Una sucesi¨®n d¨ªficil
"Cuando Julio nos pregunt¨® qu¨¦ nos parec¨ªa lo de dejar la direcci¨®n del PCE, nos quedamos callados como muertos. Cualquiera hablaba". Uno de los asistentes a la cena de septiembre relataba as¨ª la reacci¨®n de los invitados por Anguita. Reacci¨®n que explica en cierto modo el silencio p¨²blico que se ha impuesto en la organizaci¨®n sobre su crisis interna. Fue Manuel Monereo quien plante¨® al l¨ªder la posibilidad de ir pensando en dejar el PCE. Y Mariano Santiso quien se atrevi¨® a decir que no parec¨ªa que hubiera tanta prisa por tomar una decisi¨®n as¨ª.Pero lo cierto es que desde entonces Anguita ha pedido opini¨®n a media docena de dirigentes. Les ha sondeado y, sobre todo, les ha hecho llegar su estado de ¨¢nimo por la situaci¨®n en la que viven el PCE e Izquierda Unida. Anguita ha llegado a comentar que "est¨¢ harto de ¨¦stos" -en referencia a, algunos dirigentes del PCE que le intentan imponer su pol¨ªtica- y, m¨¢s concretamente, "de los de abajo" -de los andaluces- Conf¨ªa en tres o cuatro personas y del resto espera cualquier traici¨®n.
Pero tambi¨¦n los dirigentes, en apariencia muy cerca de Anguita, le culpan de haber configurado una fuerza pol¨ªtica en la que la organizaci¨®n brilla por su ausencia. No hay mecanismos intermedios y de la base se pasa a la cabeza sin posibilidad de participaci¨®n democr¨¢tica real.
Esto ha hecho que no haya liderazgo distinto al del coordinador general y que, bajo una liviana c¨¢scara de democracia participativa, en realidad, descanse sobre Julio Anguita el peso -y el poder- de la direcci¨®n. Y hace que su sucesi¨®n sea mucho m¨¢s complicada y deba de contar, inevitablemente, con su aquiescencia y su apoyo. En un proceso natural, sostienen algunos dirigentes, lo l¨®gico ser¨ªa que Anguita siguiera un modelo similar al del PSOE: un l¨ªder que se reserva para actuaciones muy concretas y de gran calado y una direcci¨®n encargada del trabajo diario y que fuera cogiendo imagen p¨²blica.
?Qui¨¦n se¨¢ el ungido? No hay tantos, ni siquiera contando a los que se postulan a s¨ª mismos. Pero todos coinciden en que el nombre que empiece a sonar ahora no tendr¨¢ posibilidad de llegar ni al pr¨®ximo congreso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.