La comisi¨®n mantendr¨¢ la pol¨ªtica de cohesi¨®n de la UE despu¨¦s de 1999

El pleno de la Comisi¨®n Europea confirm¨® ayer por unanimidad, en un seminario de reflexi¨®n sobre la agenda 2000, su objetivo de que la Uni¨®n Europea (UE) mantenga su pol¨ªtica de solidaridad interna a partir de 1999. En esa fecha se acaba la programaci¨®n presupuestaria plurianual conocida como paquete Delors 2, y a partir de entonces entrar¨¢ en vigor el a¨²n no dise?ado paquete Santer 1.La comisaria de Pol¨ªtica Regional, Monica Wulf-Mathies, obtuvo ayer el pleno respaldo de sus colegas a su idea de que, sin mayores aportaciones de los Estados miembros contribuyentes netos, el presupuesto comunitario se bastar¨¢ a s¨ª mismo para mantener a un nivel similar al actual los fondos estructurales y el fondo de cohesi¨®n (que consumen el 0,47% del PIB de los Quince). E incluso habr¨¢ un margen de maniobra para desembolsar los gastos urgentes derivados de los primeros pasos de la ampliaci¨®n de la Uni¨®n al Este.

Bastar¨¢ para ello renovar el compromiso adoptado en Edimburgo por el cual los Quince aportan a las arcas comunes hasta un 1,27% del PIB comunitario. Las razones del optimismo estriban en que ese techo no se ha alcanzado todav¨ªa: se est¨¢ al nivel del 1,20%. Y, sobre todo, que se trata de un l¨ªmite m¨®vil. L¨®gicamente, crece en tanto en cuanto crece la econom¨ªa europea.

"No tendremos necesidad de mayores m¨¢rgenes", resumi¨® el portavoz del presidente Jacques Santer, y adem¨¢s no convendr¨ªa pol¨ªticamente exigir a los contribuyentes netos -como Alemania- "mayores esfuerzos, porque ya sabemos cu¨¢l ser¨ªa su respuesta", advirti¨®.

Dentro del consenso general, el comisario espa?ol Marcelino Oreja matiz¨® que el nuevo paquete financiero debe dise?arse "sobre la base de las necesidades de los actuales 15 miembros", y s¨®lo sobre ella. Si luego aparecen nuevas urgencias se adaptar¨ªan las perspectivas financieras como conviniese, al igual que se hizo cuando se produjo la ampliaci¨®n n¨®rdica.

La posici¨®n adoptada por la Comisi¨®n, aunque es pol¨ªtica y no entra en el detalle t¨¦cnico, est¨¢ a medio camino de los socios ricos paganos, que desean cortocircuitar cualquier esfuerzo presupuestario adicional, o en todo caso repartirlo mejor, y los pa¨ªses receptores netos, como Espa?a, que no quieren saber nada de eventuales ahorros en la pol¨ªtica comunitaria de reequilibrio estructural.