Las exigencias de las compa?¨ªas y la presi¨®n pol¨ªtica retrasan el protocolo el¨¦ctrico

La firma del protocolo el¨¦ctrico, que modificar¨¢ la normativa del sector, se retrasar¨¢ sobre la fecha prevista, que era ma?ana, viernes. En ello ha influido la presi¨®n de las compa?¨ªas, el¨¦ctricas, que ahora piden que se les reconozca unos costes de cerca de tres billones v¨ªa tarifa, y la de varios diputados del PP. ?stos, pertenecientes a las regiones con miner¨ªa de carb¨®n, se entrevistaron recientemente con el ministro Josep Piqu¨¦ para pedirle que minimice la incidencia del nuevo marco regulador en el carb¨®n. Los costes que piden las el¨¦ctricas se refieren a endeudamiento, parte de la subvenci¨®n al carb¨®n y la moratoria nuclear. Industria reconoce este coste, pero lo cifra en menos de dos billones.

Los presidentes el¨¦ctricos, agrupados en torno a la sociedad Unesa, e Industria no consiguen ponerse de acuerdo sobre el protocolo el¨¦ctrico. Las empresas, en particular ENDESA, pretenden que el reconocimiento de los denominados costes hundidos o stranded costs (v¨¦ase EL PA?S, 8 de noviembre pasado) sea exhaustivo, de forma que el proceso de liberalizaci¨®n -a partir del 1 de enero de 1998- se inicie con la garant¨ªa de que los consumidores pagar¨¢n, a trav¨¦s de la tarifa, todos y cada uno de los costes detallados empresa por empresa. En estos costes de ineficiencia, que ser¨ªa la acepci¨®n m¨¢s exacta, se incluyen, adem¨¢s de los 700.000 millones de la moratoria nuclear, en fase de amortizaci¨®n, la recuperaci¨®n de las inversiones no eficientes, las amortizaciones y algunos extracostes derivados de la utilizaci¨®n de carb¨®n como combustible, que deber¨¢n pagarse en 10 a?os desde 1998. Esas peticiones elevan los costes de ineficiencia, que debe sufragar el consumidor, a unos tres billones. El esquema de liberalizaci¨®n acompa?ada por el pago en tarifa de los costes de ineficiencia supone que el ciudadano no podr¨¢ disfrutar de la rebaja en el recibo de la luz que tendr¨ªa en un mercado competitivo. Con el sistema de marco estable actual, que reconoce y paga los costes a precio standard (media del sector), la tendencia de la tarifa -con los tipos de inter¨¦s actuales- es hacia un descenso del IPC menos tres. En un sistema plenamente competitivo, el consumidor obtendr¨ªa una rebaja muy superior, del orden del IPC menos 12. Pero como la liberalizaci¨®n va acompa?ada del reconocimiento de los costes hundidos o de ineficiencia, las tarifas absorber¨¢n esa ineficiencia y durante los pr¨®ximos 10 a?os, a raz¨®n de 200.000 o 300.000 millones de pesetas anuales. El presidente de la Comisi¨®n del Sistema El¨¦ctrico Nacional, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, ha expresado a Piqu¨¦ su preocupaci¨®n por la asunci¨®n de este coste.

El Gobierno prev¨¦ en el protocolo que en 1997 las tarifas caer¨¢n en 3% en t¨¦rminos nominales; que descender¨¢n el 2% nominal en 1998 y el 1% nominal en 1999. Estas cifras equivalen a un descenso del -5,6% el a?o pr¨®ximo. En una liberalizaci¨®n plena, el descenso ser¨ªa de casi nueve puntos m¨¢s. Cada punto porcentual equivale, a la cifra actual de facturaci¨®n, a 20.000 millones.

No obstante, debe precisarse que la petici¨®n de las empresas no implica el reconocimiento final. Industria parece dispuesta a efectuar el reconocimiento de los costes de ineficiencia en t¨¦rminos de coste medio, lo cual podr¨ªa reducir sensiblemente la carga que se pagar¨¢ mediante tarifa. El Gobierno es partidario de introducir una correcci¨®n de eficiencia, puesto que entiende que en un mercado competitivo las empresas podr¨¢n absorber sin problemas parte de sus costes hist¨®ricos.

El anuncio de la supresi¨®n paulatina de las ayudas al carb¨®n ha enrarecido el clima pol¨ªtico. Varios diputados del Partido Popular han visitado a Piqu¨¦ para mostrar su malestar con el cierre obligado de las cuencas mineras por el procedimiento de la eliminaci¨®n de las ayudas, que se hacen en aras de reducir los costes el¨¦ctricos.