Sarao espacial
El Circulo de Bellas Artes presenta con una fiesta futurista la exposici¨®n Art Futura
Era como un viaje al futuro o, por lo menos, a lo que puede ser una fiesta del a?o 2000. Las elegantes escaleras del C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid jam¨¢s conocieron semejante traj¨ªn de personas buscando de un piso a otro la ¨²ltima novedad del sonido, el nuevo efecto de luz, el m¨¢s innovador programa de ordenador, el encuentro con los mundos virtuales o el baile m¨¢s estramb¨®tico. Dos noches para so?ar despierto, el acontecimiento que organizaba Estaci¨®n Futura como pr¨®logo de la s¨¦ptima edici¨®n de la muestra de arte contempor¨¢neo y cibern¨¦tico Art Futura, que se celebra del 22 al 27 de octubre en el C¨ªrculo, congreg¨® las noches del viernes y el s¨¢bado a un buen n¨²mero de curiosos ¨¢vidos de conocer los m¨¢s modernos mecanismos del arte y el ocio."Dios m¨ªo, qu¨¦ es eso, no es de este mundo", se preguntaba perplejo la madrugada del s¨¢bado Bruno, ante una especie de mutante, todo pelos y sin cara, que deambulaba por el sal¨®n de columnas entre la gente que bailaba al comp¨¢s de los ritmos ¨¦tnicos pasados por la electr¨®nica. "No puedo subir m¨¢s el volumen", dec¨ªa Luis Lles, el pinchadiscos de turno, "porque han protestado los del hotel Suecia, colindante". El mutante que asust¨® a Bruno, un inquieto estudiante que no se ha perdido las anteriores ediciones de Estaci¨®n Futura, no era el ¨²nico.
Por todos los salones del C¨ªrculo, dedicado por dos noches en su totalidad al acontecimiento, los m¨¢s variados seres extra?os daban color al ambiente. Vistosos entes con cuatro pechos de mujer, con grandes piernas, robots como mecanos que sub¨ªan por la cuerda del hueco de las escaleras o intimidaban a los asistentes simulando el ataque del m¨¢s raro animal campaban a sus anchas por cada rinc¨®n.
En medio de esta fiesta ciberespacial, el flamenco, en ¨¦l ¨²ltimo piso, pon¨ªa la nota de contacto con la tierra, el contraste de un arte milenario con la m¨²sica, o los sonidos, del futuro. El cantaor Miguelete no pod¨ªa ser m¨¢s de este mundo y esta ¨¦poca. "Estoy en el paro, as¨ª que, si os gusta mi sole¨¢, tirarme jamones", dijo al comenzar su intervenci¨®n. Y tras el flamenco, la m¨²sica africana para abundar en que lo de que la tradici¨®n y el futuro no son incompatibles y se encuentran en alg¨²n punto del espacio.
Por los dem¨¢s espacios del C¨ªrculo, entre chill-outs, soundsystems y raves (distintas modalidades de pinchar tecno-dance, seg¨²n se mezclen discos con ordenadores, s¨®lo discos, s¨®lo m¨¢quinas, o todo a la vez y con instrumentos), la gente iba y ven¨ªa, m¨¢s o menos cansada de subir y bajar escaleras.
Las barras repartidas por el recinto no pararon de servir copas, pero nunca estuvieron llenas del todo. El encuentro con el futuro no resultaba barato. La entrada hab¨ªa sido cara 2.500 pesetas). Y si hab¨ªa que aguantar dos noches hasta las ocho de la ma?ana, los bolsillos no iban a resistir el precio de cada copa. Si el presente es caro, el futuro parece que lo va a ser m¨¢s.
Exposici¨®n Art Futura, desde el d¨ªa 22 al 27 en el C¨ªrculo de Bellas Artes (C/ Marqu¨¦s de Riera, 2).
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