El diario de un diplom¨¢tico confirma el disgusto de Pablo VI con Franco

Cuando Franco se neg¨® a indultar en 1975 a cinco condenados a muerte, el Papa Pablo VI orden¨® a sus prelados cortar con "un Gobierno cuyas manos chorrean sangre", seg¨²n el diariode Gian Franco Pompei, embajador italiano ante la Santa Sede de 1969 a 1977. Abunda en el contenido de las Confesiones del cardenal Taranc¨®n (ver EL PA?S del 20 de octubre), cuya editorial ha desmentido que contengan recortes.

Pompei falleci¨® en 1989, pero confi¨® a su amigo Pietro Scop pola la publicaci¨®n del diario -El monstruo, lo llamaba ¨¦l- que cubre el periodo de su gesti¨®n, unos, a?os caracterizados por las tensiones entre la Iglesia y el r¨¦gimen franquista.En su libro Un embajador en Vaticano, Pompei narra las ex plicaciones que le dio monse?or Giovanni Benelli, adjunto a la secretar¨ªa de Estado vaticana, sobre el ¨²ltimo intento del Papa para detener las eje cuciones y el disgusto que le ocasion¨®. El enviado de Pablo VI, monse?or Dante Pasquienelli, fue recibido por el presidente Carlos Arias Navarro el 26 de septiembre, v¨ªspera de las ejecuciones.

"Con esa intervenci¨®n", le dijo Benelli, "el Papa se pon¨ªa de rodillas ante Franco para implorar la gracia" en su nombre. Seg¨²n Pompei, los prelados recibieron la orden de no asistir a una recepci¨®n prevista para el 28 de septiembre en la embajada de Espa?a.Por su parte, Javier Cort¨¦s, director de PPC, editora d¨¦ las Confesiones del cardenal Vivente Enrique y Taranc¨®n ha asegurado que "no ha habido recortes o censura alguna en el texto". Cort¨¦s a?ade: "Lo que el cardenal quiso que saliese es lo que hemos publicado; incluso hemos dejado los errores de estilo, para respetar la autenticidad".

Cort¨¦s sale al paso de la posible confusi¨®n entre ese libro y las in¨¦ditas memorias del cardenal: "En el pr¨®logo, Taranc¨®n resalta que son unas confesiones, y no unas memorias, y que, como tales, no pretenden ser sistem¨¢ticas. No es tanto una narraci¨®n de lo que vivi¨®, sino m¨¢s bien una manifestaci¨®n de los motivos de sus actuaciones".

Sobre la existencia de unas memorias formales, Cort¨¦s indica que las Confesiones llevan un pr¨®logo de 1983, y que por tanto cabe la posibilidad de que Taranc¨®n hubiese escrito' unas memorias. "Pero no nos consta", dice.

En cuanto al papel de los familiares de Taranc¨®n, Cort¨¦s se?ala que ha sido de "plena autonom¨ªa". "Han hecho todas las consultas que han cre¨ªdo pertinentes. Pero sin intervenci¨®n sobre el texto original".