Rafael Chirbes: "La larga marcha' es mi novela de formaci¨®n"
"Despu¨¦s de publicar cuatro novelas en primera persona, he querido hacer una en el sentido m¨¢s tradicional del t¨¦rmino: en tercera persona, con distintos personajes, con escenarios conocidos... Yo dir¨ªa que La larga marcha es una obra de formaci¨®n, como lo es La educaci¨®n sentimental, de Flaubert", comenta Rafael Chirbes. La larga marcha (Anagrama) parte del paisaje moral de la posguerra, "un paisaje de silencios, de cosas contadas a media voz", como dice Chirbes. Tras la primera parte del libro, titulada ir¨®nicamente La batalla del Ebro, Chirbes se adentra, con el no menos ir¨®nico t¨ªtulo de La joven guardia, en una segunda parte que describe a los hijos de esta generaci¨®n: sus luchas de adolescencia de los a?os sesenta y setenta, sus frustraciones.
Respecto al contenido del libro, el autor es tajante: "Se podr¨ªa titular Padres e hijos, como la novela de Turgu¨¦nev". Y a?ade: "He querido contar c¨®mo de una derrota, la de la guerra civil, surge el malestar de toda una generaci¨®n. La novela acaba en la adolescencia de la segunda generaci¨®n, cuando los personajes descubren que se rompe el juguete y ya no hay marcha atr¨¢s".
"La literatura siempre ha querido ser un espejo y un motor de cambio", comenta Chirbes, "y lo que me propuse con La larga marcha es ir en esta direcci¨®n. Ahora todos hablan de Madame Bovary como de una novela perfectamente construida, con un estilo muy preciso, pero en su tiempo se la recibi¨® como un libro contra la intolerancia, porque hablaba de problemas de su ¨¦poca. Lo de las obras perfectas y permanentes es mentira", concluye el escritor.
Babelia
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