??Itimo destino de Robert Rylands?
En la ¨²ltima entrega, El novelista se sale del cine, Mar¨ªas vuelve a mentir (?ser¨¢ costumbre o man¨ªa pasajera?). Pero, dejando de lado oscuras pasiones, Mar¨ªas abre en su texto, y por dos veces, una posible salida al conflicto generado y alimentado por el novelista. Mar¨ªas escribe "aparte de ir al juzgado" y m¨¢s tarde "el juzgado est¨¢ siempre abierto". ?Por fin! Animo, novelista; forza, ¨¢nimo, Javier, que al final de la hora no te falle el esp¨ªritu, que tu voluntad no decline en el ¨²ltimo instante. Cruza la calle, Mar¨ªas, y con paso decidido y plet¨®rico de raz¨®n entra, de una vez por todas, en el juzgado. No te detengas, acaba con ?o?as y chulos. Al juzgado, Mar¨ªas, al juzgado. Que el mundo ancho y abierto conozca la delicada palidez de tu esp¨ªritu, la inconmovible verdad tu palabra, la generosa disposici¨®n de tu coraz¨®n sin sombra. ?Al juzgado, Mar¨ªas, al juzgado! (Y, mientras nos llevas, paso y cierro pesada p¨¢gina).-.
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