Tom Ford, el promotor de la 'gucciman¨ªa', aboga en Madrid por el regreso al lujo
El dise?ador cree que la seguridad en lo que uno viste es el secreto de la elegancia
Lo que diferencia a la moda de los setenta de la que se lleva en los noventa es que "'ahora puedes vestir de cualquier manera, pero lo realmente importante en cualquier ¨¦poca es estar seguro de ti mismo cuando est¨¢s vestido". Para Tom Ford, de 34 a?os, director creativo de todos los productos Gucci y uno de los emperadores de la moda, "no hay nada peor que esa gente que se va poniendo todo lo que se le presenta" asegura.
La fama que precede a este tejano de perfeccionista y meticuloso parece justa al conocerle. Este dise?ador, que fue capaz de reflotar a la conocida firma italiana, aterriz¨® ayer en Madrid a las tres de la tarde procedente de Los ?ngeles, pero parec¨ªa que viniera de la playa. Muy moreno, delgado y muy consciente de su atractivo. Nada m¨¢s llegar pidi¨® ver el local donde por la noche deb¨ªa recibir el premio T de Telva al mejor dise?ador extranjero. En el poco tiempo que le qued¨® libre se reuni¨® 20 minutos con cinco periodistas y a las siete de la ma?ana de hoy ten¨ªa previsto volar de vuelta a Los ?ngeles. Para alguien que vive as¨ª, no hay diferencias entre las mujeres europeas o las americanas. "Las clientas son las mismas, todas quieren la misma ropa porque tienen la misma vida, no importa que vivan en uno o en otro continente", aseguraba sonriente. Su misi¨®n, y ¨¦l cree que lo ha conseguido, no es s¨®lo cambiar la imagen de las 274 tiendas de Gucci en el mundo. "No es una cuesti¨®n de accesorios, sino de transformar la mentalidad de la gente, de modificar la realidad, en definitiva". Por eso, no sufre lo m¨¢s m¨ªnimo si le dicen que las viejas clientas de la firma italiana le repudian; " ?si se est¨¢n muriendo todas!", dijo bromeando. Est¨¢ claro que Ford prefiere a los j¨®venes. "Hay que mirar hacia el futuro, no quiero morir como los viejos clientes de Gucci".Ford, que acab¨® arquitectura antes de dedicarse al dise?o de interiores o de enfrentarse al mundo de la moda, no cree que haya grandes diferencias entre dise?ar un edificio o un vestido: "El dise?o y el dibujo son para m¨ª lo mismo, se trata de comunicar una idea, de visualizar algo que no existe". Le da lo mismo tambi¨¦n dise?ar ropa para mujeres que para hombres. "Si les quitas todo lo que llevan encima no son tan diferentes. La base es la misma, luego les pones los accesorios. La diferencia entre hombre y mujer no viene de fuera, sino de dentro".
Naturalmente, no quiere hablar de su secreto para conseguir que una empresa que lleg¨® a perder sumas millonarias y ver tambalear su prestigio tenga ahora unos beneficios de 20.000 millones de pesetas anuales. La gucciman¨ªa que nos invade es culpa suya. El ha conseguido la vuelta del lujo y de la ostentaci¨®n. Personajes como Madonna, la princesa Diana o Bill Clinton hacen cola para comprar los famosos mocasines de estribos.
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