Un fiscal de menores propone castigar con tres a?os de c¨¢rcel la difusi¨®n de 'porno' con ni?os

El nuevo C¨®digo Penal castiga la difusi¨®n directa de pornograf¨ªa entre menores o la utilizaci¨®n de menores con fines exhibicionistas o pornogr¨¢ficos. ?Qu¨¦ ocurre, en cambio, con la difusi¨®n, por ejemplo a trav¨¦s de Internet, de im¨¢genes pornogr¨¢ficas tomadas a ni?os sin intervenci¨®n de quien las difunde? El vac¨ªo legal puede conducir al archivo del caso contra dos estudiantes de Vic que traficaron con tales im¨¢genes. Los penalistas est¨¢n divididos. Uno de ellos, el fiscal de menores F¨¦lix Pantoja, propone un nuevo delito que se castigar¨ªa con uno a tres a?os de c¨¢rcel.

Pantoja, fiscal decano de menores de Madrid, cree que no debe desaprovecharse el tren de la pr¨®xima Ley de Justicia Juvenil, necesaria para que entre en vigor el art¨ªculo 19 del nuevo C¨®digo Penal, que eleva la mayor¨ªa de edad penal de los 16 a los 18 a?os, pero que se encuentra aparcado, a la espera de la futura ley. Precisamente ayer, el secretario de Estado de Justicia anunci¨® en el Senado el env¨ªo "en breve" al Gobierno de tal proyecto de ley.Pantoja propone que esa ley introduzca en el nuevo C¨®digo Penal el delito siguiente: "El que por cualquier medio vendiere, difundiere, exhibiere o facilitare la difusi¨®n, venta o exhibici¨®n de materiales pornogr¨¢ficos, cuando en ellos aparezcan menores o incapaces, ser¨¢ castigado con de uno a tres a?os de prisi¨®n". Pantoja recuerda que, en materia penal, la jurisprudencia tiende a ser restrictiva, por lo que hay que definir muy bien los delitos.

Por su parte, el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional y l¨ªder de Nueva Izquierda Diego L¨®pez Garrido, que fue ponente parlamentario por IU del C¨®digo Penal, cree penalizada la difusi¨®n de material pornogr¨¢fico de menores, pero admite que, para mayor claridad, ser¨ªa correcto a?adir alg¨²n precepto que impida que se queden sin pena conductas como las de los estudiantes de Vic.

L¨®pez Garrido recuerda que el art¨ªculo 189 castiga con de uno a tres a?os de c¨¢rcel al que "utilizare a un menor de edad o a un incapaz con fines o en espect¨¢culos exhibicionistas o pornogr¨¢ficos". Para que no haya dudas, admite que se a?ada: "Se entender¨¢ utilizaci¨®n de menores la exhibici¨®n o difusi¨®n por cualquier medio de comunicaci¨®n de pornograf¨ªa en la que aparezcan menores". Tambi¨¦n admite modificar el art¨ªculo 301 del C¨®digo para extender al material pornogr¨¢fico infantil lo previsto sobre penalizaci¨®n de la adquisici¨®n y transmisi¨®n de bienes procedentes del tr¨¢fico de drogas.

Libertad de expresi¨®n

Una posici¨®n contraria a estas innovaciones penalizadoras es la de Francisco Mu?oz Conde, uno de los primeros catedr¨¢ticos de Derecho Penal que ha estudiado a fondo el nuevo C¨®digo para poner al d¨ªa sus manuales universitarios. Mu?oz Conde se muestra esc¨¦ptico sobre la necesidad de tipificar como delictiva la difusi¨®n de material pornogr¨¢fico de menores que tiene como origen una conducta de autor desconocido, probablemente producida en un pa¨ªs del Tercer Mundo y no perseguible en Espa?a. Estima que penalizar tal difusi¨®n a trav¨¦s de Internet o por otros medios "podr¨ªa limitar la libertad de expresi¨®n o controlar los medios de comunicaci¨®n". Se?ala que igual ocurrir¨ªa si se impidiera difundir im¨¢genes de otros hechos delictivos reales, como un asesinato.Esta objeci¨®n es contestada por el fiscal Pantoja en el sentido de que la Constituci¨®n ya prev¨¦ en su art¨ªculo 20.4 limitar el derecho a la informaci¨®n y a la libertad de expresi¨®n mediante "la protecci¨®n de la juventud y de la infancia". Pantoja considera que s¨®lo la penalizaci¨®n contribuir¨¢ a acabar con la existencia de ese mercado de im¨¢genes pornogr¨¢ficas de menores. Admite tambi¨¦n la posibilidad de penalizar la tenencia de tales materiales, pero reconoce el peligro de provocar un mercado clandestino, como ha ocurrido con el narcotr¨¢fico.

Mu?oz Conde advierte del riesgo de utilizar el derecho penal para resolver cuestiones de moralidad y se?ala que el castigo a la relaci¨®n sexual de adultos con menores choca con la posibilidad de contraer matrimonio can¨®nico a los 14 a?os.