"El mejor cr¨ªtico es el p¨²blico", afirma el dramaturgo brit¨¢nico Harold Pinter
La cr¨ªtica le considera el mejor dramaturgo contempor¨¢neo vivo. Pero los elogios no hacen mella en el autor brit¨¢nico Harold Pinter, que lleva cerca de 40 a?os entregado a la creaci¨®n de textos teatrales. As¨ª lo demostr¨® ayer en Barcelona, en donde present¨® su ¨²ltimo montaje, Ashes to Ashes, dirigido por ¨¦l mismo, cuyas representaciones se inician esta noche en el Mercat de -les Flors. "No estoy dernasiado interesado en mi reputaci¨®n",' dij¨® el autor, quien declar¨®: "El mejor cr¨ªtico es el p¨²blico".Pese a sus 66 a?os, Pinter es un hombre en¨¦rgico que reparte su talento en m¨²ltiples campos. Adem¨¢s de dramaturgo es un reconocido actor, director y guionista de cine y televisi¨®n, poeta y escritor, pero huye de las etiquetas. "No me gusta definirme de ninguna manera", afirma, para a?adir que no hay ninguna diferencia entre todas las formas de escritura que utiliza: "Se trata de ser sincero con lo que sientes en cada momento".
Las entrevistas, las ruedas de prensa y todo lo que signifique hablar p¨²blicamente de sus obras quedan igualmente excluido de su lista de preferencias. En relaci¨®n a Ashes to Ashes, Pinter se limita a se?alar que "gira en torno a una mujer que no puede escapar del mundo en que vive". En cuanto al tono de la obra, reconoce: "Es oscura, aunque no s¨¦ si pesimista. Pero tambi¨¦n tiene alg¨²n punto de claridad, es la vida clara".
Ashes to Ashes est¨¢ interpretada por los actores Stephen Rea y Lindsay Duncan. Ellos dan vida a la pareja compuesta por Devlin y Rebecca, que mantienen una peculiar conversaci¨®n en la apacible sala de estar de una casa de campo. El hombre interroga a Rebecca acerca de un antiguo amante de car¨¢cter cruel que la obligaba a besar su pu?o cerrado en claro signo fascista, pero a quien ella adoraba. A trav¨¦s de este di¨¢logo, Pinter se pregunta c¨®mo es posible que el hombre capaz de las mayores atrocidades pueda tambi¨¦n ofrecer y recibir amor. En su discurso, ambos personajes se refieren a los campos de concentraci¨®n y a las deportaciones, algo que ¨¦l, hijo de un sastre judio, vivi¨® muy de cerca. Sin embargo, como ¨¦l mismo reconoce, estas im¨¢genes "remiten tanto a lo que se vivi¨® durante la Segunda Guerra Mundial como a lo que sucede actualmente".
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