"Cre¨ª que pod¨ªa aportar en Cuba el talante de la transici¨®n espa?ola"
Durante ocho a?os estuvo en cargos pol¨ªticos -secretario general de la Presidencia del Gobierno, con Adolfo Su¨¢rez; gobernador civil de Barcelona, y eurodiputado del CDS- y a¨²n siente vocaci¨®n por la pol¨ªtica. Pero ahora predominan en ¨¦l la diplomacia -ingres¨® en la carrera hace 22 a?os- y la cautela, tras ser declarado persona non grata por el Gobierno cubano. Partidario del "sosiego y la generosidad" para que se restablezca lo antes posible una buena relaci¨®n con La Habana, desea que Cuba se democratice "desde la reconciliaci¨®n, sin rupturas". ?sta es su primera entrevista desde que estall¨® la crisis.Pregunta. ?Fue acertado plantear su nombramiento de embajador como s¨ªmbolo de un endurecimiento de las relaciones de este Gobierno con Cuba?
Respuesta. Creo que eso no responde a la realidad. Soy una persona de profundas convicciones centristas, en el sentido de lo que represent¨® el centrismo en la transici¨®n: tolerancia, respeto, negociaci¨®n, pacto...
P. Fue un portavoz del Gobierno el que, al hilo de su nombramiento, dijo: "Si cambiamos el mensaje, es l¨®gico que cambiemos el mensajero".
R. No tengo nada que decir, porque no lo dije yo.
P. En las relaciones de Espa?a con Cuba, ?la eficacia tiene como requisito, y como precio, la discreci¨®n y la paciencia, o es usted de los que visto que creen que ya se que eso no da resultado?
R. En estos momentos creo que calma, la tranquilidad, la serenidad y, si se me permite, la generosidad son fundamentales para superar esta situaci¨®n. Y estoy absolutamente convencido de que se va a conseguir.
P. ?Cabe la posibilidad de que Cuba vuelva a concederle el pl¨¢cet?
R. Sinceramente, creo que es imposible. Pero, incluso si esto sucediera, entiendo que yo no ser¨ªa la persona m¨¢s adecuada para ese puesto, despu¨¦s de lo ocurrido.
P. Las tensiones de estos d¨ªas ?le han descompuesto?
R. Descompuesto, no. Pero reconozco que ha sido duro a nivel personal. No es agradable que a un profesional bien intencionado le retiren el pl¨¢cet. Y tampoco es agradable, al menos no lo ha sido para m¨ª, que los medios de comunicaci¨®n opinen profusamente sobre uno. En cualquier caso, agradezco much¨ªsimo el respaldo personal y profesional que he recibido por parte de l¨ªderes pol¨ªticos, periodistas-, amigos y de manera muy especial el respaldo de mi ministerio y del ministro Abel Matutes.
P. Si pudiera borrar o matizar alguna de las cosas que dijo en sus primeras declaraciones tras obtener el pl¨¢cet del Gobierno cubano ?lo har¨ªa?
R. He percibido en alg¨²n medio una interpretaci¨®n equivocada de las alusiones que hice a 1898, aunque he comprobado que, la mayor¨ªa, entre ellos EL PA?S, las entendieron claramente. Cuando me refer¨ª al 98 estaba aludiendo al centenario de la independencia de Cuba, fecha preciosa desde tantos puntos de vista, y que me encantar¨ªa, a t¨ªtulo personal, que sirviera de arranque para ese futuro que muchos deseamos para Cuba: que fuera capaz de evolucionar hacia un sistema democr¨¢tico, plural y libre, sin rupturas, desde la reconciliaci¨®n.
P. ?Est¨¢ pensando en alg¨²n acontecimiento concreto en esa fecha, 1998, que pueda servir para esa evoluci¨®n sin ruptura?
R. A m¨ª me encantar¨ªa que esta fecha constituyera un verdadero punto de encuentro entre Espa?a y Cuba, pero sobre todo que fuera un verdadero punto de encuentro entre todos los cubanos y se iniciara un proceso de reconciliaci¨®n nacional.
P. Quienes al leer sus comentarios acerca de que abrir¨ªa de par en par las puertas de la embajada en Cuba a la oposici¨®n interpretaron que eran una invitaci¨®n a acoger a refugiados ?le interpretaron bien?
R. Esa frase era la respuesta a una pregunta en una entrevista, y su sentido era, como creo que quedaba muy claro, el de una invitaci¨®n al di¨¢logo. Una invitaci¨®n al di¨¢logo normal, l¨®gico y obligado con las autoridades del pa¨ªs ante el que uno est¨¢ acreditado como embajador y al di¨¢logo con los grupos de oposici¨®n; y a?ad¨ªa que esto no constitu¨ªa ninguna novedad puesto que lo hab¨ªan hecho todos mis predecesores. Cualquier otra interpretaci¨®n me parece sesgada.
P. ?C¨®mo se puede avanzar para que lleguen m¨¢s directamente a la poblaci¨®n las ayudas dirigidas a paliar las estrecheces con que viven los cubanos?
R. Posiblemente en estos momentos los mejores canales sean las ONG, que hacen, como en tantos lugares del mundo, una labor admirable. El Gobierno ya ha anunciado que va a mantener la ayuda humanitaria, que ojal¨¢ pudiera verse aumentada de forma sustancial. Y pienso, tambi¨¦n, que pueden mantenerse muchos proyectos de cooperaci¨®n que beneficien directamente al pueblo cubano.
P. ?Habr¨ªa recomendado el desbloqueo de la ayuda de cien millones de pesetas para reparar el acueducto que trasporta el 20% del agua potable a La Habana?
R. Una vez all¨ª, presumo que s¨ª, pero ser¨ªa innecesario porque tengo entendido que la ayuda y el proyecto siguen en pie.
P. ?C¨®mo surgi¨®, en realidad, la, propuesta para que usted se convirtiera en el embajador de Espa?a en Cuba?
R. Como es habitual en cualquier propuesta para ocupar una Embajada, me la hizo llegar el subsecretario de Asuntos Exteriores.
P. ?Era un dep¨®sito de confianza por parte del ministro, Matutes, o de la presidencia del Gobierno?
R. Era una muestra de mucha confianza por part¨¦ del Gobierno y,. por lo tanto, de su presidente, a propuesta del ministro Abel Matutes.
P. ?Figuraba la embajada de Cuba entre sus aspiraciones?
R. Por razones personales, no le oculto que hubiera preferido una embajada europea. Dicho esto, siempre he pensado que un diplom¨¢tico espa?ol tiene que ocupar en alg¨²n momento de su carrera un puesto en Iberoam¨¦rica. Hace ya algunos a?os este fue el motivo que me impuls¨® a pedir un puesto de secretario de embajada en Buenos Aires.
P. ?Qu¨¦ ten¨ªa de atractivo para usted la embajada en La Habana?
R. El puesto de embajador en La Habana es un reto apasionante para un diplom¨¢tico y, sin lugar a dudas, mucho m¨¢s en estos momentos.
P. ?Por creer que desde ah¨ª podr¨ªa asistir a una transici¨®n venidera o por estar inmerso en una transici¨®n que considera ya iniciada?
R. Yo creo que se est¨¢ a la expectativa de cambios y, en todo caso, tengo tambi¨¦n muy claro, a t¨ªtulo personal, que es un proceso que est¨¢ en manos del pueblo cubano, como dije en su momento.
P. Y cre¨ªa que pod¨ªa aportar su experiencia en la transici¨®n espa?ola, junto a Su¨¢rez...
R. Tuve un protagonismo muy modesto en aquella etapa de nuestra historia, pero del que me siento muy orgulloso en la medida en que pudimos contribuir a la reconciliaci¨®n de los espa?oles. Entre todos, porque no tengo ninguna duda de que el gran protagonista de la transici¨®n fue el pueblo espa?ol, pasamos una p¨¢gina de la historia de Espa?a con sus aciertos y sus errores, y encaramos un futuro hacia un pa¨ªs mejor, democr¨¢tico, libre y plural, en donde todos tenemos . cabida. Yo cre¨ªa poder aportar a mi puesto en La Habana el talante de la transici¨®n: la moderaci¨®n, la comprensi¨®n, el di¨¢logo y la tolerancia.
P. Cuando recuerda la actitud que tuvo el Gobierno Su¨¢rez hacia Cuba y ve la que tiene el Gobierno de Aznar ?ve la misma perspicacia?
R. Yo ya no estoy en la pol¨ªtica. Soy un diplom¨¢tico profesional y, por tanto, un servidor del Estado. En los distintos puestos de responsabilidad que he ocupado en mi carrera diplom¨¢tica he sido leal al Gobierno de UCD, al Gobierno socialista y soy leal a este Gobierno.
P. ?Qu¨¦ explica que el Vaticano haya escogido una estrategia tan diferente de la del Gobierno espa?ol, incluida la aceptaci¨®n de que el Papa visite Cuba?
R. Para cualquier cat¨®lico creo que es muy importante este anunciado viaje del Papa a Cuba. Ser¨¢ sin duda, si se produce, muy reconfortante para el pueblo cubano y puede permitir que se inicie el camino hacia la reconciliaci¨®n.
P. Fraga dijo recientemente que para llevar las relaciones con Cuba ¨¦l no se pondr¨ªa en manos de Mas Canosa. ?Lo tomo, como una frase del presidente de Galicia, con muchos descendientes de gallegos en Cuba, o como sabidur¨ªa de un pol¨ªtico experimentado?
R. Tengo un gran respeto al presidente de la Xunta de Galicia y a sus opiniones sobre un pa¨ªs que conoce bien.
P. ?Le queda alg¨²n deseo de viajar a Cuba y conocer el pa¨ªs o se le han quitado las ganas?
R. Me he enamorado de Cuba desde la distancia. No conozco a nadie que haya estado en ese pa¨ªs y no haya vuelto cargado de afecto hacia un pueblo maravilloso, afecto que estoy seguro de que es mutuo entre el pueblo cubano y el pueblo espa?ol. Espero alg¨²n d¨ªa poder viajar a Cuba como un ciudadano cualquiera.
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