?Est¨¢ el pa¨ªs hoy mejor que hace cuatro a?os?
La econom¨ªa norteamericana vive un auge de nuevos empleos, pero muchos ciudadanos a¨²n se sienten inseguros
La compa?¨ªa Boeing ofrece estos d¨ªas puestos de trabajo por medio de anuncios en las principales emisoras de radio de California. No son, eso s¨ª, cualquier clase de empleos. Se trata de cargos de gran especializaci¨®n que exigen una alta preparaci¨®n tecnol¨®gica. Boeing precisa en su publicidad que prefiere ingenieros con conocimientos de computaci¨®n. La poderosa compa?¨ªa de construcci¨®n de aviones hab¨ªa reducido su plantilla en varios miles de trabajadores a lo largo de los ¨²ltimos cinco a?os. Ahora, por primera vez, ha empezado a contratar nuevos empleados dentro de un proceso de sustituci¨®n parcial de su tradicional mano de obra por personal mucho m¨¢s cualificado.Escuchar ofertas de empleo en la radio era algo muy dif¨ªcil de imaginar hasta hace poco en California, donde la crisis econ¨®mica, de principios de los a?os noventa se hab¨ªa hecho sentir con especial crudeza, elevando el, desempleo hasta una cifra pr¨®xima al 10%. Pero no s¨®lo es en California. En Michigan, uno de los principales centros industriales del pa¨ªs, el Gobierno regional ha puesto en marcha una campa?a publicitaria para atraer trabajadores de otros Estados.Todo el pa¨ªs siente los efectos de la expansi¨®n. El paro en Estados Unidos supera ligeramente el 5%, el d¨¦ficit p¨²blico se ha reducido a casi una tercera parte del que exist¨ªa hace cuatro a?os (de 290.000 millones de d¨®lares a 109.000 millones, lo que representa un 1,6% del producto interno bruto) y los beneficios obtenidos en la Bolsa de Nueva York doblan los de 1992. Como consecuencia, un 60% de los norteamericanos, seg¨²n una reciente encuesta de The New York Times, cree que la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs es razonablemente buena o muy buena.
Mercado laboral
El caso de Boeing es el mismo de otras muchas empresas de Estados Unidos. En 1996, por primera vez en esta d¨¦cada, se ha revertido la situaci¨®n del mercado laboral, y el n¨²mero de ofertas de trabajo supera ya al de personas que pierden su colocaci¨®n. AT&T ha contratado recientemente para sus divisiones de tel¨¦fonos celulares y de nuevas tecnolog¨ªas de telecomunicaci¨®n 8.000 empleados, algo m¨¢s de los que hab¨ªa despedido en la reestructuraci¨®n que concluy¨® en septiembre pasado.Xerox, que hab¨ªa prescindido en los dos ¨²ltimos "a?os de 400 trabajadores, en su mayor¨ªa manuales, ha contratado en los ¨²ltimos meses de este a?o 1.200 nuevos t¨¦cnicos y profesionales de computaci¨®n para investigaci¨®n de modernos sistemas de oficina.
Lo mismo ocurre en otras ¨¢reas de la econom¨ªa de Estados Unidos. El 46% de las empresas de este pa¨ªs ha anunciado este a?o planes de ampliaci¨®n de sus plantillas, mientras que s¨®lo el 21% tiene previstos despidos. El 70% de todos los trabajadores despedidos en el proceso de downsizing de los a?os anteriores ya hab¨ªa encontrado un nuevo empleo para febrero de 1996.
La necesidad de las empresas por cubrir sus nuevos empleos cualificados es tal que las universidades no alcanzan a formar tantos t¨¦cnicos como se requieren. Eso ha desatado una caza de talentos que, en muchos casos, obliga a las compa?¨ªas a contratar de antemano a los estudiantes antes de que acaben sus carreras, o bien a buscar especialistas educados en universidades de Estados remotos a la sede de la empresa.
"El concepto de contrataciones ha cambiado de repente dr¨¢sticamente. Las compa?¨ªas tienen ahora que actuar con antelaci¨®n para encontrar el personal que necesitan o tienen que escarbar en lugares a los que antes no miraban", afirma Phil Gardner, director del Instituto de Empleo de la Universidad de Michigan.
La Oficina oficial de Estad¨ªsticas de Empleo calcula que el n¨²mero de demandas de especialistas vinculados a la computaci¨®n y las altas tecnolog¨ªas crecer¨¢ en un 60% entre ahora y el a?o. 2004."Muchas empresas tienen ya los empleos, lo que no tienen es la gente para ocuparlos", afirma un cazatalentos que busca profesionales para compa?¨ªas en el ¨¢rea de Baltimore y Washington. Algunas de estas compa?¨ªas han acudido en demanda de t¨¦cnicos tan lejos como a la Universidad del Norte de Arizona, que s¨®lo es famosa por sus cursos sobre los indios americanos.
Esta elevada demanda ha permitido un aumento considerable de los salarios que se ofrecen. El promedio del sueldo inicial de un ingeniero reci¨¦n licenciado es de 41.000 d¨®lares al a?o (5,2 millones de pesetas), y el de un t¨¦cnico en computaci¨®n, de 34.500 d¨®lares.Durante los ¨²ltimos cuatro a?os de recuperaci¨®n econ¨®mica, el aumento de los beneficios de las empresas y la mejor¨ªa de algunos empleos hab¨ªa sido a costa de la rebaja de los salarios o de la creaci¨®n de empleos poco remunerados. El ¨²ltimo a?o, por primera vez, seg¨²n cifras oficiales, se modific¨® esa tendencia. "El downsizing ha sido interrumpido por una ola de noticias econ¨®micas positivas", asegura Steven Rattner, director de la firma de inversiones Lazard Freres and Company.Los ingresos promedio por familia crecieron de forma generalizada en 1995, al mismo tiempo que se redujo en 1.600.000 el n¨²mero de pobres. La Oficina del Censo public¨® el mes pasado datos que muestran que la mitad de los hogares norteamericanos tienen ingresos de al menos 34.000 d¨®lares al a?o, lo que represento el 2,7% (898 d¨®lares) m¨¢s que el a?o anterior. "Queda claro que cada vez m¨¢s gente va compartiendo la prosperidad. Estamos creciendo, y estamos creciendo juntos", ha declarado el presiden te Bill Clinton, que tiene en esas cifras la mejor explicaci¨®n para su probable reelecci¨®n el pr¨®ximo 5 de noviembre.
Bob Dole, el candidato republicano, ha advertido que el incremento de los ingresos en lo hogares no responde, en realidad, a un incremento de los salarios sino a que hoy trabajan m¨¢s miembros por familia de lo que lo hac¨ªan hasta ahora. Pero lo cierto es que el promedio de salarios ascendi¨® en agosto pasado un 3,6% respecto a los del a?o anterior.
La bonanza econ¨®mica actual presenta, en todo caso, algunos aspectos contradictorios. Muchos norteamericanos no se han visto todav¨ªa beneficiados por la era de vacas gordas, y otros muchos sienten que la econom¨ªa mejora s¨®lo en las cifras.
Mientras en el rico e industrializado Medio Oeste el nivel de ingresos ascendi¨® en m¨¢s de un 7%, en algunos Estados del sur apenas ha sufrido variaci¨®n. Entre grupos raciales, los latinos, por ejemplo, han visto reducidos sus salarios en un 5%, mientras que tanto blancos como negros han mejorado.
Respuesta afirmativa
Si se le pregunta si Estados Unidos est¨¢ mejor hoy que hace cuatro a?os a un habitante de Nebraska, donde el ¨ªndice de desempleo apenas sobrepasa el 2%, la respuesta ser¨¢ sin duda afirmativa. Pero si se formula la misma pregunta a un ciudadano de Lake Providence, en Luisiana, donde el nivel de pobreza es del 55%, la impresi¨®n es diferente. En el periodo de los ¨²ltimos cinco a?os, el abismo entre ricos y pobres en Estados Unidos se ha agrandado y todav¨ªa hay 26 millones de norteamericanos que comen con la ayudas que reciben del Gobierno.Durante la primera fase de la recuperaci¨®n econ¨®mica se critic¨® la creaci¨®n, b¨¢sicamente, de empleo poco estable o a tiempo parcial. Eso no sigue siendo as¨ª, de acuerdo con las cifras oficiales: de los 10 millones de nuevos puestos de trabajo creados hasta comienzos de 1996, s¨®lo una tercera parte correspond¨ªa a lo que se conoce como empleos-basura; el resto lo era a plena dedicaci¨®n y en una escala alta de salarios.La mayor¨ªa de los economistas coinciden en una visi¨®n positiva de la situaci¨®n, aunque no creen que eso obedezca exclusivamente a la pol¨ªtica del Gobierno sino m¨¢s bien al dinamismo de la empresas para encontrar nuevos campos de expansi¨®n. Le reconocen, sin embargo, a la Administraci¨®n el m¨¦rito de haber contribuido a crear un marco genera en el que se favorece ese dinamismo."Ha existido un periodo notable de crecimiento sostenido, baja inflaci¨®n y bajo desempleo" afirma Paul Volcker, antiguo presidente de la Reserva Federal de EE UU. "Si est¨¢n buscando iniciativas espectacula
res por parte del Gobierno, para explicar esta situaci¨®n, no las van a encontrar. Pero, en su conjunto, ?se ha desarrollado una pol¨ªtica sensible a las necesidades? La respuesta es s¨ª", opina el profesor Paul Krugman, de la Universidad de Stanford.El actual proceso de crecimiento, de forma global, ha acentuado las desigualdades entre las clases sociales. Pero esa tendencia ha comenzado tambi¨¦n a ser corregida en el ¨²ltimo a?o. Hasta 1994, el 5% m¨¢s rico de la poblaci¨®n aument¨® sus ingresos en m¨¢s de un 15%, el siguiente 20% los increment¨® en m¨¢s de un 5%, y todos los dem¨¢s redujeron su nivel de ingresos. En 1995, sin embargo, el 20% m¨¢s rico fue el ¨²nico grupo de la poblaci¨®n con beneficios inferiores a los del a?o anterior.
La clase media se ha visto tambi¨¦n beneficiada por los bajos tipos de inter¨¦s, favorecidos por una inflaci¨®n controlada ligeramente por encima del 2%. M¨¢s de seis millones de propietarios de viviendas, en su mayor¨ªa de clase media, han conseguido refinanciar sus cr¨¦ditos, con un ahorro promedio de m¨¢s de 1.500 d¨®lares al a?o.
Muchos norteamericanos siguen pensando que el crecimiento econ¨®mico (un 4,8% anual) es a¨²n modesto e incierto. M¨¢s del 70% de los norteamericanos siguen creyendo, por ejemplo, que sus ingresos familiares han descendido, y otro tanto dudan de que la creaci¨®n de empleo sea la que se dice. "Existe todav¨ªa una considerable inseguridad entre la gente", ha reconocido el presidente Clinton. "?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ es lo que estamos olvidando? ?C¨®mo vamos a hacer para darles a todos los norteamericanos la oportunidad de triunfar? Creo que en mi segundo mandato me enfocar¨ªa mucho m¨¢s en educaci¨®n".
El clima general del pa¨ªs, en todo caso, es optimista. Un 49% de la poblaci¨®n conf¨ªa en que sus hijos tendr¨¢n mayores oportunidades que ellos, y un 66%, seg¨²n una encuesta de Gallup, cree que su situaci¨®n econ¨®mica particular mejorar¨¢ el a?o que viene.
Ese clima de generalizada confianza en la marcha actual de la econom¨ªa es el que ha impedido que tenga ¨¦xito la propuesta de Bob Dole de reducir los impuestos en un 15%. Los norteamericanos pagan ya menos impuestos que los ciudadanos de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. A¨²n as¨ª, casi un 70% manifiesta en las encuestas su impresi¨®n de que el Estado los exprime fiscalmente demasiado. Pero pese al extendido rechazo a lo impuestos, los norteamericanos no han querido arriesgarse con una propuesta como la de Dole, que pondr¨ªa en peligro la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico y, como consecuencia, la marcha de la econom¨ªa en su conjunto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.