Kohl y Aznar dicen que la 'qu¨ªmica' funciona entre ellos
El canciller alem¨¢n, el democristiano Helmut Kohl (CDU), recorri¨® ayer durante siete horas su patria chica, en los estados de Renania-Palatinado y Baden-Wurtenberg, para mostr¨¢rsela al presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en lo que la diplomacia germana considera "un gesto consciente de amistad". Aznar declar¨® en Heidelberg que entre el canciller y ¨¦l "funciona la qu¨ªmica y, tambi¨¦n, la fisica". Por su parte, Kohl afirm¨®: "La qu¨ªmica funciona de forma extraordinaria y quise traer a mi amigo, el presidente, a mi patria chica".Kohl trat¨® de poner de manifiesto su intenci¨®n de iniciar una relaci¨®n personal buena con Aznar. Tras el aplazamiento, por ahora sin fecha, de la cumbre anual hispano-alemana y los comentarios e informaciones sobre la ausencia de qu¨ªmica personal entre los dos mandatarios, Kohl se ha volcado, en un gesto poco habitual, con su colega espa?ol.
El canciller alem¨¢n recibi¨® a Aznar a las dos de la tarde en Francfort. De all¨ª volaron en helic¨®ptero hasta la ciudad milenaria de Spira, que atraves¨® toda clase de avatares, se remonta a los celtas y perteneci¨® a Francia y a Baviera. Desde Spira sali¨® Enrique IV para Canosa y as¨ª se lo cont¨® Kohl a Aznar en una capilla de la catedral mientras le explicaba el conflicto entre la Iglesia y el Estado y el viaje del rey para que el Papa le quitara la excomuni¨®n.
A la puerta de la catedral rom¨¢nica de Spira les hab¨ªa recibido el obispo del lugar, Anton Schlenbach, quien dijo a Aznar: "El nombre de Jos¨¦ Mar¨ªa suena a m¨²sica en los o¨ªdos de un obispo cat¨®lico". Aznar coment¨®: "Ahora s¨¦ por qu¨¦ el canciller me ha tra¨ªdo aqu¨ª. Esta catedral representa la uni¨®n del esp¨ªritu alem¨¢n y la idea europea". En el ¨®rgano de la catedral atronaba la Tocata y fuga en re menor, de Bach. Salud¨® Aznar al ama de llaves del obispo, Amalia P¨¦rez, una espa?ola de Puerto Real (C¨¢diz), y le pregunt¨®: "?La trata bien el obispo?".
En Heidelberg, Kohl y Aznar recorrieron las calles peatonales de la vieja ciudad universitaria. Al salir de la iglesia del Esp¨ªritu Santo, Kohl y Aznar se detuvieron para responder a los periodistas que les acosaban. El canciller explic¨® que le hab¨ªa mostrado a Aznar desde el helic¨®ptero Maguncia, donde fue presidente de Gobierno; su escuela y su ciudad natal, Ludwigshafen, donde trabaj¨® para pagarse sus estudios. Una periodista pregunt¨® si la pr¨®xima vez le invitar¨ªa a su casa, en Oggersheim, y Kohl replic¨®: "Seguro, pero all¨ª hay poco que ense?ar y esta vez le quise mostrar todo esto".
Durante el recorrido por Heidelberg entraron en una cervecer¨ªa que se jacta de tener 101 clases de cerveza. All¨ª Kohl pidi¨® cerveza negra para todos, pero a Aznar no le gust¨® y le trajeron una normal. Sigui¨® el paseo y Kohl ech¨® el brazo por encima del hombro de Aznar y le invit¨® a entrar en la vieja librer¨ªa universitaria, donde dijo el canciller que compraba libros en su tiempo de estudiante. Una fuente pr¨®xima a Kohl coment¨® que la visita y el programa de ayer "son un gesto consciente de amistad". Otro aompa?ante dijo que a¨²n se tratan de usted, pero que a Kohl se le escapaba de vez en cuando el tuteo.
Aznar dijo que en Heidelberg "reina el esp¨ªritu alem¨¢n, la pol¨ªtica alemana, la historia de Alemania. Hablar de todo esto, recorrer con el canciller el camino de los fil¨®sofos, hablar de filosof¨ªa, hablar de religi¨®n, hablar de pol¨ªtica, escuchar a Bach, escuchar el himno espa?ol y el alem¨¢n entrecruzados al ¨®rgano... Por todo eso, les puedo decir que la qu¨ªmica funciona muy bien. La qu¨ªmica y la f¨ªsica".
Kohl y Aznar se reunieron a cenar en el famoso palacete de la ciudad de Schwetzingen y el jefe de Gobierno espa?ol regres¨® por la noche desde Francfort.
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