Los nuevos delfines

La nataci¨®n espa?ola est¨¢ en la encrucijada. Tras los Mart¨ªn L¨®pez Zubero o Sergi L¨®pez queda la nada para asaltar los grandes podios. Es el fruto de no haber sabido encauzar una buena serie de nadadores j¨²niors, que no confirmaron en la categor¨ªa absoluta sus buenos resultados anteriores.Los tiempos van a ser muy duros y el propio director t¨¦cnico de la Federaci¨®n Espa?ola, Luis Villanueva, lo reconoce. Incluso se ha alargado un a?o el tope de edad j¨²nior precisamente para evitar tanto desastre. Sin embargo, las esperanzas del relevo se mantienen. Los ¨²ltimos delfines son David Ortega y Mireia Garc¨ªa, subcampeones de Europa este a?o. Y no s¨®lo por las medallas, sino por sus marcas.David, con 17 a?os, puede ser el nuevo L¨®pez Zubero en la espalda. Medalla de plata continental en 100 metros espalda con 57.40 segundos, fue cuarto en 200 con 2.05. Su carrera es de una progresi¨®n casi aritm¨¦tica. Un segundo de mejor¨ªa por a?o y siendo el mejor de su categor¨ªa en cada ocasi¨®n.

En todo caso, L¨®pez Zubero fue un nadador de explosi¨®n tard¨ªa, pues no alcanz¨® su primer t¨ªtulo, el europeo, hasta el a?o 1989, con 20 a?os. David, f¨ªsica y ps¨ªquicamente tiene unas condiciones magn¨ªficas. A su calidad deportiva une un gran aplomo. "Hombre, me gustar¨ªa llegar a lo m¨¢s alto que pueda", s¨®lo comenta al habl¨¢rsele de Mart¨ªn. Para ello, este estudiante de COU nada 13.000 metros diarios en cuatro horas y media de piscina, m¨¢s una de gimnasio.

Mireia fue subcampeona de Europa en 200 mariposa y sexta en 100. Con 15 a?os tiene toda una filosof¨ªa para triunfar: "Si he aguantado un a?o muy duro, puedo aguantar todo". Al rev¨¦s de David, su progresi¨®n en una sola temporada ha sido tremenda. Su paso por la Residencia Blunme en Esplugas, con Leo Armenta, fue clave. Ahora est¨¢ ya en el CAR de Sant Cugat, a¨²n con m¨¢s medios. La esperanza es que explote mucho m¨¢s que Mar¨ªa Pel¨¢ez y que sirvan los medios espa?oles, como repiten una y otra vez los t¨¦cnicos, sin necesidad de volver a recurrir a Estados Unidos, donde muchos nadadores s¨®lo solucionaron su vida con una carrera, pero ganaron pocas medallas.