Un hombre que se ha emancipado
Decida lo que decida Miguel lndur¨¢in sobre su futuro, quedar¨¢ sin respuesta la verdadera inc¨®qnita: ?Por qu¨¦?
El ciclo iba para perfecto. Era una situaci¨®n ejemplar dentro del individualista mundo del deporte. La, pertenencia ad eternum de Miguel Indur¨¢in al Reynolds-Banesto, el equipo fundado y dirigido por Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri y Eusebio Unzue, trascend¨ªa la sencilla cuesti¨®n de fidelidad a unos colores; represent¨® a?os y, a?os de cara al exterior un valor en s¨ª misma, un valor ins¨®lito:- el mejor ciclista del mundo que antepon¨ªa al valor econ¨®mico, a las consideraciones ego¨ªstas, un compromiso con una determinada forma de hacer las cosas. Un ejemplo que llevaba camino de hacer escuela. Y, sin embargo, conforme se ha ido acercando el momento de cerrar el ciclo, con la misma suavidad y el mismo silencio, el griter¨ªo se ha impuesto. Indur¨¢in habla, con el enemigo, el ONCE, y lo que iba a ser una decisi¨®n de seguir o no seguir, se transforma en un posible acto de dolorosa traici¨®n a los ojos de muchos. Dando mar cha atr¨¢s a los acontecimientos, todos los peque?os detalles al canzan una dimensi¨®n gigantesca.En Colombia, hace un ano, Indur¨¢in cierra con un no que se oye m¨¢s all¨¢ de la habitaci¨®n del hotel de Bogot¨¢ la petici¨®n de Ech¨¢varri de que haga un nuevo asalto al r¨¦cord de la hora. Hab¨ªan transcurrido s¨®lo un par de horas desde su frustrado intento, una semana desde el triunfo de Olano en el Mundial. Una parte explica que toda la semana estuvo dominada por la tensi¨®n, que Indur¨¢in sab¨ªa que no iba a poder con el r¨¦cord, pero que se someti¨® al intento; algunos a?aden que estuvo a punto de romper con el equipo porque no se le pasaron llamadas personales de su esposa, Marisa, entonces en Espa?a a punto de dar a luz. All¨ª, en Bogot¨¢, tambi¨¦n se produjo la ruptura del Banesto con Sabino Padilla, el m¨¦dico y amigo de Indur¨¢in. Seg¨²n una parte, porque Padilla, que poco despu¨¦s fich¨® por el Athletic y sigui¨® siendo el m¨¦dico personal de Indur¨¢in, quer¨ªa estar m¨¢s cerca de su familia; seg¨²n otros, porque s¨®lo se le ofreci¨® una renovaci¨®n de un a?o ligada al ¨²nico a?o que Indurain quer¨ªa firmar.
Sin embargo, pese a lo que pudiera pasar en la aventura colombiana, Indur¨¢in renov¨® por el Banesto.
En julio, otro peque?o detalle no -pasa inadvertido ni a sus directores ni a los rectores del banco. En la fiesta de Par¨ªs para cerrar el Tour, Indur¨¢in es el ¨²nico que se presenta sin traje. Y en vaqueros. Un gesto de rebeld¨ªa, empiezan a pensar sus mentores, fruto de no haber ganado su sexto Tour. Pero apenas 20 d¨ªas despu¨¦s, medalla de oro ol¨ªmpica entre medias, Indur¨¢in sorprende a medio mundo declarando que no se sent¨ªa capaz de correr la Vuelta, que ¨¦l s¨®lo quer¨ªa descansar y pensar en el 97, pero que correr¨ªa forzado por su equipo. "Y no me call¨¦ porque ya no me sal¨ªa callarme", dice.
Y tiene que retirarse de la ronda espa?ola.
Ya en octubre, cuando los del Banesto le piden, que les comunique su decisi¨®n sobre su futuro, Indur¨¢n les da largas y se. re¨²ne con el equip¨® rival. Poco despu¨¦s, el pasado viernes, el ciclista falta a su cita habitual: la presentaci¨®n del Tour. ?Qu¨¦ ha pasado? ?Hay que concluir, haciendo caso al fatalismo, que la relaci¨®n perfecta es imposible aun en el caso del deportista m¨¢s excepcional y el equipo m¨¢s cl¨¢sico?, ?Qui¨¦n ha cambiado?
Indagando entre la gente que le ha rodeado los ¨²ltimos a?os lo llamado de siempre el entorno, se le quiera dar o no consideraci¨®n peyorativa a la palabra-, se alcanzan varias conclusiones que se pueden agrupar en tres bloques: los hay que dicen que Indur¨¢in se ha emancipado despu¨¦s de 12 a?os escuchando siempre los mismos consejos y ha aprendido a decir no en p¨²blico; otros mantienen que Indur¨¢in es el mismo de siempre, pero que las relaciones han cambiado porque se han transformado sus mentores, Ech¨¢varri y Unzue; finalmente est¨¢ la soluci¨®n de compromiso: lo que ha pasado es normal, toda relaci¨®n tiene vida propia y var¨ªa seg¨²n evolucionan las personas: Indur¨¢in tiene 32 a?os, ha sido padre. ha cambiado de vida.
Hay, sin embargo, una comparaci¨®n que sale de los labios de casi todos. Ech¨¢varri es el padre e Indur¨¢in, el hijo obediente que s¨®lo tiene ojos y o¨ªdos para ¨¦l. Pero llega un d¨ªa en que se echa novia, empieza a o¨ªr otros consejos y a ver la vida con otros ojos. Dice no a su padre unas cuantas veces. El padre se desespera y se pregunta ?por qu¨¦ ha cambiado mi hijo? Los consejos que le he dado nunca han sido malos, yo s¨®lo quiero lo, mejor para ¨¦l. No entiende que su hijo no ha cambiado, que lo que ha cambiado es la situaci¨®n. Y que la soluci¨®n no es echar la culpa a nadie.
Un corredor, compa?ero de Indur¨¢in, se declara sorprendido por lo que est¨¢ pasando, pero mantiene que el navarro no ha cambiado nada, simplemente se expresa de otra manera. "Ha llegado un momento en que ha empezado a hacerse preguntas, dudas que antes tapaban sus victorias en el Tour. '?Cu¨¢nto valgo de verdad? ?He estado siempre rodeado de buenos amigos?-. A Indur¨¢in, al hombre al que apenas le distra¨ªa nada, que daba por bueno casi todo lo que le propon¨ªan, que cuando sus compa?eros miraban envidiosos el material s¨²per moderno de los equipos rivales y todas las novedades tecnol¨®gicas les convenc¨ªa de que lo mejor era lo tradicional, a ese corredor mod¨¦lico le ha dado por hablar en alto. "Y lo que le mueve ahora no es el dinero, sino el orgullo".
Otra persona cercana al corredor avanza que s¨ª que ha cambiado. "Indur¨¢in es una persona que se ha emancipado, que ha empezado a pensar de forma diferente". Tambi¨¦n los directores del Banesto piensan que ha cambiado, pero por deducci¨®n. "Ni nosotros ni el banco hemos cam biado, funcionamos y plantea mos los asunto: como siempre. Siempre le hemos, respetado y siempre le respetaremos. Lo ¨²nico que queremos es que tome la mejor decisi¨®n". Reconocen, sin embargo, que desde hace un par de a?os la relaci¨®n no es la mis ma, que la fluidez se ha espesa do, y que la comunicaci¨®n es m¨¢s dificil. "Le planteamos algo y nunca acertamos con su respues ta. Es el, hombre imprevisible".
Plantean, finalmente, que el problema es que Indur¨¢in hace caso a los consejos de otras personas, a otro tipo de intereses. E Indur¨¢in, ?qu¨¦ piensa? El ciclista cree que ¨¦l no ha cambiado. "Me entrevist¨¦ con los,de la ONCE porque estaban empe?ados, no hac¨ªan m¨¢s que insistir e insistir. Otros a?os no les o¨ªa porque ten¨ªa claro que iba a seguir. Y no he ido a la presentaci¨®n del Tour porque no puedo estar en dos sitios a la vez y ten¨ªa un crit¨¦rium en C¨¢ceres". Eso no explica, el gesto: tambi¨¦n -insisten los del Banesto.. Pero la situaci¨®n no es la misma. "El a?o pasado tambi¨¦n- quer¨ªan que corriera la Vuelta, y no la corr¨ª. Son ellos los que han cambiado".
Indur¨¢in ha logrado que la situaci¨®n quede en sus manos. Se siente desligado de todo compromiso, emancipado. Y por eso dice: "Ahora tengo que tomar una decisi¨®n particular".
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