Paris amenaza con resolver por decreto el conflicto de los camioneros
El largo conflicto de los camioneros franceses, que hoy cumple su duod¨¦cimo d¨ªa de huelga, ha empezado a colmar al Gobierno franc¨¦s. Ayer, su ministro de Transportes, Bernard Pons, anunci¨® vehementemente que el Ejecutivo est¨¢ dispuesto a promulgar un decreto para resolver la crisis. Eso quiere decir que adoptar¨¢ las medidas oportunas para solucionar las diferencias entre patronal y sindicatos, centradas principalmente en el reconocimiento de las horas muertas (en las que el veh¨ªculo est¨¢ parado en carga o des carga). Mientras tanto, miles de camiones segu¨ªan ayer obstaculizando los accesos y la circulaci¨®n por carretera, aunque en algunos puntos empiezan a verse s¨ªntomas de cansancio.
La huelga cumple hoy 12 d¨ªas y el conflicto sigue en pie. En varios lugares de Francia -Sete, Bollene, Sisteron- se permiti¨® que camiones cisterna se aprovisionaran en los dep¨®sitos pero 13 de las 17 refiner¨ªas galas segu¨ªan ayer aisladas por barricadas de veh¨ªculos, y en la mitad de los departamentos los automovilistas ten¨ªan importantes dificultades si quer¨ªan llenar el dep¨®sito de su coche. En Calais y en Alsacia se dejaron filtrar camiones hacia Gran Breta?a y Alemania.Mientras tanto, aumentaba el cierre de gasolineras (en torno a 2.000 sobre un total de 15.000) y las restricciones en otras. Un total de 49 departamentos -la mitad, m¨¢s o menos-, estaban afectados y las barricadas superaban las 200.
Conseguida ya la jubilaci¨®n a los 55 a?os, queda ahora juntar las posturas en las denominadas horas muertas (cuando el cami¨®n se encuentra en carga o descarga). Los camioneros piden el 100%, pero los empleadores se niegan a ello. S¨ª parecen de acuerdo en la subida del 2%, pero lo que no saben es sobre qu¨¦ cantidad al no haber acuerdo en las horas muertas. La mediaci¨®n por decreto que anunci¨® el Gobierno ayer ser¨¢ para acercar a las partes en estos puntos, pero no se utilizar¨¢ la fuerza, como ocurri¨® en 1992 -con el gobierno del socialista Pierre B¨¦regevoy- cuando los tanques salieron a la calle para quitar la barricadas, seg¨²n asegur¨® ayer el primer ministro, Alain Jupp¨¦.
En 1996 son los sindicatos los que controlan el movimiento y ellos saben, mejor que nadie, que casi el 50% de los camioneros son tambi¨¦n empresarios y no est¨¢n interesados ni en aumentos de sueldo ni en reducci¨®n de jornada aunque si en jubilarse cuanto antes. Es un factor que inclina a creer que la concesi¨®n gubernamental puede ser suficiente para progresivamente devolver el orden a las carreteras.
Para el ministro de Transportes, Bernard Pons, el trabajo como mediador de Robert Cros hay que calificarlo de "¨¦xito", lo que, en su opini¨®n, hace "incomprensible que las carreteras permanezcan bloqueadas". Seg¨²n ¨¦l, que dijo no necesitar ni de tanques ni de polic¨ªas en la calle, los acuerdos "responden en gran parte a las demandas de los camioneros", que pasan por "un aumento salarial del 2%" y porque se paguen "todas las horas trabajadas". Admite, eso s¨ª, que hay diferencias respecto a la "noci¨®n exacta de tiempo de trabajo". Pons dijo que si no se produce un acuerdo sobre ese punto, propondr¨¢ al Gobierno que tome una decisi¨®n por decreto.
Para los sindicatos, que hoy deber¨ªan firmar los acuerdos parciales, la actitud de la patronal es "intolerable" en la medida en que no admite los aumentos salariales solicitados, entre el 10% y el 23%. Critican tambi¨¦n la confusi¨®n conceptual reinante y les parece dudosa la f¨®rmula de una prima anual a cambio de aumento. Por su parte, los empresarios defienden que, a trav¨¦s del pago de cierta! horas en conceptos de extras", los camioneros ya disfrutan de un alza superior al 6%. Tambi¨¦n queda por resolver el problema de las horas de carga y descarga.
La aceptaci¨®n de la jubilaci¨®n a los 55 a?os para quien lleve m¨¢s de 25 conduciendo o a los 57 y medio para todo aquel que lo desee, ha sido el arma empleada por el Gobierno para desactivar el conflicto. Si la eficacia a¨²n no est¨¢ probada tampoco el coste de la medida ha sido cuantificado aunque afecta a un sector en el que trabajan unas 200.000 personas.
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