Quesos asturianos, manzanas gallegas
Un a?o despu¨¦s de la muerte de ?lvaro Cunqueiro, que falleci¨® el 28 de febrero de 1981, Juan Cueto viaj¨® a Mondo?edo y escribi¨® para EL PA?S un art¨ªculo de una enorme melancol¨ªa: Mondo?edo sin Cunqueiro. Durante a?os, Cueto hab¨ªa ido a ver al gran narrador pensativo y vitalista, aquel hombre que colgaba las palabras del bast¨®n y de las gafas, y hab¨ªa llevado una cesta llena de quesos de la alta monta?a asturiana que el escritor gallego untaba con placer en lascas de manzanas rojas, fuertes y gallegas, de ¨¦sas que llaman tres en rama. Hace un mes Cueto regres¨® a Mondo?edo y recorri¨® otros pueblos de Galicia; esta vez volvi¨® a llevar consigo esos quesos asturianos de sabor tan fuerte que tanto le gustaban a Cunqueiro.Cuando se encontr¨® con Manuel Rivas en la aldea de Urroa, en Vimianzo, donde vive el ¨²ltimo premio Nacional de Narratia, Cueto le entreg¨® esos quesos: "Espero que te gusten tanto como a Cunqueiro. A partir de ahora te los traer¨¦ a ti".
Aquel titular de Juan Cueto, que es el descubridor de la v¨ªa gallega al porvenir de la literatura y tambi¨¦n el inspirador de la Gran Enciclopedia Gallega, escond¨ªa la esperanza de que un d¨ªa aquel esp¨ªritu de verbo legendario que representaba Cunqueiro no acabara con el ¨²ltimo de Mondo?edo. Cunqueiro vive en decenas de escritores de libros y de escritores orales; el premio a los cuentos de Rivas resalta esa continuidad y esa presencia; pero lo cierto es que Rivas es uno en la lista; vive en Roa, su pueblo de vacas, frente a su ordenador (me dijo un d¨ªa un campesino: "aqu¨ª hay 12 orde?adores y un ordenador" y la noche anterior a que le dieran ese galard¨®n literario hab¨ªa estado rodeado de cunqueiros an¨®nimos, de valles secretos, de torrentes callados, m¨¢s j¨®venes que ¨¦l, o mayores, escuchando a un Cunqueiro ins¨®lito, Quico Cadaval, que es un Cunqueiro sin libros: Cadaval tiene 40 a?os, es hijo de tabernero y en las tabernas cuenta historias como ¨¦sta:
El alba?il recibe el aviso de la muerte: "Esta noche te voy a buscar". Entonces el alba?il acude a su trabajo y pide permiso al patr¨®n: "Debo volver a casa, a prepararme, que esta noche me viene a buscar la muerte". En la casa, la mujer le reprocha: "?Eres tonto! vete a la barber¨ªa, adec¨¦ntate, que parezcas otro, y no vengas por aqu¨ª esta noche, porque de ese modo no te encontrar¨¢ la muerte". Cuando la muerte le fue a buscar, de noche, la mujer se lament¨®: "Ese hombre s¨®lo me da disgustos. Estar¨¢ de juerga, como siempre". La muerte grit¨® su grito favorito: "?Me cago en la vida! Y fue a la taberna a lamentarse y a repetir mil veces ese grito: "?Me cago en la vida!". El tabernero le pregunt¨® por las razones de sus lamentos y la Muerte le explic¨®: "Se me escap¨® un alba?il, ime cago en la vida? Pero para no perder el viaje me voy a llevar a aquel joven reci¨¦n pelado".
Son cunqueiros secretos; otros son mucho m¨¢s conocidos, incluso consagrados por la nomenclatura literaria, como Carlos Casares y M¨¦ndez Ferr¨ªn, de los que siguen en Galicia pero luego vino una lista de gente que hace seniors a Rivas y a Suso de Toro, que a¨²n no tienen 40, y que ya ganan premios y prestigio abriendo esta v¨ªa gallega a la literatura que tiene cuna y sabor, que proviene de Valle y de Cunqueiro y que tambi¨¦n procede de Manuel Murgu¨ªa, el historiador que fue esposo de Rosal¨ªa y que contaba lo que pas¨® en Galicia como si todo hubiera sido vida de brujas. Gente que escrib¨ªa la historia como si fueran cuentos de Corto Malt¨¦s.
J¨®venes de hoy: Miguel Anxo Murado, autor de Ruidos, viajero por los Balcanes, guionista de teleseries; Marilar Aleixandre (Lobos nas illas); Xavier Queipo (Artico), que anda en los barcos oceanogr¨¢ficos; Miguel Seixas (profesor de filosof¨ªa y bater¨ªa de un grupo heavy); Fina Casalderrey (este a?o gan¨® el Premio Nacional de Narrativa Infantil, con El estanque de los patos pobres); Xavier do Campo (gan¨® el mismo premio el a?o pasado con Cuando tocan en la puerta por la noche); Xurxo Barraz¨¢s (Criminal); Gonzalo Navaza (Erros e tanatos, que significa Errores y tanatos)...
Lo bueno de esta lista es que no s¨®lo me la dio uno de ellos sino que la hubiera dado cualquiera de ellos...
Cunqueiros chicos. Cualquiera pudo haber recibido los quesos de Cueto, y conociendo a Rivas seguro que ¨¦l es el primero que los reparte.
Babelia
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