El cupo
Han sido, curiosamente, los catalanes quienes han puesto el grito en el cielo al sentirse discriminados por el trato de favor que reciben los vascos (y los navarros) en materia del cupo. Lo que no dice el se?or Pujol es que el sistema llamado de "corresponsabilidad fiscal" es precisamente un paso hacia la generalizaci¨®n del cupo para todas las autonom¨ªas. Ahora paso a explicar lo que es este cupo, con mucha simpat¨ªa para con mis lectores, visto lo que me ha costado entenderlo yo. Por razones hist¨®ricas, las tres provincias vascongadas y Navarra gozan de un r¨¦gimen fiscal propio, amparado por la Constituci¨®n. Tal r¨¦gimen, desarrollado para el Pa¨ªs Vasco por la Ley, de Concierto Econ¨®mico de 1981, consiste en que esos territorios forales financian los gastos p¨²blicos de las ampl¨ªsimas competencias que les han sido transferidas con la recaudaci¨®n de todos los impuestos pagados por los residentes y activos en su territorio, con unas m¨ªnimas excepciones, cuales son precisamente los susodichos impuestos especiales, que, contra lo que se ha cre¨ªdo, van a parar a las arcas del Estado. El origen, pues, de la gran autonom¨ªa fiscal de Euskadi no nace tanto de la organizaci¨®n de sus impuestos, sino de su gran autonom¨ªa de gasto.El Estado espa?ol, sin embargo, sigue realizando importantes gastos en aquellos territorios forales, y adem¨¢s ¨¦stos han de participar en algunas transferencias redistributivas, en especial el Fondo de Compensaci¨®n interterritorial. Para resarcir al Estado y participar en esa redistribuci¨®n, la autonom¨ªa vasca entrega una cantidad anual, precisamente el tan mentado cupo. Voy a explicar c¨®mo se calcula ese cupo y por qu¨¦ se reduce a?o tras a?o. En efecto, el cupo vasco, que parti¨® de 39.000 millones en 1981, y alcanz¨® los 111.000 en 1988, hab¨ªa ca¨ªdo a los 72.000 en 1992, y sigue reduci¨¦ndose.
Cada cinco a?os (y toca ahora en el 97) se restan los gastos transferidos del total de los gastos de los Presupuestos Generales del Estado. A ese resto no transferido, se le aplica un coeficiente del 6,24%, lo que se supone que representa el Pa¨ªs Vasco en la econom¨ªa espa?ola. Este coeficiente es discutible y ser¨¢ sin duda discutido, pero el hecho es que, hasta la pr¨®xima reuni¨®n de la Comisi¨®n mixta del Cupo, es el que se ha de utilizar para calcular la participaci¨®n de la autonom¨ªa vasca en los gastos no transferidos del Estado y as¨ª obtener el cupo bruto. A¨²n faltan otros dos pasos para llegar a la cifra del cupo l¨ªquido anual. Del cupo bruto hay que restar los ingresos obtenidos por el Estado de Vasconia con los impuestos especiales y otros ingresos no concertados; y tambi¨¦n hay que restar 6,24% del d¨¦ficit p¨²blico espa?ol, pues los vascos tienen el mismo derecho que los dem¨¢s espa?oles a aplazar con d¨¦ficit los gastos no transferidos del Estado. En resumen, el cupo es el pago por la autonom¨ªa vasca de su porcentaje en los gastos generales del Estado espa?ol, no transferibles por su Estatuto y acuerdos posteriores. Este cupo naturalmente disminuye y disminuir¨¢ a medida que aumentan las competencias transferidas a la autonom¨ªa vasca.
La cosa, como ven, no es f¨¢cil de entender, y a¨²n me queda decir algo de los impuestos cobrados en Euskadi. En efecto, los gastos propios de aquellos territorios han de financiarse por dos v¨ªas: la emisi¨®n de deuda, que est¨¢ limitada y tiene que aprobar el Consejo de Ministros del Estado, y la imposici¨®n. Los vascos tienen alguna m¨¢s libertad para modificar los tipos y los modos de sus impuestos y plantear, al igual que Navarra, una sana competencia fiscal a otras autonom¨ªas.
Las autonom¨ªas de r¨¦gimen com¨²n tienen sus impuestos propios y reciben transferencias directas de Hacienda, especialmente el 15% de lo recomendado sobre la renta de las personas f¨ªsicas. Pero tales transferencias no las notan los votantes: las autonom¨ªas gastan alegremente, el Estado cobra cruelmente. Por ello, el gobierno popular, cuando Pujol pidi¨® otro 15% m¨¢s de la cuota l¨ªquida del IRPF para las autonom¨ªas, ha preferido concederles esa recaudaci¨®n atribuy¨¦ndoles 2,5 puntos de la tarifa: el votante ver¨¢ que del 20% o 40% que paga de impuestos sobre sus ingresos, 2,5 puntos los cobra su autonom¨ªa, que adem¨¢s puede aumentar o reducir ese porcentaje. Como ven, el se?or Pujol ya camina hacia el sistema de cupo (que consiste en financiar todos sus gastos con sus propios impuestos); veremos entonces si gasta tanto.
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