Los madrile?os son v¨ªctimas de un robo cada cuatro minutos

El espectacular atraco sufrido ayer por una sucursal de Ibercaja de la calle de Alcal¨¢, que acab¨® a tiros y con un ladr¨®n herido, no es un hecho aislado. Tampoco lo es el asalto a una vendedora del Retiro ni a un comerciante de Carabanchel. Los madrile?os sufren un robo cada cuatro minutos. As¨ª lo confirma la estad¨ªstica de la Polic¨ªa Nacional, que pone al descubierto que en los siete primeros meses de, este a?o se han registrado 71.475 delitos contra la seguridad ciudadana, casi un 7% m¨¢s que en el mismo periodo de 1995.

1 Este panorama se ensombrece a¨²n m¨¢s si se toman en consideraci¨®n los datos referidos a aquellos robos en los que los delincuentes emplearon la violencia. As¨ª, de enero a julio de 1996 se han denunciado 17.814 delitos de este tipo -se comete uno cada 20 minutos-, lo que implica un aumento del 15% respecto a 1995. Esta subida, qu¨¦ no afecta a los bancos, donde las cifras se mantienen estables, ha tenido especial incidencia en los comercios, que han sufrido un 10% m¨¢s de asaltos violentos que el a?o anterior (han pasado de 1.015 a 1.124).

Pero el cap¨ªtulo m¨¢s negro de la estad¨ªstica lo ocupa el asalto callejero, la amenaza armada y el navajeo. Aqu¨ª, a una media de 54 casos por d¨ªa, se ha alcanzado en los siete primeros meses de este a?o un total de 11.486 delitos, lo que supone un incremento del 21% frente a 1995.

Otro dato que confirma el aumento de la violencia, al menos en la! localidades con Polic¨ªa Nacional, procede de los tirones (24 al d¨ªa). De seguir hasta fin de- a?o este incremento, su marcador alcanzar¨ªa un resultado sensiblemente superior al de 1995 (4.820).

Dos atracadores, detenidos tras un tiroteo en la sucursal en la que se hab¨ªan 'atrincherado'

Este aumento de la criminalidad no es ajeno a la proliferaci¨®n de bandas de atracadores. Estas organizaciones han desatado una imparable espiral de violencia. ?ste ha sido el caso de la banda de colombianos que desvalij¨® con inusitada violencia m¨¢s de 150 viviendas de la regi¨®n.O del tr¨ªo de espa?oles que de julio a septiembre atrac¨® nada menos que 45 gasolineras y estancos.

Otro caso llamativo fue la banda que se especializ¨® en sucursales de Ibercaja. En un mes asaltaron ocho oficinas. La polic¨ªa captur¨® a cuatro (le sus integrantes la semana pasada. Sin embargo, otros dos -Femando M. C., de 33 a?os, y Juan Carlos E. M., de 32- siguieron libres y ayer, seg¨²n fuentes policiales, volvieron a la carga.

Esta vez atacaron la sucursal de la calle de Alcal¨¢ 302. All¨ª fueron capturados tras un intenso tiroteo, en el que Fernando M. C., que llevaba un chaleco antibalas, result¨® herido en el brazo. Este detenido ha sido identificado por la polic¨ªa como un preso fugado tras un permiso.

. Los hechos arrancaron a las 10.30, cuando los asaltantes entraron, rev¨®lver en mano, en la sucursal. Dentro se encontraban cuatro empleados y un cliente. No hab¨ªa vigilante. Tras enca?onarles, los atracadores, seg¨²n la primera versi¨®n policial, empezaron a desvalijar la entidad: primero, el dinero de las ventanillas; luego, la caja. "Actuaban con tranquilidad; aquello no ten¨ªa nada que ver con el t¨ªpico atraco de dos minutos", afirm¨® el director provincial de Ibercaja.

Entretanto, un cliente que iba a entrar en la oficina dio marcha atr¨¢s al advertir la presencia de los ladrones. Segundos despu¨¦s avis¨® a la polic¨ªa.

La llegada de los agentes no se hizo esperar. La zona fue acordonada y m¨¢s de 40 agentes armados rodearon la oficina. Incluso un helic¨®ptero policial sobrevol¨® el lugar ante la posibilidad de que los atracadores tomasen rehenes y consiguiesen burlar el cerco.

Pero dentro de la. sucursal los hechos siguieron otro rumbo. Los ladrones, al advertir el despliegue policial, abandonaron por un momento el registro en la oficina y se asomaron a la entrada del banco. La interventora aprovech¨® ese instante para conminar a sus empleados y al cliente a que se refugiasen en la c¨¢mara blindada. Y as¨ª lo hicieron.

Los atracadores se encontraron entonces en un callej¨®n sin salida. Fuera les aguardaba la polic¨ªa, y dentro, los empleados eran inalcanzables tras el cristal blindado. Las versiones sobre lo ocurrido posteriormente var¨ªan.

Seg¨²n Ibercaja, los ladrones, en un arranque de desesperaci¨®n, empezaron a disparar contra el cristal blindado, lo que motiv¨® la entrada en tromba de la polic¨ªa.

Fuentes de la investigaci¨®n, en cambio, se?alan que los atracadores, lejos de desesperarse, trataron de recuperar su ¨²nica garant¨ªa de salida: los empleados. Para ello vaciaron un aerosol de autodefensa por una rendija de la c¨¢mara blindada, al tiempo que intentaban tumba r su puerta de entrada.Todos contra la puerta

"Empujaban tanto que la puerta estuvo a punto de ceder. Lo ¨²nico que lo impidi¨® fue el esfuerzo de los empleados y del cliente, quienes arrimaron el hombro contra la puerta", indic¨® una fuente policial.

Este forcejeo fue aprovechado por los agentes para irrumpir en la oficina. Durante unos segundos, la sucursal retumb¨®. Polic¨ªas y atracadores se enfrentaron a tiros, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n.

Finalmente, los asaltantes se rindieron. En su poder la polic¨ªa descubri¨®, adem¨¢s del rev¨®lver, dos pistolas de fogueo y un malet¨ªn con 4.187.000 pesetas, fruto del atraco. El chaleco antibalas y las pistolas hab¨ªan sido comprados en Andorra.

Al salir de la entidad, ni los empleados ni el cliente quisieron efectuar declaraciones.

Fernando M. C. fue ingresado en el hospital Gregorio Mara?¨®n. Su vida no corr¨ªa peligro. Su compa?ero fue trasladado a la Brigada Provincial de Polic¨ªa Judicial. Ambos poseen antecedentes por atraco.