Fen¨®meno desquiciado

Me pregunto por qu¨¦ se nos acosa y martiriza con noticias rosas tales como bodas, nacimientos, bautizos, comuniones, etc¨¦tera, de famosos o de sus hijos. Quiz¨¢ la respuesta est¨¦ en que somos un pueblo cotilla, que vive de la vida de los dem¨¢s; basta recordar la audiencia de ?Qu¨¦ me dices! o Coraz¨®n, coraz¨®n. De todas formas, en las ¨²ltimas semanas este fen¨®meno se ha desquiciado; tres felices alumbramientos han enloquecido este pa¨ªs. ?Hay algo m¨¢s original que llamarse Stella del Carmen? Pues si, porque qu¨¦ habr¨¢ hecho una pobre criatura para merecerse el nombre de Roci¨ªto. Siguiendo la tradici¨®n, la nieta de la Faraona se llamar¨¢ Lola, y su pobre madre, luciendo ni?a y novio, empe?ada en que no la acosen, mientras cobra buen dinerito por unas fotos que publica una revista. Con tanto ni?o puede que suba el ¨ªndice de natalidad en Espa?a, por aquello de imitar a las estrellas. Pero muchos- estamos hartos, hasta el gorro, de tanto beb¨¦ famosillo (no es un diminutivo malintencionado, sino que est¨¢ en relaci¨®n al tama?o de las personitas). ?Que s¨®lo ha faltado el detallazo de retransmitir los nacimientos desde la sala de partos, para mayor regocijo de la afici¨®n!

Pero el colmo ha sido la boda del vice. Como soy "pol¨ªticamente educada", les deseo lo mejor. Sin embargo, la buena voluntad no me permite tener la paciencia infinita que se necesita para soportar en televisi¨®n, prensa, radio, Internet, todo lo que se ha dicho sobre el evento: antecedentes de la novia y familia, la exclusividad de su vestido, lugar y oficiante, el restaurante y el exquisito men¨², los siete pisos de la tarta, los invitados ilustres, la hora de retirada de cada asistente, etc¨¦tera. Ya puestos, que nos cuenten los detalles de la noche de bodas.-