Los conflictos del vestuario enturbian el liderato del Bar?a
El club estudia sancionar a Pizzi, que pide a Robson que le respete tras no ser convocado
Dos im¨¢genes tan televisivas como son una discusi¨®n organizada por Stoichkov por tirar un penalti y el enojo de un suplente por ser sustituido, tal es el caso de Pizzi, han emborronado el liderato del Bar?a en la Liga y han puesto de manifiesto que hay dos historias paralelas en el Camp Nou. Una es la que escribe Ronaldo, todo un cuento de hadas que se refleja en el marcador, y la otra es la que se gesta en las entra?as del camerino.Ayer, Pizzi ret¨® de nuevo a la directiva al saber que no hab¨ªa sido convocado para jugar contra el Valencia: "No soy un crack, pero estoy en la historia del f¨²tbol, fundamentalmente espa?ol. Me merezco un respeto y no me lo han dado". La Comisi¨®n t¨¦cnica del club, integrada por el presidente N¨²?ez y Robson como principales, estudiaba sancionar a Pizzi a ¨²ltima hora de anoche:
El mejor actor es Hristo Stoichkov. El delantero b¨²lgaro es capaz hasta de desafiar en p¨²blico al capit¨¢n Gica Popescu para intentar mostrar a la hinchada un ascedente que se le niega en un vestuario en el que ya ha tenido alg¨²n cuerpo a cuerpo, entre ellos, uno con Guardiola tras la disputa del derby catal¨¢n. La plantilla le rechaza por su actitud insolidaria. No olvida que el b¨²lgaro la descalific¨® antes de irse al Parma y no entiende por qu¨¦ el presidente Josep Llu¨ªs N¨²?ez le recontrat¨® argumentando que ten¨ªa una deuda pendiente.
El mejor aliado de Stoichkov es un sector de la afici¨®n y es, en este contexto, donde debe entenderse su expresividad en la cancha. As¨ª se explica por qu¨¦ quiso tirar el penalti contra el Logro?¨¦s que le tocaba lanzar a Popescu cuando el rumano pasaba por ser, justamente, su amigo. La decisi¨®n de Stoichkov dej¨® a Popescu sin galones ante la grada y puso al descubierto la falta de jerarqu¨ªa en el equipo: el capit¨¢n de campo qued¨® desautorizado, el capit¨¢n de plantilla [Bakero] ni siquiera se sienta en el banquillo y el entrenador no habl¨® hasta que entr¨® en la sala de prensa.
M¨¢s que mandar, Robson generalmente gesticulaba en el banco o en la banda. La primera vez que se pronunci¨® fue el mi¨¦rcoles en Sevilla y consigui¨® enojar al futbolista m¨¢s paciente: Pizzi. El hispano-argentino puso cara de p¨®quer al ver que el cuarto ¨¢rbitro ten¨ªa en la mano el cartel con el n¨²mero 19, comenz¨® a renegar mientras se acercaba a la banda, salud¨® a Nadal como pudo, mand¨® al carajo al segundo entrenador Jose Mourinho cuando intentaba explicarle el por qu¨¦ de la sustituci¨®n.El ariete azulgrana se sinti¨® humillado: llevaba s¨®lo 25 minutos en la cancha del S¨¢nchez Pizju¨¢n desde que entr¨® por Stoichkov y Robson hab¨ªa decidido sustituirle para administrar el gol de ventaja logrado entre Figo y Luis Enrique. Pizzi no puede evitar sentirse un suplente sustituido, nueva demarcaci¨®n en un equipo con suplentes-especialistas como es el caso de De la Pe?a.La respuesta de Robson al cabreo de Pizzi result¨® tan fuerte como la propia sustituci¨®n: "Me pagan para tomar decisiones y ganar partidos". Las palabras del t¨¦cnico dejaron insensibles a la mayor¨ªa del grupo. Robson no tiene todav¨ªa ascendente sobre la plantilla. Un ejemplo: Ronaldo se permiti¨® incluso el lujo de imitar al t¨¦cnico desde los altavoces del avi¨®n en el viaje de regreso de Compostela.
El desaf¨ªo de Stoichkov, el enojo de Pizzi, el plante de Ferrer al anunciar que no volver¨ªa al equipo mientras no estuviera recuperado de su lesi¨®n y el absentismo de Robson han acentuado la falta de autoridad y de liderazgo.
Hay un cierto desgobierno en el camerino y la carpeta de asuntos pendientes va engordando: no se han resuelto las primas -la plantilla pide un premio extra si el equipo queda segundo y se clasifica para la Liga de Campeones-; las fichas de los jugadores que ya estaban en el equipo han quedado desfasadas respecto a los fichajes; no hay un criterio en los viajes -igual se va en vuelo regular que en un charter-; no hay soluci¨®n para los futbolistas que no van convocados ni se les facilita el traspaso ni se les da otra respuesta que no sea la de que son "imprescindibles"; ni tampoco se da una salida a casos como el de Nadal, que tras ser declarado transferible ahora se le niega su pase al Manchester United; o el de Cu¨¦llar, que ha desaparecido de la lista de convocados tras cumplir su cuarto partido de Liga y, por tanto, est¨¢ en condici¨®n de cambiar de equipo; o el de Prosinecki -sigue esperando a que el club le permita irse al Sevilla-; o el de los canteranos -tanto Roger como Celades est¨¢n pr¨¢cticamente in¨¦ditos, ¨®scar contin¨²a lesionado y a De la Pe?a no se le encuentra salida.
La directiva no atiende a las reivindicaciones particulares, y las colectivas no existen. Bakero est¨¢ a punto de irse al Veracruz y su segundo, Popescu no s¨®lo fue desautorizado por Stoichkov sino que perdi¨® cualquier autoridad moral al ponerse el brazalete que en su d¨ªa le puso Cruyff tras quit¨¢rselo a Amor.
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