Teatro y solidaridad

Hay en Madrid un grupo de teatro en el que los actores no cobran, y, si es necesario, ponen dinero de su bolsillo. Tienen su propio espacio, una sala en el centro de la ciudad. Y todos hacen de todo: actuar en el escenario, barrer el teatro o servir caf¨¦s. Han inventado, adem¨¢s, una terapia interpretativa a base de tomatazos. El grupo se llama Nuevo Repertorio y celebra ahora su segundo aniversario con De ratones y hombres, una obra de John Steinbeck que habla del eterno sue?o del hombre: el de tener su propio trozo de tierra, seguridad e independencia. Habla de la utop¨ªa y de la necesidad de un trabajo solidario: justamente las mismas aspiraciones con las que naci¨® Nuevo Repertorio.La compa?¨ªa Nuevo Repertorio tiene su propio pedazo de tierra: la sala Mirador, en pleno barrio de Lavapi¨¦s. Es, adem¨¢s, un espacio multiusos que funciona las 24 horas del d¨ªa: desde la ma?ana hasta la noche entran y salen cada jornada 300 alumnos de la escuela de Cristina Rota. Algunos se incorporan a la compa?¨ªa Nuevo Repertorio. Otros se convierten en actores de fama, como Ana Torrent, Pen¨¦lope Cruz, Gabino Diego o Juan Diego Botto. Por la noche entra y sale el p¨²blico que acude a los espect¨¢culos que ofrece la Mirador. Y cuando todo se queda en silencio, llegan los que se ocupan de hacer las escenograf¨ªas (alumnos de la escuela y miembros de la compa?¨ªa) y no paran hasta las siete de la manana.

De la actividad de la sala Mirador dan fe tambi¨¦n los sufridos vecinos del inmueble. Cuando se asoman a la ventana pueden contemplar desde un grupo de j¨®venes tocando la guitarra hasta una guerra - de tomates: entre los logros de la Mirador se cuenta el haber inventado la catarsis del tomatazo, una funci¨®n-terapia para que a los novatos se les quite el miedo a las tablas. El p¨²blico aplaude si le gusta la funci¨®n. Y si no, se l¨ªa a tomatazos con el artista.

Un ejemplo de solidaridad entre los miembros de Nuevo Repertorio es el hecho de que no cobran. Y no s¨®lo eso: hasta este a?o ten¨ªan que poner dinero de su bolsillo para mantener el proyecto. "Creemos que en un a?o o dos empezaremos a tener sueldos simb¨®licos", dice Rota. La recaudaci¨®n de taquilla va siempre para el teatro.

Los actores de Nuevo Repertorio saben que tienen que hacer un poco de todo: el que se ocupa del bar es alguien de la compa?¨ªa, lo mismo que el regidor de la sala, el encargado de prensa, o el de la limpieza, siempre en colaboraci¨®n con los alumnos de la escuela. Lo de la seguridad y la independencia lo tienen un poco m¨¢s verde. "Nuestro principal problema es la infraestructura. Es un espacio peque?o y ahora estamos buscando otro local", dice Rota.

De ratones y hombres. Sala Mirador (Doctor Fourquet, 3 1; metro Lavapi¨¦s). Hasta enero; de jueves a domingos, a las 20.30. 1.500 pesetas.