Rohmer en re mayor
La m¨²sica acarrea en su corriente, como peces fugitivos, mil r¨¢pidas, ef¨ªmeras asociaciones". Lo dice Manuel Mujica Lainez en su magistral novela El gran teatro, elegante e incisivo retrato de la alta sociedad argentina mientras tiene lugar una representaci¨®n de Parsifal en el teatro Col¨®n de Buenos Aires una noche de 1942. A m¨¢s de uno de los que piensan asistir a las funciones de inauguraci¨®n del Teatro Real de Madrid y est¨¢n un poco asustados con la duracion del drama sacro wagneriano les he recomendado ¨²ltimamente esta estimulante lectura, aprovechando la reciente reedici¨®n en la colecci¨®n Austral. Ser¨ªa un detalle que el Ministerio de Educaci¨®n y Cultura regalase un ejemplar del libro de Mujica Lainez al adquirir las localidades de Parsifal, pero me temo que no est¨¢n los tiempos pol¨ªticos para este tipo de florituras redentoras. Las ef¨ªmeras asociaciones de que hablaba Mujica Lainez a prop¨®sito de Parsifal me han recordado una situaci¨®n vivida una noche de verano de 1982, cuya imagen no ha dejado de turbarme., En el recoleto cine La Pagoda de Par¨ªs asist¨ªamos media docena de espectadores a una proyecci¨®n del Parsifal de Syberberg. Uno de ellos era Eric, Rohmer, ?Qu¨¦ hac¨ªa all¨ª el gran cineasta-cronista de los amores y desamores cotidianos? ?Le gustar¨ªa Wagner? Cuando vimos su pel¨ªcula Perceval, le gallois comprobamos que literariamente Rohmer se decantaba m¨¢s, por Chr¨¦tien d¨¦ Troyes que por Wolfram von Eschenbach.Era una cuesti¨®n de sensibilidad francesa. Pero de su inclinaci¨®n hacia Wagner segu¨ªamos. sin tener ni idea.Las dudas han quedado resueltas tras la aparici¨®n del libro De Mozart en Beethoven (Essai sur la n¨®ti¨®n de profondeu en musique), ensayo de 300 p¨¢ginas en que el cneasta franc¨¦s: se mete de lleno ,en temasmusicales Rohmer se "declara un mozartiano vencido, y aunque sit¨²a la Sant¨ªsima Trinidads de los comositores en Bach, Beethoven, Mozart, no tarda en afirma4 que este ¨²ltimo es de todos ellos ,"el m¨¢s profundo".A Wagner le dedica un par de p¨¢ginas casi de pasada.Lo presen6t¨ªamos.
Reconoce Rohmer que el aamor por la m¨²sica le ha ayudado a comprender el cine y tambi¨¦n que el amor por el cine ole ha ayudado a comprender la m¨²sica .Sin embargo, no cree demasiado en la correspondencia entre m¨²sica e im¨¢gene4s en las pel¨ªculas sin sentido difiere de su colega portugu¨¦s Manoel Oliveira , que incluso ha llegado ha hacer pinitops musicales adaptando una partitura de Emmmanuel Nunes para una de sus pel¨ªculas , ante el asombro del compositor, comoncuenta el cineasta en un libro en un libro de conversaciones aparecido hace unas semanas en Francia.La posici¨®n en que ROhiner se sit¨²a frente a la m¨²sica e la del aficionado ilustrado.Le interesa sobre todo el mundo de las formas, e inscribe sus reflexiones en un terreno af¨ªn a la filosof¨ªa de las ideas.
Sus opinionmes son atrevidasl¨²cidas, algo descaradas y estan llenas de pasi¨®n.Coloca Mozart a al sombra de JKant y se recrea en sdus quintetos de cuerda. El K-593 en re mayor es elogiado al l¨ªmite como ejemplo de modernidad.En los juegos de correspondencias y asociaciones (Mujica Lainez otra vez) desfilan por las p¨¢ginas del libro visitantes tan ilustres e inesperados como Cop¨¦rnico,Godard,Boccherini, Kandinski, Barthes,Bresson, Leibniz,Cezanne,Heidegger o Matisse.
?De d¨®nde viene le viene a Rohmer esta inclinaci¨®n por la m¨²sica ?De algo tan sencillo comomescuchar horas y horas durante d¨¦cadas France Musique y otras emisoras de radio. Se lamenta Rohmer de que ultimamente la palabra ha perdido protagonismo en las radios ewspecializadas."Para degustar plenamente la m¨²sica no es suficiente escucharla.Hay que hablar sobre ella ".Son curiosas las similitudes con Espa?a.Varias generaciones de aficionados han tenido en la radio susu punto de referencia para la educaci¨®n musical.Ahora ,sin embargo,las emisoras musicales han perdido fuerza y necesitan una reactivaci¨®n a fondo.Tal vez de esa manera algunos de nuestros intelectuales que hasta presumen en p¨²blico de su ignorancia musical podr¨ªan llegar a tener la motivaci¨®n para ,como ha hecho Rohmer, escribir un libro sobre la Cenicienta de las Artes.
Las ef¨ªmeras asociaciones que nos trae la corriente de la m¨²sica y sus peces fugitivos no se van a desvanecer facilmente .Pero ahora una urgencia nos reclama.El quinteto en re mayor de Mozart nos est¨¢ esperando para continuar el juego.
Babelia
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