Las mejores gamberradas
Tiene algo de fetichista: cada diez a?os, un novel¨®n. En 1975, pocos meses antes de que muriera el dictador, Eduardo Mendoza public¨® La verdad sobre el caso Savolta; en 1986, La ciudad de los prodigios; ahora, Una comedia ligera, con la que, asegura, cierra el ciclo sobre su Barcelona. Apareci¨® la primera casi a la chita callando y caus¨® un enorme impacto y unanimidad: el Premio de la Cr¨ªtica y el aprecio de los lectores. La historia del asesinato del industrial catal¨¢n Savolta, traficante de armas durante la I Guerra Mundial, escrita en clave de novela negra, revela un corrosivo an¨¢lisis de la realidad econ¨®mica, pol¨ªtica y social de una Barcelona en la que conviven una burgues¨ªa reaccionaria, otra m¨¢s liberal y un potente movimiento obrero anarquista. La ciudad de los prodigios arranca en 1888, en v¨ªsperas de la Exposici¨®n Universal, y ofrece una visi¨®n muy peculiar, apasionada, divertida, documentada de la ciudad y de sus gentes. Una comedia ligera es un retrato de la m¨¢s dura posguerra vista por unos se?oritos bon vivants de la buena burgues¨ªa. En las tres, Mendoza parte de la historia para dinamitarla, rozando incluso lo absurdo. Los resultados son explosivos.?Y qu¨¦ m¨¢s? Much¨ªsimo. Cuatro novelas, otras dos por entregas, una gu¨ªa de la Barcelona modernista, escrita con su hermana Cristina, otra de Nueva York, y una obra de teatro. Con Restauraci¨®n (1990) ocurri¨® lo mismo que con La verdad sobre el caso Savolta: la cr¨ªtica destac¨® la indudable, incre¨ªble casi, madurez de una primera pieza de teatro.
Mendoza intenta desde hace 21 a?os no dejarse atrapar en el papel de personaje p¨²blico, pero no puede evitar que sus novela: hagan correr r¨ªos de tinta: "?sta es una obra mayor", "aqu¨¦lla es menor", o la otra es "un divertimento". "Algunas cr¨ªticas de El a?o del diluvio me reprochaban que hab¨ªa escrito una obra de poco vuelo. Yo creo que no se puede sacar cada a?o una novela como La ciudad de los prodigios. Eso son cosas que se hacen s¨®lo tres veces en la vida. De vez en cuando es preciso hacer alguna gamberrada" declar¨® Mendoza a este diario hace cuatro a?os.
?Pues benditas sean las gamberradas! Sobre todo s¨ª son como El misterio de la cripta embrujada (1979) y El laberinto de las aceitunas (1982), ambas protagonizadas por un personaje sin nombre, interno en un sanatorio mental, a medias loco delincuente a medias pseudopolic¨ªa. O La isla inaudita (1989), una reflexi¨®n sobre la civilizaci¨®n y la belleza, en una atmosfera m¨¢gica. O la historia de amor de El a?o del diluvio (1992). Y qu¨¦ decir de Sin noticias de Gurb, que apareci¨® primero como follet¨ªn en agosto de 1990 en EL PA?S y luego se public¨® como novela. Cu¨¢nto disfrutamos con las aventuras del bondadoso extraterrestre que aterriz¨® cerca de Barcelona y se dedic¨® a contemplar la situaci¨®n catalana con ojos asombrados. Y m¨¢s de lo mismo con La visi¨®n del archiduque, tambi¨¦n por entregas en este diario con motivo de los JJ OO de Barcelona. En fin, gamberradas como ¨¦stas son fant¨¢sticas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.