El Madrid mantiene el Iiderato en El Molin¨®n
Un gol de Hierro permite a los de Capello salvar un duelo, insulso contra el Sporting
El Real Madrid consigui¨® su objetivo. Todo el mund¨® lleva hablando varios d¨ªas de su gran choque con el Barcelona, el pr¨®ximo s¨¢bado, y pr¨¢cticamente se hab¨ªa olvidado de que quedaba una jornada por medio para consumir. Al equipo de Fabio Capello le tocaba defender su suerte de l¨ªder en Gij¨®n y lo que hizo fue cubrir el expediente sin malgastar ni un gramo de munici¨®n.
El Madrid venci¨® el partido, no hizo nada de f¨²tbol y consigue llegar al duelo ante el Barcelona como pretend¨ªa: vestido de l¨ªder. Su goleador, Davor Suker, se gan¨® adem¨¢s el t¨ªtulo de pitoniso. Antes del partido pronostic¨® una victoria del Madrid con un gol de su compa?ero Fernando Hierro. Acert¨®.
El Sporting de Gij¨®n mereci¨® mejor suerte en la primera parte, y en la segunda fue una nulidad ante el gol, porque tuvo el bal¨®n en su poder, pero apenas inquiet¨® la porter¨ªa enemiga. IIigner se tom¨® la cita con tranquilidad.
El Real Madrid logr¨® ponerse con ventaja en el marcador, apelando a la ley del m¨ªnimo esfuerzo. No necesit¨® que sus hombres puntas sacaran el tarro de las esencias y abri¨® el marcador con lo que en el argot taurino se llamar¨ªa un bajonazo. Todo fue una especie de tr¨¢mite.
Fernando Hierro, que en la jugada anterior le hab¨ªa propinado un manotazo a Oliete ante la indiferencia del ¨¢rbitro, caz¨® un saque de esquina de Roberto Carlos y, m¨¢s solo que la una, se adorn¨® marcando todos los. tiempos de un excelente cabezazo. El bal¨®n peg¨® en el larguero y termin¨® dentro de la porter¨ªa.
Cubrir el expediente
Lo que hizo el Madrid a continuaci¨®n fue seguir cubriendo el expediente como pudo. Un orden espartano de todo el equipo, una presi¨®n bien organizada y nada de chispa. El f¨²tbol pr¨¢ctico que tanto le gusta a su entrenador. El balance hasta el descanso se redujo a un par de acciones brillantes de Ra¨²l y a una escapada de Suker, que mand¨® alto un bal¨®n cuando estaba en buena posici¨®n para meter su zurda. El Sporting, que por primera vez no fue fiel al esquema de Benito Floro, apareci¨® en el partido con dos marcadores sobre los puntas extranjeros del Real Madrid. Hab¨ªa muchos hombres defensivos en la alineaci¨®n y Salinas muy solo arriba. El resto tambi¨¦n eran aplicados peones en la: tarea de presionar.
La consecuencia de tal aplicaci¨®n de unos y otros por recuperar la pelota fue un partido gris, sobre todo porque los dos equipos tardaban poco en perder los balones que tan f¨¢cilmente recuperaban. El Sporting tuvo buena cara en una larga fase de juego y lleg¨® a poner contra las cuerdas a la cobertura madridista., Salinas estrell¨® un bal¨®n de gol contra el cuerpo de Illgner, y el guardameta alem¨¢n se emple¨® a fondo en un derechazo de Marcos Vales que se cant¨® como gol. El jugador gallego, el mejor del Sporting, tambi¨¦n fue su m¨¢s destacado rematador.
Cerca del sopor
La segunda parte fue una aproximaci¨®n al sopor. A medida que iban transcurriendo los minutos, el Madrid se iba sintiendo m¨¢s comod¨®n; el Sporting iba perdi¨¦ndose en la inmensidad de un campo que ten¨ªa que recorrer para acercarse a la porter¨ªa enemiga. El partido iba siendo m¨¢s y m¨¢s plomizo para el espectador. En toda la segunda mitad apenas hubo remates sobre las dos porter¨ªas. Nikiforov tuvo la oportunidad de hacer un calco del gol de Hierro, pero su cabezazo se lo encontr¨® Illgner bajo la raya de gol. Un rebote afortunado de Salinas y otro remate de ¨¦ste, atajado por el guardameta alem¨¢n, fue toda la p¨®lvora que le qued¨® al Sporting.El Madrid, ni eso. Mijatovic sali¨® del campo un cuarto de hora antes del final del partido con su, hoja de servicios literalmente en blanco. V¨ªctor se convirti¨®, desde su banda derecha, en la mayor amenaza para la cobertura sportinguista, mientras Suker perd¨ªa alguna que otra opci¨®n por limitarse a hacerlo f¨¢cil y sin arriesgar.
Poco despu¨¦s de marcharse Mijatovic, empez¨® a desfilar el p¨²blico en los grader¨ªos. Cuando eso ocurre en un estadio que recibe la visita del Real Madrid, con el marcador en una ventaja m¨ªnima, es que algo no funciona bien.
Con el bal¨®n en su poder y el Madrid' practicando el absentismo, el Sporting dej¨® al aire toda sus carencias, la falta de un organizador y la ausencia total de remate. Salinas volvi¨® a correr m¨¢s que nunca y a estrellarse contra la defensa enemiga, m¨¢s solo que un n¨¢ufrago.
El final, del encuentro fue una especie de alivio. El Madrid empez¨® a pensar en el Barcelona y el Sporting en la forma de sacar a flote un equipo sin chispa.
Fabio Capello y sus jugadores lograron marcharse de Gij¨®n con el objetivo cumplido: tres puntos. Adem¨¢s, mantienen su posici¨®n en la clasificaci¨®n y se disponen a recibir al Barcelona en el estadio Bernab¨¦u como l¨ªderes. En la cita del pr¨®ximo s¨¢bado, a los madridistas no les valdr¨¢ el juego de tr¨¢mite ni con la excusa de los puntos, como sucedi¨® ayer en El Molin¨®n.
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