cabezada escuchando el telediario o saboreando el caf¨¦ que a esa hora, en silencio, sabe a gloria.

A las puertas del siglo XXI, y en grandes ciudades, con desplazamiento de hasta media hora, es incre¨ªble que todav¨ªa tengamos que acudir al centro de trabajo dos veces en una misma jornada. La segunda de las cuales, en un horario de entrada tan irracional para un trabajo que requiere semejante capacidad de concentraci¨®n y de entrega.-