Has podido
Me gustar¨ªa responder a Inmaculada Gea Rosat (carta al director publicada el pasado 23 de octubre con el t¨ªtulo Si pudiera).
Te aseguro, Inmaculada, que has podido. Estoy segura de que no s¨®lo has ahondado con tus reflexiones en m¨ª, sino en much¨ªsimas otras mujeres que "viven y moran" pero que, por pereza, por miedo o por otras causas ajenas a su voluntad, no se atreven a expresar esos preciosos y profundos sentimientos de solidaridad que reflejas en tu carta.
El mundo no es s¨®lo el entorno donde vivimos, sino algo m¨¢s. S¨ª es verdad que estamos muy lejos de la situaci¨®n de esas mujeres de Afganist¨¢n, Ir¨¢n, Arabia, entre otros pa¨ªses, pero solamente si intentamos luchar en nuestro entorno y en nuestro d¨ªa a d¨ªa con ese machismo enmascarado con el que vivimos lograremos ayudar a nuestras semejantes que viven en esos pa¨ªses.
El ¨²ltimo informe de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) es contundente al indicar que las mujeres que realizan un trabajo igual al de los hombres cobran la mitad o las tres cuartas partes del sueldo que reciben ¨¦stos. Esta diferencia es del 25% en los pa¨ªses desarrollados. Y apunta que, de seguir la crisis econ¨®mica, se cree que estas diferencias comenzar¨¢n a ser insalvables y que la precariedad laboral se cebar¨¢ entre las mujeres. El sector donde se nota m¨¢s la diferencia salarial es el agr¨ªcola, llegando hasta un 75%.
Se nos hace creer que la mujer ya goza de much¨ªsimos privilegios que nos han sido concedidos, cuando yo me pregunto: ?es que la mujer no naci¨®, al igual que el hombre, con su condici¨®n de ser humano y, como tal, con unos derechos de persona? No quiero entrar en la falacia de si el hombre y la mujer somos iguales o diferentes, lo que s¨ª tengo claro es que somos seres humanos y, como tales, merecemos los mismos derechos.
Comparto totalmente contigo la idea de que seguimos en un mundo machista, pero, eso s¨ª, como t¨² muy bien dices, con barniz superficial cubriendo el f¨®ndo: ya tenemos puestos pol¨ªticos, ya tenemos acceso a la universidad, ya podemos participar en coloquios que antes s¨®lo estaban destinados a los hombres..., pero seguimos sin ser lo suficientemente inteligentes para que, en vez de escuchar esa famosa frase de "detr¨¢s de un gran hombre siempre hay una gran mujer", no estemos detr¨¢s, sino al lado, o incluso seamos nosotras las que estemos ocupando el puesto del que somos merecedoras por nuestros m¨¦ritos y que ellos mismos reconocen que ocupamos en la sombra.
Es mucho y largo el camino que nos queda por andar, pero si al menos nos par¨¢semos todas al un¨ªsono a solidarizarnos, aunque sea mentalmente, con las mujeres oprimidas del mundo, si no m¨¢s libres, nos sentir¨ªamos m¨¢s solidarias y con la alegr¨ªa de que estamos haciendo algo para cambiar las injusticias que hay en el mundo.
Gracias por darnos esa oportunidad.-
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