El club rojiblanco estrena en Espa?a la venta de pizzas en las gradas

En el estadio Vicente Calder¨®n los goles saben a or¨¦gano, tomate, mozzarella, beicon y queso. Desde hace cuatro encuentros cien j¨®venes venden porciones de pasta en las gradas. "Rica pizza", gritan los chavales mientras ofrecen su producto entre los suspiros de los seguidores. Y el aroma de las tortas reci¨¦n horneadas abre el apetito de los colchoneros, que en menos de dos horas devoran una tonelada de pasta.

El ¨¦xito saluda cada partido a la idea promovida por la empresa Telepizza y el Atl¨¦tico de Madrid. "Es una locura, la gente responde fabulosamente y cada d¨ªa se vende el doble", dice ?ngel Frade, encargado de Telepizza.El plan surgi¨® en el mes de septiembre de forma casual. "Los responsables de Telepizza tienen un palco, y un d¨ªa se les ocurri¨® montar cuatro tiendas y vender porciones", explica Emilio Guti¨¦rrez, director comercial del club rojiblanco. En 15 d¨ªas se montaron cuatro tiendas en cada uno de los puntos cardinales del estadio: fondo norte, sur, grada lateral y grada de preferencia. En cada zona, un joven vende el trozo de pasta por 300 pesetas. Cada uno lleva una bolsa t¨¦rmica con porciones. "Vendemos un producto caliente y cada cinco minutos se tira lo que les quede en el recipiente", dice la empleada Nieves Gentil, de 24 a?os.

"No pasa nada"

El primer d¨ªa de venta, partido Atl¨¦tico-Rayo, los aficionados se quedaron perplejos. "La gente miraba extra?ada, pero ya se han acostumbrado", comenta Mar¨ªa, una de las vendedoras. Los hinchas del Frente Atl¨¦tico se tomaron la novedad con buen humor. "No pasa nada, tenemos telepizza", corearon tras la derrota. "Al principio hubo alg¨²n gracioso, pero ahora la gente no bromea", cuenta Ruth, una vendedora de 22 a?os. El ritmo de venta en el partido de ayer fue fren¨¦tico. Algunos de los j¨®venes vendieron m¨¢s de 60 porciones. Los aficionados est¨¢n encantados. "Est¨¢ bien; sobre todo, por mi hijo", contaba Ernesto.Alg¨²n seguidor echa de menos los bocatas y la copa de co?ac. "Se est¨¢n perdiendo las antiguas costumbres", dice Aurelio, abogado de 64 a?os. "Pronto venderemos tambi¨¦n baguetes, y habr¨¢ m¨¢s sorpresas", a?ade Guti¨¦rrez.