El fil¨®sofo Paul Ricoeur defiende las instituciones "frente a las leyes y las normas"
El pensador franc¨¦s considera esencial el di¨¢logo de la filosof¨ªa con las ciencias
Despu¨¦s de m¨¢s de medio siglo de intensa personal trayectoria intelectual en la que a recorrido desde la fenomenolog¨ªa al esucturalismo pasando por el psicoan¨¢lisis, enorme curiosidad del fil¨®sofo franc¨¦s Paul Ricoeur se centra ahora en lo que denomina la "sabidur¨ªa pr¨¢ctica". A los 83 a?os, el pensador opina que las leyes, las normas y las reglas no se deben aplicar de forma autom¨¢tica, sino siempre desde la experiencia com¨²n y las opiniones aunadas que contienen las instituciones. Frente a quienes cuestionan el alcance acad¨¦mico de la filosof¨ªa, Ricoeur piensa que la tarea de esta disciplina es enorme: en su di¨¢logo con las ciencias, con los juristas, los m¨¦dicos y los pol¨ªticos.
"En los ¨²ltimos tiempos", afirma Ricoeur -que viaj¨® a Madrid para dictar, el pasado jueves, una conferencia en la Residencia de Estudiantes-, "he pensado que los problemas ¨¦ticos m¨¢s interesantes son los planteados en tres ¨®rbitas diferentes, pero con muchos elementos comunes". En primer lugar, el mundo de la magistratura y la justicia: "Me interes¨¦ por la toma de decisiones en el campo sobre todo penal. C¨®mo se pasa de una ley, norma o regla escrita o impl¨ªcita a su aplicaci¨®n en un hombre singular". En segundo lugar, los problemas que plantea la nueva ¨¦tica m¨¦dica: "Los m¨¦dicos toman decisiones trascendentales en enfermedades terminales, procesos de fertilizaci¨®n... act¨²an sobre la vida y la muerte". Por ¨²ltimo, el tema de la acci¨®n pol¨ªtica, que condiciona y conforma la convivencia."En todos estos casos", sigue el fil¨®sofo, "lo preocupante me parece la aplicaci¨®n mec¨¢nica de una regla, y me interesa lo que podr¨ªamos denominar 'sabidur¨ªa pr¨¢ctica', esto es, la aplicaci¨®n no de la regla o la ley sino de la experiencia com¨²n de la que suponemos emana. Para eso es imprescindible la participaci¨®n de las instituciones, que anulan los principales riesgos: las decisiones mec¨¢nicas y las decisiones particulares. La instituci¨®n est¨¢ formada por m¨¢s de una persona e implica siempre un cambio de impresiones y una decisi¨®n com¨²n. Tanto en la sentencia como en el diagn¨®stico, como en el juicio hist¨®rico hay que primar a las instituciones, que deben estar formadas por personas de diferentes ideolog¨ªas y posturas".
Aqu¨ª surge, para Ricoeur, la nueva tarea de la filosof¨ªa en un mundo como el actual. "Creo que el fil¨®sofo e intelectual p¨²blico, digamos a la usanza de Sartre, volcado en actos p¨²blicos y con una fuerte imagen exterior, se ha terminado. Hoy en d¨ªa el fil¨®sofo debe participar, como actualmente ocurre en Francia, en una comisi¨®n, por ejemplo, que determine si se deben regular o no los contenidos de la televisi¨®n, y en todo caso c¨®mo hacerlo".
Tres ¨¢mbitos
"La tarea que se abre para la filosof¨ªa es enorme", se?ala Ricoeur cuando se cuestiona el alcance acad¨¦mico de esta disciplina, "aunque hay que reconocer que est¨¢ cambiando. Creo que se debe centrar en tres ¨¢mbitos. En primer lugar, gestionar un patrimonio inmenso, que se remonta a la antigua Grecia; en segundo lugar, el di¨¢logo con las ciencias, que a m¨ª me parece esencial y, por ¨²ltimo, la colaboraci¨®n en las competencias de las que hablaba antes, con los juristas, los m¨¦dicos y los pol¨ªticos".
"Pero, si tuviera que quedarme con una labor de la filosof¨ªa", a?ade, "creo que la preocupaci¨®n actual m¨¢s intensa para m¨ª es el tema de la justicia. Es un fen¨®meno importante en Italia, pero tambi¨¦n en Francia y en Espa?a. Creo que no somos lo suficientemente conscientes de que al desaparecer la dicotom¨ªa entre el capitalismo y el socialismo hemos ca¨ªdo en realidad en un sistema mixto y muy variado, porque la econom¨ªa social existe con diferentes intensidades. Este nuevo sistema es el que est¨¢ en crisis y yo he detectado fuertes deficiencias en la participaci¨®n democr¨¢tica. Por eso interviene tanto la justicia en la vida p¨²blica y se producen las perversiones que todos conocemos, pero no es una crisis de la justicia ni de las organizaciones pol¨ªticas, sino del sistema, y hay que considerar que nuestros pa¨ªses son los que representan cualquier forma de moral p¨²blica en el mundo".
Para un estudioso de los s¨ªmbolos, las religiones y la ¨¦tica como Ricoeur no pod¨ªa pasar desapercibida una imagen: el papa Juan Pablo II junto al l¨ªder cubano Fidel Castro en el Vaticano. "Era un encuentro que interesaba a las dos partes", explica Ricoeur. "Al Papa para conseguir mayor libertad de los cat¨®licos en Cuba; a Castro, para obtener resonancia internacional. Los dos ganaron, aunque deber¨ªa haber un tercer ganador, el pueblo cubano. Espero que este gesto tan cargado de simbolog¨ªa ayude a una transici¨®n tranquila del comunismo a la democracia".
Ricoeur se muestra contrario a la ley Helms-Burton. "El aislamiento es absurdo porque no existe la menor posibilidad de una revoluci¨®n comunista en ning¨²n pa¨ªs latinoamericano en la actualidad. El verdadero problema, seg¨²n el fil¨®sofo, est¨¢ en China, el gigante comunista del que apenas se habla y al que nadie propone bloquear.
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