Ogros
Si hemos de creer lo que nos dicen, el mercado es una especie de ogro bueno cuyo deseo no es otro que repartir felicidad y trabajo por doquier. Pero, hay un gigante malo, el Estado, encargado de ponerle trampas, frenos, obst¨¢culos y legislaciones laborales que le impiden desenvolverse con naturalidad. As¨ª que el pobre, a pesar de su vocaci¨®n bienhechora, est¨¢ atado de pies y manos. De ah¨ª que haya tanto paro, tanto miedo al futuro, tanto anuncio por palabras y tanta cochambre en general. El PSOE ya consigui¨® liberar la mano izquierda del mercado con sucesivas reformas laborales que enseguida llenaron el ambiente de contratos. De contratos basura, es cierto, pero es que con un brazo atado a la espalda no se puede hacer otra cosa frente a la brutalidad del Estado.Por eso el Gobierno de Aznar ha anunciado que le va a soltar ahora la otra mano con una legislaci¨®n m¨¢s ¨¢gil. Cuando el mercado se vea libre de la derecha, que es muy veloz, va a darle tortas al Estado, incluso si se trata del de bienestar, hasta en las orejas. Entonces los patronos, libres al fin de leyes y cors¨¦s, podr¨¢n realizarse contratando todo el tiempo a precios altos, que es lo que so?aban cuando estudiaban Empresariales con los jesuitas.
Tambi¨¦n nos gusta mucho imaginarnos al mercado como una bella durmiente a quien la madrastra Estado, envidiosa de su exuberancia laboral, ha dado a morder la manzana envenenada. Pero cuando el pr¨ªncipe roce sus labios y lo despierte con su aliento especulador, el Inem va a perder su sentido, si alguno tiene. Adem¨¢s de eso, subir¨¢n los sueldos, se reducir¨¢ el d¨¦ficit y bajar¨¢n los impuestos, tal como preve¨ªa el PP en su programa. Lo raro es que el elegido para besar a un mercado sea Aznar, un funcionario del Estado en excedencia. Siempre hay algo que no encaja.
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