Todas las piezas de caza que se venden pasan por el bistur¨ª para garantizar su buen estado
Todas las piezas de caza, tanto menor como mayor, cuyo destino final sea la venta al p¨²blico para su consumo, tienen que ser destripadas y analizadas nada m¨¢s acabar la cacer¨ªa por si esconden en sus v¨ªsceras alguna enfermedad. Para asegurar que ninguna pieza se come sin analizar, la Consejer¨ªa de Sanidad ha incrementado esta temporada de 35 a 50 los veterinarios encargados de las inspecciones. Por su lado, los ecologistas denuncian que las especies cineg¨¦ticas criadas en granjas para la repoblaci¨®n de cotos contraen enfermedades que luego trasnmiten a sus cong¨¦neres salvajes.
Un jabal¨ª puede ser peligroso aunque ya est¨¦ muerto. En sus v¨ªsceras puede esconder microorganismos que provocan enfermedades y que el hombre contrae tras com¨¦rselas. Para impedir estas transmisiones, la Consejer¨ªa de Sanidad ha reforzado los servicios de control sanitario en los cotos de caza. Todas las cacer¨ªas que comercialicen las piezas capturadas para el consumo deben contar con un veterinario. Este especialista se encarga de analizar las v¨ªsceras de los animales abatidos, ya sean perdices, conejos, liebres o jabal¨ªes, nada m¨¢s finalizar la cacer¨ªa. As¨ª lo ha establecido la consejer¨ªa en una orden de ¨¢mbito regional que entr¨® en vigor el 30 de septiembre.
M¨¢s artificial
Las capturas se someten a dos an¨¢lisis antes de comercializarse. El primero lo realiza un veterinario sobre el terreno, en los propios cotos de caza. Del segundo se encarga una de las tres plantas de despiece que hay en la regi¨®n. Si ambos dan negativo, la carne se distribuye para su venta. Estas industrias c¨¢rnicas est¨¢n situadas en Valdilecha, Valdemoro y en Madrid.Los ecologistas aseguran que la caza de hoy en d¨ªa es cada vez m¨¢s artificial. Las repoblaciones de cotos con animales criados en granjas suponen una ruptura con el equilibrio biol¨®gico natural, denuncian ellos. "Por un lado las repoblaciones sobrecargan el coto de animales, por lo que la zona se devasta, se seca de alimentos. Por otro, contagian males infecciosos a sus cong¨¦neres salvajes que no hubieran ca¨ªdo enfermos en su vida natural", asegura Theo Oberhuber, portavoz de la Coordinadora de Organizaciones para la Defensa Ambiental (CODA). Esta agrupaci¨®n cuenta con 170 asociaciones de toda Espa?a.
"En una granja ilegal de un peque?o pueblo hab¨ªa especies ex¨®ticas como pavos reales, faisanes dorados y cisnes, adem¨¢s de perdices, faisanes, codornices, liebres y hasta jabal¨ªes", coment¨® Oberhuber. La granja vend¨ªa los animales para la repoblaci¨®n de cotos, seg¨²n los ecologistas.
Por su lado, la Federaci¨®n Madrile?a de Caza denuncia que "la Comunidad carece de una Ley de Caza que regule la pr¨¢ctica y la adapte a la situaci¨®n actual" afirma el presidente de la federaci¨®n, Javier ?lvarez. Los cazadores madrile?os est¨¢n libres de una medida de seguridad muy extendida en Espa?a: el examen del cazador. "Madrid necesita establecer el examen del cazador para que la gente que coja una escopeta sepa c¨®mo usarla y a qu¨¦ especies puede o no disparar", a?ade Alvarez.
La Federaci¨®n carece de un coto propio en Madrid. "Los cazadores necesitamos un terreno donde estudiar las aves migratorias y el comportamiento de otras especies. Ese terreno ser¨ªa adecuado tambi¨¦n para la ense?anza para guardas forestales y para todo aquel que quiera empezar a cazar", explic¨® ?lvarez.
Por otro lado, los ecologistas han puesto el grito en el cielo ante lo que califican como graves delitos ecol¨®gicos. Adem¨¢s de las granjas ilegales para la cr¨ªa de especies cineg¨¦ticas, critican el vallado de las fincas de caza, el uso de venenos para acabar con depredadores como los zorros -que se comen especies menores- y las artes ilegales para la caza de pajaritos.
"Las vallas impiden el desplazamiento natural de las reses, sobre todo de ciervos y jabal¨ªes, que tienen que buscar su alimento en distintas zonas. Adem¨¢s el vallado es una forma de privatizar los animales, que son de todos", afirma Oberhuber.
Desde 1993, la CODA ha denunciado a doce fincas de Madrid por vallar el terreno.
'Liga' y plomo
"Los cazadores envenenan carne y la dejan en el campo para que los carn¨ªvoros se la coman. Tratan de matar as¨ª zorros, con el fin de eliminar la competencia natural de perdices y conejos. As¨ª hay m¨¢s caza en su coto", a?ade Oberhuber. El uso de liga (un pegamento que se extiende por las ramas de los ¨¢rboles y donde quedan pegadas las patas de las aves) y de las redes para la captura de especies protegidas como el petirrojo y el verder¨®n constituyen otra denuncia de los ecologistas.La sustituci¨®n de los perdigones de plomo en los cartuchos de los cazadores por otros de acero es una reclamaci¨®n a?adida de los ecologistas. "Las aves, sobre todo las acu¨¢ticas, tragan piedrecitas del suelo para digerir su alimento. Entre ellas se cuelan perdigones. Cuando los jugos g¨¢stricos act¨²an sobre el plomo de los proyectiles, las aves se envenenan" comenta Nacho Aguado desde la Asociaci¨®n Espa?ola de Defensa de la Naturaleza (Aedenat).
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