Los Quince acuerdan el retorno de la lira italiana al Sistema Monetario Europeo
Los ministros de Econom¨ªa y Finanzas de la Uni¨®n Europea (UE) alcanzaron anoche un acuerdo sobre la paridad de la lira italiana en su retorno al Sistema Monetario Europeo (SME). El consenso se cerr¨® en una cotizaci¨®n de 990 liras por marco. Italia pele¨® duro para defender la cota de 1.000 liras. Pero se enfrent¨® a la dureza de Alemania, que propugnaba una lira m¨¢s apreciada, al tipo de 970. El consenso, alcanzado tras siete horas de iniciada la reuni¨®n y despu¨¦s de un largo forcejeo en intensas negociaciones bilateras, permitir¨¢ a Italia volver al Sistema Monetario Europeo y supondr¨¢, si no un espaldarazo, si un cierto aval a su candidatura para calificarse como candidata al ingreso en moneda ¨²nica.
Tras siete horas de pelea, Alemania empez¨® a ceder. Aunque el Bundesbank pon¨ªa su l¨ªmite en 985 liras/marco, el Gobierno de Bonn se mostraba flexible hasta las 990, tras la aceptaci¨®n de Austria. Acab¨® as¨ª un forcejeo desplegado entre intensas negociaciones bilaterales durante el que Italia se mostr¨® inflexible, quiz¨¢ como t¨¢ctica para obtener un punto de encuentro favorable entre sus aspiraciones y las del resto.El encuentro comenz¨® a las 14.50 horas con 20 minutos de retraso y un ausente, el temible alem¨¢n Theo Waigel, representado por su segundo de a bordo, Jurgen Stark, acompa?ado del casi todopoderoso gobernador del Bundesbank, Hans Tietmeyer, quien abri¨® fuego desde el principio. Suave en el tono, tronante en el contenido. Ale
jug¨® el papel de duro fajador.
Mientras en el fracasado Comit¨¦ Monetario del s¨¢bado fueron otros -ayer varios protagonistas negaron que fueran los franceses- quienes m¨¢s se opusieron a la entrada de la divisa italiana en el Sistema Monetario Europeo a una paridad de 1.000 liras por marco o incluso de 1.010 liras por marco (la cotizaci¨®n promedio de los ¨²ltimos seis meses, que es algo superior a la relaci¨®n 999 liras/marco a la que cerraron los mercados el viernes), y exig¨ªa un tipo de cambio de 950 liras/marco, ayer estuvieron discretos. Dejaron todo el protagonismo a Tietmeyer y Stark, en esta ocasi¨®n expresamente apoyados por el secretario de Estado portugu¨¦s, Teixeira dos Santos.
Moneda d¨¦bil
Alemania y Portugal sostuvieron que Italia deb¨ªa regresar al mecanismo de cambio a una tasa de 970 liras/marco, es decir, con una lira fuerte. A las viejas quejas de Francia, que hab¨ªa alegado la deslealtad competitiva de Italia en su pol¨ªtica de devaluaciones tras la expulsi¨®n de la lira del Sistema Monetario Europeo en 1992, los duros a?ad¨ªan otras.
Por ejemplo que en los ¨²ltimos meses el Banco de Italia ha proseguido sibilinamente parecida estrategia, interviniendo para conseguir una moneda d¨¦bil. 0 que ped¨ªa el regreso al SME en un "mal mornento", con la moneda muy baja. O que eso contrastaba con la alta apreciaci¨®n de la peseta cuando ¨¦sta ingres¨® en el SME, en 1989. 0 que si despu¨¦s de la entrada de la lira, Roma bajase los tipos de inter¨¦s, a¨²n depreciar¨ªa m¨¢s su moneda y sus exportaciones adquirir¨ªan a¨²n una mayor ventaja competitiva.
Pero el ministro de Hacienda italiano, Carlo Azeglio Ciampi, yel gobernador del Banco Central, Antonio Fazio, pon¨ªan cara de p¨®quer. En la reuni¨®n, defend¨ªan sin quiebra -"con u?as y dientes", seg¨²n uno de los presentes- su postura de entrar a un m¨ªnimo de 1.000 liras/marco despu¨¦s de que el s¨¢bado ya autorizasen un descenso desde su inicial propuesta de 1.020 liras/ marco. Pero ni una menos. Era una barrera psicol¨®gica, tambi¨¦n frente a su m¨¢s exigente industria exportadora.
Entre los extremos de Bonn/ Lisboa y Roma, la mayor¨ªa se situaba en una l¨ªnea intermedia, con Espa?a inclinada en favor de Italia. Corr¨ªan las horas hacia la apertura de los mercados asi¨¢ticos, se suced¨ªan los descansos, y nadie daba su brazo a torcer.
Pero la discusi¨®n de guarismos enmascaraba una de mayor calado. El primer ministro luxemburgu¨¦s y titular de Hacienda, Jean-Claude Juncker, resumi¨® as¨ª el aut¨¦ntico envite: "No me importa una lira m¨¢s o menos", dijo, "porque ¨¦ste no es un debate contable, sino pol¨ªtico". "El problema", concret¨®, "es si queremos colocar a Italia en la posici¨®n de cumplir uno de los criterios de Maastricht, o no queremos".
Contenido pol¨ªtico
Un miembro de la delegaci¨®n finlandesa abund¨® en la misma idea. "Lo importante es el contenido pol¨ªtico de la decisi¨®n", dijo. Es decir, si se da o no a Italia un espaldarazo para su futuro acceso a la moneda ¨²nica en el grupo de vanguardia.
La reuni¨®n era sobre el retorno de la lira al Sistema Monetario Europeo, pero se convert¨ªa as¨ª (no en vano el cumplimiento de la estabilidad cambiar¨ªa a trav¨¦s de dos a?os de pertenencia al mecanismo com¨²n es uno de los cinco criterios de Maastricht) en un caucus o una primaria para la calificaci¨®n de Italia de cara a la UEM, la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria.
Tras este enfoque palpitaban las inc¨®gnitas de si Italia lograr¨ªa despu¨¦s mantener estable su cambio, o si su capacidad de atraer tormentas monetarias se pondr¨ªa de nuevo en evidencia. Al final se lleg¨® a un acuerdo a mitad de camino. Y se record¨® a Italia que debe "intensificar" sus esfuerzos de rigor. As¨ª, el asunto se sald¨® con un encomio (el propio retorno) y una advertencia (el augurio de m¨¢s sacrificios). Quien enton¨® la nota discordante fue el amo del Bundesbank, Hans Tietmeyer, para quien el retorno de la lira al SME "no prejuzga la entrada de Italia en la uni¨®n monetaria".
"Intensificar" los esfuerzos de convergencia
El comunicado final destacaba que la nueva paridad refleja "el ajuste ya realizado" en la econom¨ªa italiana y que sus autoridades "est¨¢n comprometidas a intensificar sus esfuerzos" para completarlo. "Expresi¨®n de esos esfuerzos" es la nueva ley presupuestaria. El ministro italiano, Carlo Azeglio Ciampi, interpret¨® que "eso no significa que haya que tomar medidas adicionales" a las presupuestarias.Tras el acuerdo, todo fueron felicitaciones, como si el parto no hubiera costado 48 pol¨¦micas horas. Ciampi celebr¨® la "c¨¢lida bienvenida" de sus socios. Y consider¨® que el resultado era bueno, porque los gobernadores part¨ªan de una horquilla entre 950/liras marco y 1.000, mientras los Gobiernos discutieron otra entre 970 y 1.010. El gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, minimiz¨® la diferencia entre lo que pretend¨ªa y lo conseguido: "Es s¨®lo de un 1%", record¨®. Y deneg¨® cualquier intenci¨®n de rebajar los tipos de inter¨¦s.
El ministro espa?ol, Rodrigo Rato, tambi¨¦n aplaudi¨® el "buen acuerdo". "Dar¨¢ estabilidad a la lira, aumenta en uno los socios del SME y robustece el proceso de integraci¨®n europea", argument¨®. En parecidos t¨¦rminos se expres¨® el presidente de la Comisi¨®n, Jacques Santer. Mientras, el franc¨¦s Jean Arthuis, consideraba que la nueva paridad de la lira es 11 equilibrada y sostenible", y encomiaba la reapreciaci¨®n de la moneda italiana en un 25% durante los ¨²ltimos 18 meses. Ciampi neg¨® que Par¨ªs se hubiera opuesto a las propuestas de Roma. "Fue el ¨²nico pa¨ªs" que estuvo desde el principio completamente a su lado, incluso el s¨¢bado, dijo, flanqueada por Espa?a, que "mantuvo una posici¨®n muy pr¨®xima".
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